Un cuento sensible e íntimo

Un cuento de lágrimas en portugal / Libro e interpretación: Silvia Copello / Musicalización y sonido: Érika Brandauer / Visuales y luces: Mariano Pozzi / Dirección: Fernanda Gómez / Sala: Teatro del Pasillo / Funciones: viernes, a las 21 / Duración: 60 minutos / Nuestra opinión: buena

Una de las historias de amor más conocidas en la península ibérica es la que vivieron Pedro I de Portugal e Inés de Castro, quien llegó a ese país desde Galicia, como dama de compañía de su segunda esposa, la infanta española Constanza Manuel de Castilla. Pero apenas llegaron a la corte, el soberano se enamoró perdidamente de la hermosa Inés. Mucho pasó después: tuvieron hijos, se casaron en la clandestinidad, ella fue asesinada por orden del padre del rey y Pedro se casó oficialmente con ella, aunque post mortem. Esto dicho en pocos renglones, pero muy bien narrado durante una hora por Silvia Copello en este bellísimo espectáculo.

Con delicadeza, con la dulzura de su decir y un amor por la épica, Copello recorre esta historia de amor como si de un cuento se tratase. Así, el espectador quedará atrapado no sólo por su exquisita narración, sino también por un atinado trabajo visual y fílmico realizado por Mariano Pozzi e incorporado a una puesta en escena de Fernanda Gómez que se adecua muy bien al espacio más pequeño del Teatro del Pasillo. La mismísima actriz queda incorporada a ese marco visual de singular belleza, que no sólo ilustra, sino que conduce. Hay en la propuesta un aire límpido, íntimo y sensible que seduce.

Como carismática juglar, Copello integra al público y narra mirando a los ojos sin invadir. Por el contrario, contagia su pasión, su ternura, su propio enamoramiento de esta historia que, según se ve en el aspecto multimedia de la propuesta, la ha llevado a recorrer los mismos lugares donde ocurrieron los hechos en el siglo XIV, tanto en España como en Portugal.

Un elemento importante y vital en la propuesta es la musicalización de Érika Brandauer, que ilustra con esos encantadores sonidos del norte de la península ibérica.