Talento con humor, bailes y canciones

Amantes odiosas. Idea y dirección general: Diego Hodara. Con Laura Conforte, Romina Groppo y Débora Turza. Arreglos y dirección musical: Gabriel Goldman. Adaptación de las letras: Marcelo Kotliar. Coreografía: Gustavo Carrizo. Vestuario: Héctor Ferreira. Músicos: G. Goldman, Laura Molina, Gabriel Archilla y Fabián Fazio. Sonido: Mariel Ostrower. En Velma Café. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: bueno

Si juntamos los currículum de todos los integrantes de esta compañía, aparecerán los títulos de todas las principales comedias musicales de los últimos 15 años. Ya sea como bailarines, cantantes, músicos o con mayor o menor notoriedad, estas chicas y muchachos tienen un trajinar importante en ese ámbito. Se cortaron solos un rato e hicieron bien. Lo mejor de este tipo de espectáculos es poder encontrarse de frente con el talento a pleno de estos artistas que a veces no tienen tanto lucimiento cuando forman parte de la masa del coro.

Romina Groppo, Laura Conforte y Débora Turza son excelentes en lo suyo. Cantan y bailan muy bien, y además, son intérpretes interesantes. Irrumpen en escena con desparpajo y con la misma seguridad con la que deben pisar los livings de sus casas. Ellas son musicales y cada uno de sus movimientos son sorprendentemente orgánicos. Y dan muestra fiel de que sus lenguajes son a través del canto y la danza. Es a través de esa vía donde llegan a sus fibras más íntimas y así lo transmiten.

Amantes odiosas pretende hablar de las mujeres, amantes, amadas o que pretenden amar. Es un concepto que, en escena, se ve liviano y hubiera resultado más vigoroso con una dramaturgia o una estructura teatral más sólida. Hay teatralidad, eso es innegable, pero principalmente se ve una sucesión de temas musicales muy bien interpretados.

Las canciones elegidas forman parte de comedias musicales no tan conocidas y esa elección es agradecida. Ciudad de ángeles, Yo amo a mi mujer y El acto son algunas, a través de autores como Cy Coleman, David Zippel, Michael Stewart, Fred Ebb, John Kander, Cole Porter, Maury Yeston y los Gershwin, entre otros.

Muchas veces las adaptaciones de estas canciones (que son nada menos que pedacitos de obras teatrales) son odiosas. No es el caso, Marcelo Kotliar no sólo fue fiel a las letras originales sino que las adaptó de modo exacto para no perder el humor ni el sentido que le dieron los autores.

Diego Hodara hizo un buen trabajo en la dirección, aunque tal vez su puesta en escena esté algo estática por momentos. Las tres intérpretes tienen una combinación exacta de gracia y sensualidad y sus propios momentos de lucimiento.

Otro protagonista es Gabriel Goldman, en piano y con sus arreglos musicales, sobre todo los tres últimos temas. Lástima que Gustavo Carrizo no haya aprovechado más las virtudes de las chicas en la danza. Asimismo, aunque es perfecto y bello, hay cierto abuso del recurso coral. De todos modos, Amantes odiosas es una buena excusa como para terminar la noche del viernes en pleno Palermo Hollywood.

Por Pablo Gorlero

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