
"Ambiciones" con enemigos íntimos
"Ambiciones", unitario. Libro: Gustavo Belatti y Mario Segade. Dirección: Miguel Colom. Con Susú Pecoraro, Celeste Cid, Fernán Mirás, Carlos Belloso, Antonio Birabent, Thelma Biral, Gloria Carrá y elenco. Los miércoles, a las 23, por Telefé.
Nuestra opinión: bueno
Luego de las innovaciones narrativas y estilísticas de "Resistiré" y "El Deseo", la dupla Belatti-Segade decidió aplicar su considerable talento para la estructura narrativa y la creación de familias tan monstruosas como verosímiles a una historia bastante más clásica que aquellas que les dieron renombre, pero no por ello con menos atractivos.
Cada uno de los integrantes de la familia López Armestoy tiene una idea precisa de qué debería hacerse para sostener el éxito del holding familiar e intenta persuadir al patriarca (Aldo Barbero) de que opte por seguir su consejo. Lucrecia (Susú Pecoraro) quiere quedarse con ella, mientras Fernando (Antonio Birabent), el preferido de su madre (Thelma Biral), se inclina por venderla a un grupo extranjero justo cuando se cumplen sus 15 años de existencia con una gran fiesta, que sirve como presentación de todas sus miserias y conflictos.
Ambas posturas, apoyadas por los respectivos maridos y esposas de los herederos (Carlos Belloso y Gloria Carrá), desencadenarán una verdadera guerra cuando el jefe de la familia muera de un supuesto ataque al corazón durante el festejo, dejando a viuda e hijo en posición inmejorable de llevar adelante sus designios económicos.
Pero la casualidad -una herramienta que los responsables del libro han sabido utilizar para su provecho en todos sus programas- dictará la aparición de un mensajero que cambiará el equilibrio de fuerzas: existe un tercer hermano, Cristian (Fernán Mirás), hijo de López Armestoy con una de sus secretarias. Ni lenta ni perezosa, Lucrecia marcha a conquistarlo para su causa y se encuentra con que su flamante hermano padece de una rara enfermedad mental. Sus causas no quedan demasiado claras (de hecho, son tan confusas como para imaginarlas como punto de partida de una revelación sensacional y futura), pero sus efectos son lo suficientemente evidentes como para que Lucrecia y su marido decidan instalarlo en su casa y "educarlo" para que logre engañar a sus flamantes parientes y sea aceptado como heredero.
La aparición de la mejor amiga de Cristian, la misteriosa Nina (Celeste Cid), que no es quien parece y aparentemente responde a una tercera facción, termina por presentar una historia que logró proteger el ritmo necesario para dotar de interés a un relato más emparentado en términos estilísticos con los dramas familiares de la TV norteamericana que con el unitario con continuidad.
Clásica y moderna
Dados las necesidades de presentación del nutrido elenco de personajes y los posibles conflictos de una trama que no hará sino complicarse, "Ambiciones" supo dosificar la información sin recaer en vaguedades o exposiciones remanidas. Un mérito compartido por los verosímiles diálogos del guión, una realización prolija y despojada -cuya mayor virtud es no llamar la atención sobre sí misma- y el notable elenco que da vida a la familia López Armestoy.
Por lo menos en este primer envío supo sugerir con pocas pinceladas la interioridad de sus personajes, que todavía no han mostrado sus verdaderas debilidades y fortalezas (especialmente en el caso de Cristian y Nina). En todos los casos, el mejor resultado proviene de oponer una composición realista a los climas ominosos que -quizá debido a las anteriores creaciones de Belatti y Segade- no hacen sino pregonar la irrupción de lo fantástico y absoluto en medio de la realidad de una historia de género como sugiere ser "Ambiciones".
Sólo el tiempo dirá si el ritmo semanal logra destilar hasta su esencia a esta historia de ambiciones encontradas y -necesariamente- amores contrariados, que ya ostenta una encomiable autoridad en la ejecución de su propuesta, tan universal en su atractivo como la debilidad que propulsa a sus protagonistas.





