Moria Casán, en una comedia previsible
Se destaca la labor del transformista Lady Barby
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Una familia poco normal. Libro y dirección: Gerardo Sofovich. Con Lady Barby, Alvaro "Waldo" Navia, Juana Repetto, Emiliano Rella, Moria Casán, Claudia Albertario, Rolo Puente, Miguel Jordán, Violeta Lo Re, Toti Ciliberto y Viviana Canosa. Montaje: René Bertrand. Escenografía: Daniel Feijóo. Iluminación: Manuel Garzo. Sonido: Gabriel Sanci. En el Multiteatro.
Nuestra opinión: regular
En Una familia poco normal , Gerardo Sofovich, en su carácter de director y autor, es fiel a sí mismo. A su modo, Moria Casán, también. Y como hay un pacto con el público que les da muchos dividendos, ninguno de los dos se aparta un centímetro de lo que la mayoría de los espectadores va a buscar. Por esos carriles ya transitados circula el espectáculo que protagoniza esta señora junto a un nutrido elenco.
La trama es sencilla e incluye varias situaciones cruzadas, confusiones, momentos imprevistos (algunos de ellos, bastante previsibles), una secretaria de Sofovich ligerita de ropa, improvisaciones, los típicos momentos en los que se debe parar la acción porque los actores se tientan (o simulan hacerlo), la conocida fórmula de mezclar a los personajes con los actores, morcilleos, dobles intenciones, un debut actoral olvidable (el de Viviana Canosa), algún que otro chivo, una sólida escenografía y más situaciones cruzadas que dan vida a esta familia tan poco normalita. Ese constituye el núcleo base de esta propuesta más, claro está, la presencia de Moria.
En este contexto son pocas las sorpresas. A lo sumo, la actuación de la dragqueen Lady Barby (un tal Leo que tiene años de batallar en la escena under nocturna) aporta aire, frescura, cierto desparpajo e infinidad de remates que el público disfruta, aplaude y agradece. El resto cumple (como "Toti" Ciliberto o Miguel Jordán), la rema aunque la corriente le juegue en contra (como sucede con Emiliano Rella) o realizan lo suyo en los márgenes esperables (como sucede con la misma Moria).
Claro que la estructura de esta comedia (género sumamente complejo de hacer) tampoco ayuda demasiado. En varias escenas Sofovich deja a 10 personajes en escena y muchos de ellos quedan varios minutos sin justificación dramática o una acción física que los sostenga. Pero, claro, está Moria, hay chicas bonitas, puertas que se abren y se cierran, figuras conocidas de la tele y la firma de Sofovich.



