Economía en tacos altos y con nuevas ideas: quiénes son Marcela Pagano, Julia Strada y Virginia Porcella
"Camine, señora, camine", recomendaba a cámara Ángela María Palermo de Lázzari. Desde la pantalla de ATC (hoy Televisión Pública Argentina), Lita de Lázzari le hablaba a las amas de casa con un lenguaje simple. Entre sus consejos sostenía que las mujeres no fueran al supermercado con el estómago vacío para no tentarse, que buscaran precios, que llevaran una listita con los productos necesarios, que caminaran para comparar precios antes de tomar una decisión. Un ama de casa mediática que se convirtió en símbolo.
Por aquellos años, esa era toda la participación en pantalla que tenían las mujeres en relación al espectro financiero: la economía del changuito. Mujeres hablándoles a otras mujeres que manejaban el ingreso del hogar para lograr llenar la heladera. Pero ese era el límite. Por eso, en estos días en los que nos la pasamos hablando de economía y repetimos palabras como default, acciones, corralito o vemos cómo sube el dólar, LA NACION convocó a tres periodistas especializadas que pisan fuerte en canales líderes para derribar mitos y demostrar que los temas económicos ya no son exclusivamente de hombres.
Joven promesa
Julia Strada tiene 30 años. Vino al mundo un día que no fue como cualquier otro, entre saqueos tanto en su Rosario natal como en el resto del país. El entonces presidente Raúl Alfonsín había decretado estado de sitio. "Mi nacimiento ya estuvo atravesado por la crisis", cuenta esta joven promesa que todas las tardes explica la economía de forma sencilla y dinámica desde la pantalla de C5N. Además, tiene una columna en Futurock y es miembro del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
En tan corta vida, Strada no para de sacar a relucir títulos: estudió Ciencias Políticas, hizo una maestría en Economía y un doctorado en Desarrollo Económico. Un día se cruzó con Víctor Hugo Morales y el periodista la sumó a la radio primero y al canal de noticias después. "En ese camino me desarrollé como periodista, tenía el rigor académico pero no el periodístico, eso de chequear fuentes. Entré en 2016, en un momento crítico, por eso valoro que el canal haya tomado la decisión de poner a una mujer en horario central. Fue difícil al comienzo porque como casi no hay mujeres hablando de economía, no tenía referencias, me tocaba encontrar mi propio estilo y creo que lo logré", explica consciente del peso de su lugar y de que la mirada está puesta en ella por ser mujer y joven.
No hay mucho espacio para el error, una se gana los lugares a costa de no tener margen para equivocarse. No nos permiten llegar y ser mediocres. Ellos sí pueden
"No hay mucho espacio para el error, una se gana los lugares a costa de no tener margen para equivocarse. No nos permiten llegar y ser mediocres. Ellos sí pueden. Aún hoy en los canales cuando pasa algo grande, llaman a especialistas hombres para que opinen. Es como que se necesita a un varón que venga y explique, lo tenemos arraigado", asegura y resalta que lo mismo sucede en el núcleo duro de las finanzas, que es imposible de penetrar: "Si ves una foto, siempre son todos hombres los que toman las decisiones, por eso nunca está la visión económica con perspectiva de género, porque nunca estamos definiendo en lo macro, no discutimos finanzas, sino más bien nos tienen en cuenta para la economía familiar". Y pone de ejemplo a Christine Lagarde, quien negoció los acuerdos del Gobierno con el FMI: "Ella discutió asignación de recursos, algo muy relevante, y lo hizo sin perspectiva de género. Si la tuviera, algunos ajustes referentes a las mujeres no se darían".
Para ella, mudarse de Rosario a Buenos Aires fue un desafío que hoy le juega a favor: "Tengo una mirada federal en la que observo qué sucede en el país, qué pasa con los trabajadores despedidos en las ciudades que no son capitales. Ese nivel de federalismo me parece importante para pensar la economía, porque también te permite pensar al campo, a los productores, y a un cordón industrial muy fuerte. Tener esa combinación me permite pensar a la Argentina con ese mix, un modelo de desarrollo en el que todos puedan crecer", explica Strada.
