
Argentinos y mexicanos en una previsible aventura juvenil

Divina está en tu corazón / Idea y autor: Mario Schajris / Elenco: Laura Esquivel, Manuel Masalva, Ingrid Martz, Alejandra Müller, Nora Cárpena, Jenny Martínez, Harold Azuara, Thelma Fardín, Vanesa Butera, Julieta Vetrano, Gabriel Gallicchio, Abril Sánchez, Marcelo D'Andrea / Producción ejecutiva: Paula Granica / Productor asociado: Pedro Ortiz de Pinedo / Productor general: Adrián Suar / Dirección: Rodolfo Antúnez y Lucas Gil / Canal: El Trece / Horario: de lunes a viernes, a las 18 / Nuestra opinión: regular
Producida en conjunto por Televisa, Pol-Ka y Cablevisión, Divina quiere iniciar una nueva estrategia en el negocio televisivo dirigido a la audiencia infantil, adolescente y juvenil en el mercado hispanohablante. Se trata de nombres muy fuertes de la producción de TV en la Argentina y en México, asociados con la idea de quitarle a Disney el monopolio regional de producción de series destinadas a ese público, con personajes protagónicos por lo general ligados a la búsqueda de la familia perdida y a la realización de sueños a través del arte.
El primer resultado de esta alianza es Divina, una serie producida y realizada íntegramente en la Argentina, pero con una impronta marcada a fuego por el gigante mexicano que la coproduce. Aquí, la acción traslada al mundo juvenil casi todos los elementos temáticos, estilísticos y simbólicos de la telenovela adulta, pero con otra dinámica, propia del cambio generacional. El lenguaje cambia, las acciones se suceden con mucha más velocidad y los personajes reaccionan de manera acorde a las expectativas de su edad.
Así, en Divina vemos claramente planteadas las diferencias sociales que marcarán a fuego la evolución del vínculo entre los protagonistas (una chica criada en la calle y un chico de familia rica), dos personajes llenos de buenas intenciones que contrastan con sus codiciosas y egoístas antagonistas, y una misteriosa trama familiar con parientes perdidos y herencias esquivas. Eso sí, los chicos de la calle liderados por el personaje de Esquivel muestran un pasar demasiado holgado para atribuirles esa condición. Hay demasiado realismo en la TV de hoy como para que ese detalle pueda pasarse por alto.
La trama avanza entre una sucesión de equívocos enmarañados y muy previsibles, pero al menos planteados en su continuidad con bastante fluidez. Contra lo esperado, en los primeros tramos casi no aparecen números artísticos y sí, en cambio, un desfile interminable de personajes secundarios alrededor de los cuales la acción se dispersa mucho más de lo aconsejable. Con la misma fórmula, Disney siempre logró en historias corales de este tipo que cada personaje tuviese el espesor adecuado.
La única novedad es la decisión de apostar fuerte al mundo de las redes sociales a través de referencias visuales explícitas y al perfil de algunos personajes, sobre todo el del mexicano Harold Azuara, un youtuber que tiene la fortuna de hacer su número diario, casi siempre extenso y ajeno a la acción. Detrás de esta presencia hay un propósito externo: llevar la historia al mundo de Facebook, Instagram, Snapchat, las aplicaciones y los canales de YouTube.
El dispar elenco afronta la dificultad de la convivencia, no siempre armónica, entre el acento argentino de la mitad de los actores y el mexicano de la otra mitad. Como protagonista absoluta, Esquivel confirma su desenvoltura, pero con más elocuencia que naturalidad, en tanto la estrella azteca Ingrid Martz luce demasiado joven para su personaje. Entre tanto entusiasmo se destacan la frescura de Jenny Martínez (con la ayuda de su experiencia en Aliados) y la autoridad de Nora Cárpena, que endereza en cada aparición todo lo que amenaza con torcerse.
4,2
puntos de rating
En una franja de audiencia magra, anteayer superó por poco a Infama (América) pero quedó por debajo de Cortá por Lozano, el magazine de Telefé






