La violencia en el juego
"Yo así no juego más". De Dora Sterman y Héctor Presa. Música: Litto Nebbia. Letras de canciones: Manuel González Gil. Coreografías: Mecha Fernández. Vestuario: Lali Lastra. Utilería: Lelia Bamondi. Diseño de luces: Héctor Presa. Asistente de dirección: Ana Laura Pacor. Con: Matías Zarini, Sol Ajuria, Marina Pomeraniec. Entrenamiento actoral: Lali Lastra. Dirección: Héctor Presa. Teatro La Galera Encantada, Humboldt 1591. Entradas, $ 8 . Sábados 20 y 27 y domingos 21 y 28 de este mes, a las 17.30.
Nuestra opinión: bueno
Un niño, Martín, comienza a ordenar su cuarto, pero las cosas no le salen del todo bien. Se distrae, se le hace tarde para ir a jugar con sus amigos y ver a su novia. De modo que empieza a armar un imaginario partido de fútbol entre su escuela y un equipo profesional, valiéndose de sus cosas, en la habitación. Pero en la fantasía, el juego se pone violento, a medida que Martín va reaccionando a las actitudes injustas y agresivas que imagina en los jueces de línea, en el árbitro y en jugadores del equipo contrario.
De este modo, paulatinamente, la fantasía cambia de clima y se convierte el algo rabioso. El partido se mezcla con un combate, para el cual el protagonista usa juguetes de guerra, luego se imagina que está rescatando a un soldado en combate, o sea que imita ficciones que puede haber visto en el cine o la televisión. Pero también vuelca en sus delirios su furia contra supuestas situaciones injustas en las que intervienen su hermanita pequeña, su amigo y su novia.
Martín es, primero, el héroe de las historias que se inventa con cualquier objeto de su cuarto, y luego se va transformando en una especie de vengador furioso.
La actuación está matizada con supuestos relatos periodísticos de informativos de la televisión, en una ingeniosa puesta que separa el cuarto de Martín donde él está jugando de los personajes reales como su mamá, su hermana, su novia, y su amigo "el gordo", y en la que a veces se ubican personajes complementarios, como por ejemplo, unas relatoras de noticieros.
Al final, el niño queda desolado frente a su propia agresividad y sus consecuencias, y su canción es un rechazo a un entorno que legaliza la competencia agresiva que lo ha contagiado.
La historia, retomando un espectáculo que el Grupo La Galera Encantada estrenó en el teatro San Martín en 1984, con la actuación de Héctor Presa, está orientada hacia los adultos y a los niños mayores que pueden reconocer la situación y, tal vez, intentar cambiar algo. El niño protagonista dice "No va más", su canto de protesta se dirige al mundo de violencia que lo rodea y lo impregna; pero no sabemos qué hará él. Los textos de las canciones expresan una reacción a ciertas injusticias o contradicciones que rodean a la infancia, o por lo menos, a cosas que a los chicos no les gustan, como en el caso de "Protesto" y "No más", la canción final, representando una rebeldía legítima de los niños, pero algunas partes de los textos suenan anacrónicas, tal vez antiguas, lejanas o imprecisas en cuanto a la edad representada.
De todos modos, se trata de una propuesta original, con un desarrollo teatral convincente, con buenas actuaciones y con planteos sobre los que chicos y adultos pueden luego conversar y que sin duda servirán para que reflexionen juntos.