Murió Claudio Segovia, el creador de Tango Argentino
Su marca fue la fusión de sonidos populares en medio de grandes puestas que fueron premiadas y éxito en el mundo
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Hoy al mediodía la Asociación Argentina de Actores dio a conocer la noticia de la muerte del director, escenógrafo y productor Claudio Segovia. “Con Tango Argentino y otros espectáculos impulsó la proyección internacional de las culturas populares”, remarcó el comunicado.
Por su parte, el secretario de Cultura de Nación, Leo Cifelli, señaló en las redes sociales. “Su obra más emblemática, Tango Argentino, creada junto a Héctor Orezzoli, fue mucho más que un espectáculo: fue un puente cultural que proyectó el alma de nuestra música y danza emblemáticas a los escenarios más importantes del mundo. Claudio supo llevar la intensidad, la elegancia y la pasión de nuestra tradición tanguera a millones de espectadores, y convirtió a Tango Argentino en un hito ineludible de nuestra cultura, influyendo en generaciones de artistas y en la forma en que el mundo percibe al tango [...] Siempre lo recordaremos por su visión creativa, su amor por nuestras raíces culturales y su humildad como creador", apuntó el funcionario quien recordó que, junto a Valeria Ambosio, directora del Palacio Libertad, se habían reunido con la ilusión de pensar en un nuevo proyecto.
Claudio Segovia nació el 31 de agosto de 1933. Siendo niño sus padres descubrieron su veta artista, su pasión por la pintura. Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano y luego cursó simultáneamente la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova. Egresó a los 20 con el título de Profesor Superior de Escenografía y Figurinista, en 1954.
En 1955 viajó a París becado por el gobierno francés. En 1962 empezó a trabajar como escenógrafo y vestuarista en diversas obras de teatro. Trabajó muchos años creando escenarios y trajes para Nacha Guevara, Sergio Renán y Jorge Lavelli. En 1967 estrenó en el desaparecido Teatro Odeón La raíz y la tierra, que luego presentó en la Unión Soviética, Polonia, Hungría, Alemania, Italia y Portugal. Participaban figuras como Mercedes Sosa y el ballet de El Chúcaro y Norma Viola. En1972, conoció a Héctor Orezzoli, con quien armó una dupla creativa que apostó por desarrollaron espectáculos centrados en la pureza de las culturas populares.

En 1980, estrenó en Sevilla, España, Flamenco puro, que fue fruto de una investigación que desarrollaron juntos en Andalucía. En escena se presentaban 25 artistas gitanos. Entre ellos, Manuela Vargas. En 1983 fue el turno de Tango Argentino, espectáculo clave en la historia del teatro local que logró una impresionante trayectoria internacional. Le siguieron Black and Blue, en 1985, un homenaje a la música afroamericana protagonizado por Ruth Brown. En 1992 creó Noche tropical, que estrenó en Tokio. En 2006, Brasil brasileiro, con Elza Soares y, dos años después Maipo siempre Maipo, una propuesta íntegramente creada por Claudio Segovia e interpretada por un elenco de más de 50 artistas que encabezó Antonio Gasalla junto a Claudia Fernández, Ximena Capristo, Cecilia Rossetto, Gloria Montes y Miguel Habud.

