Se entregaron los premios María Guerrero
Con muchas ausencias, hubo momentos de emoción
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Anteanoche, minutos antes de las 20, la banda militar Tambor de Tacuarí, del Regimiento de Infantería I Patricios inauguraba la ceremonia de entrega de los Premios María Guerrero 2009 junto a la soprano, cantante lírica y popular Gabriela Pochinki, invitada especialmente para entonar el Himno Nacional Argentino. Con la conducción de Martín Wullich, así comenzaba la edición 2009 de este tradicional galardón que desde hace 23 años la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes otorga a "La gran familia del teatro".
"Los premios María Guerrero son los más importantes del teatro argentino. Y si bien los entregamos todos los años, esta vez el Cervantes se vistió especialmente de fiesta para conmemorar el bicentenario", señaló Norma Duek, presidenta de la Asociación Amigos del Teatro Nacional Cervantes, minutos antes de comenzar la ceremonia.
Como novedad, a los rubros tradicionales (mejor actriz; mejor actor; mejor director; mejor autor y mejor vestuario) en esta nueva edición se anexaron los premios a la mejor escenografía y a la mejor iluminación. Y por única vez, se entregaron cuatro Premios Bicentenario a Mirtha Legrand -madrina del María Guerrero-, Norma Aleandro, Alfredo Alcón y Maximiliano Guerra. Lamentablemente, muchos de los premiados no estuvieron allí para recibir su galardón.
Después de las palabras de la presidenta de la Asociación, que subió al estrado junto al embajador de España, Rafael Estrella, la primera en recibir la estatuilla fue Mirtha Legrand, que además de los agradecimientos de rigor, pidió por la restauración del Teatro Nacional Cervantes. Enseguida continuó la entrega de menciones especiales para representantes de las salas Siranush y Cine-Teatro Brown, y se confirieron los Premios Estímulo para Emiliano Dionisi ( De hombre a hombre y Titulares ); Pablo Rotenberg ( Souvenir ); Julieta Zylberberg ( Agosto) y Pablo Razuk ( Memorias de una pieza ).
La breve actuación de Valeria Lynch, que interpretó las canciones "Me das cada día más" y "Piensa en mí", fue la bisagra para adentrarse en la segunda mitad de la noche, cuando se otorgaron los premios a la trayectoria a Hilda Bernard -que muy emocionada recordó los comienzos de su carrera en ese mismo escenario, hace 68 años- a Fernando Heredia y a Duilio Marzio.
Los mejores
A continuación, se entregó una seguidilla de galardones: mejor vestuario, a Graciela Galán, por La cocina ; mejor diseño de iluminación, a Ariel del Mastro, por Concierto amoroso ; mejor escenógrafo, a Tito Egurza, por Marat-Sade ; y mejor autor, a Mario Diament, por Informe sobre la banalidad del amor .
Siguieron los premios a la Mejor Actriz, otorgado a Alejandra Darín también por Informe sobre la banalidad del amor , quien se mostró especialmente conmovida al recordar que su padre había actuado sobre ese mismo escenario; mejor actor, para Manuel Callau por El placer de volver a verla y al mejor director, para Agustín Alezzo, por Un rufián en la escalera .
Hacia el final, se entregaron los diplomas de reconocimiento a Enrique Pinti, Los Macocos (que cumplieron 25 años de trayectoria), Pepe Cibrián Campoy, Angel Mahler, Lino Patalano y Horacio Salgán que, a punto de cumplir 94 años, se mostró el más sencillo entre los premiados: "Seguramente esta distinción supera los pocos méritos que pude tener en 75 años de trayectoria".
Para el cierre de la noche estaba prevista la actuación de Maximiliano Guerra aunque, según explicó Martín Wullich, por inconvenientes personales no pudo asistir a la cita. Una pena.