En nuestro país fue galardonado con los premios Molière, Sadaic y ACE, entre otros. En el exterior, por Tango Argentino obtuvo el Premio Astaire, el galardón que entrega la prensa extranjera en Nueva York, y el Olivier Award, en Inglaterra. Por Black and Blue obtuvo tres premios Tony y Noche tropical fue elegido como el mejor espectáculo de Tokio en la temporada de 1992.
La marca de un creador único
Tango Argentino marcó un antes y un después para Claudio Segovia y para la proyección internacional de grandes montajes locales. Se estrenó el 11 de noviembre de 1983, en el Théâtre du Châtelet, para el Festival de Otoño de París. Antes del debut se habían vendido 250 entradas para un teatro de 2500 butacas. Desesperados, empezaron a invitar a amigos y amigos de amigos. Por suerte, la prensa parisina esa día le había dedicado varios artículos que hicieron que para la noche del kilómetro cero de este montaje increíble por su factura y recorrido la emblemática sala estuviera llena. Cuando sonaron los bandoneones se produjo un silencio sepulcral y al terminar “Quejas de bandoneón” surgió un aplauso inconmensurable. Claudio Segovia respiró relajado. Algo bueno se venía.
Lo cierto es que nadie imaginaba que esa compañía, que había viajado con gran incertidumbre sobre su destino y sin pasajes de regreso, iba a girar a sala completa, por más de diez años, por las principales capitales y teatros internacionales. Pasaron por ese gran montaje parejas emblemáticas de tango como Juan Carlos Copes y María Nieves, Carlos y María Rivarola, Héctor Mayoral y Elsa María, Nélida y Nelson; junto a Roberto Goyeneche, Raúl Lavié, María Graña, Jovita Luna, Elba Berón, Horacio SalgáSalganldo de Lío, el Sexteto Mayor, Jorge Luz, Osvaldo Berlingieri, entre muchos otros.
“Lo que hicimos con el espectáculo fue llevar a escena el tango en estado puro. Tomamos un arte popular que existe en la vida, una creación que habían hecho los argentinos y que estaba marginada en el 83. Tango Argentino significó la forma más noble y auténtica de transportar un arte que existe en el pueblo a un escenario. Se pueden haber hecho muchos espectáculos de tango, pero fue la primera vez que se completó una compañía con esos grandes artistas”, apuntó el mismo creador durante un encuentro con LA NACION.
Tango argentino estableció a escala global un formato de espectáculo musical tanguero conformado por orquesta en vivo, varios cuadros de baile que cuentan la historia del género, un cuidadoso diseño de vestuario y un repertorio de clásicos. La fórmula imbatible tuvo su prueba de fuego en Broadway. A partir de ahí, el éxito se multiplicó por diez.
“Durante la gira por los Estados Unidos se cae una fecha en Boston y surge la posibilidad de actuar en el City Center de Broadway -comentó en ese mismo reportaje-. El estreno se hizo de forma salvaje. Hicimos sold out y tuvieron que habilitar un palco que no se usaba hacía 40 años. Además vinieron las personalidades más destacadas: Martha Graham, Mikhail Baryshnikov, Rudolf Nureyev y Robert Duvall. Estaban todos fascinados. Las mujeres venían vestidas de negro, los hombres se engominaban y al calor del espectáculo surgieron bailarines de tango en todo el mundo".

Hugo Beccace escribió en LA NACION una crónica de su fiesta de cumpleaños de 2013. Para la ocasión invitó a 150 personalidades que fue agrupando en mesas de ocho entre los que estuvieron Mirtha Legrand, Juan José Sebreli, Enrique Pinti, Paolo Rocca, Adriana Rosenberg, Nacha Guevara, Marilú Marini, Josefina Robirosa, Felisa Pinto, Edgardo Cozarinsky, Violeta Rivas y Pablo Ramírez, entre tantos otros. Entre platos y copas, Segovia anunció que, en algún momento, iba a presentar un “showcito”. Acostumbrado a pensar en grande, llegado el momento presentó a una orquesta de lujo y la pareja de bailarines conformada por Milena Plebs y Demián García que copó la pista. Raúl Lavié cantó “Naranjo en flor”. María Graña, “Caserón de tejas”. Para el final, María Nieves bailó llevada por la “marca” magistral de Pancho Martínez Pey. Un lujo tras otro.

Durante esa noche, el periodista recordó el inicio de Tango Argentino. “Cuando la compañía se fue a París en 1983 para intervenir en la función de clausura del Festival de Otoño, le faltaba todavía reunir dinero para los pasajes de vuelta. Le pidió ayuda y contactos a todo el mundo, incluida Mirtha. Por último, pudieron conseguir lugar en una aeronave de carga de Aerolíneas del Estado. Compartían el aparato con ¡un envío de misiles! Debutaron en el Châtelet y esa misma noche les ofrecieron un contrato por dos años. Después fue el turno de Nueva York. Y tras esos triunfos, llegó el renacimiento del tango” relató Beccacece, uno de los invitados al showcito. Otro dato de color: en el avión militar junto a los músicos, bailarines y Jorge Luz iba un cohete Exocet que tenía que ser reparado en Francia.
En muchos aspectos, que el tango de Buenos Aires ocupe un lugar central a nivel mundial se lo debemos a este creador único fallecido hoy que, en su momento, no convenció a ningún productor privado para que Tango Argentino se estrene en Buenos Aires. El espectáculo llegó a la capital del tango ya con mucho millaje, premios y aplausos internacionales. En 2011, la creación de Claudio Segovia y Héctor Orezzoli, ya fallecido, se presentó en un escenario montado en el Obelisco porteño frente a unas 15.000 personas. Como en aquella noche parisina, arrancó con “Quejas de bandoneón”. Trascartón, surgió otro aplauso inconmensurable. Segovia debe haber respirado con un dejo de felicidad.
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