¿Cómo contar la economía de forma sencilla? "Uno tiene que estar convencida de que el otro tiene la capacidad de entender, que quizás no tuvo la posibilidad de acceder a esos conocimientos. Cuando vos creés que hay una elite y que sólo algunos van a comprender y otros no, no hacés el esfuerzo de explicar. Entonces imagino que le hablo a una jubilada de 80 años que está tomando mate en su casa y que quiere comprender qué es lo que se dijo en una conferencia de prensa en la que se habla difícil. Me gusta empoderar a la gente con ese conocimiento".
Economía con tacos altos
Virginia Porcella tiene 45 años y una extensa carrera en el periodismo gráfico: es editora General de Forbes Argentina, fue editora de economía en distintos medios (BAE, Diario Perfil y revista Fortuna) y escribió tres libros: Economía con tacos altos (junto a Cecilia Boufflet, en 2013), Economía SOS (2014) y Feminomics (2016). Además es miembro del Board Editorial de Global Brands Media, columnista en Radio La Red y a diario desmenuza el universo económico en la pantalla de Telefe Noticias. "Lo del noticiero fue bastante particular porque cuando me fui de Perfil empecé a escribir libros de economía para mujeres con una amiga. Entonces iba a programas para promocionarlos y comencé a tener visibilidad. Alguien me recomendó para ser columnista y la adaptación se pudo dar naturalmente porque ya venía entendiendo de qué se trataba. Igual siento que me falta", reconoce la periodista.
Sus años en la docencia fueron fundamentales para este nuevo desafío, y a la hora de elegir un lenguaje llano para explicar algo que parece tan complicado, piensa en alguno de sus alumnos. "Me gusta contar las cosas de forma sencilla, porque parece alejado pero no lo es. Yo fui docente muchos años, entonces pienso en un chico y cómo se lo explicaría a él. Que no sepa de economía no significa que no lo entienda. Tal vez no sabe las teorías y no puede prever los pasos que vienen, pero sí puedo darle las herramientas para que se pueda defender. También me ayuda muchísimo la producción del noticiero, porque me dicen: 'Explícamelo como si tuviera 10 años para poder darlo al aire?, y es impresionante cómo cuando te escapás del formato, de la teoría económica, se clarifica. Así sea que se los mando por audio de WhatsApp, me contestán: 'perfecto, así al aire'".
Con analogías muy sencillas, Virginia se fue ganando su espacio y derribando todos los prejuicios, incluso los propios: "Hay un lugar muy común en la tele que me ha pasado, como en la época que promocionaba el libro, de encasillamiento: trajimos a la especialista para que hable de la góndola, del changuito, y la verdad creí que desde el canal iban a querer ir por ese lado. Me acuerdo que a las dos semanas de entrar se habló sobre el precio de la lechuga y no intervine. Obvio que yo hablo de los precios y de los supermercados porque es lo que nos interesa a todos, pero no quería quedar sólo anclada ahí. Por suerte no pasa y es el noticiero más visto del país, entonces con más razón está bueno que no suceda".
Porcella también coincide en que destacarse en este medio siendo mujer requiere un doble esfuerzo. Pero no baja los brazos. "Los hombres se prestan atención entre ellos, a nosotras no nos prestan atención y cuesta el doble, por eso a veces es necesario un 'hola, nosotras estamos acá hablando de esto y también sabemos'. Por eso está bueno que haya diversidad. En el diario me pasaba mucho más, que quizás no me querían contar algo y se lo terminaban pasando a un compañero. Hoy hacer que las sillas valgan, vale mucho", asegura optimista por lo que se viene. "Tiendo a creer que en todos los ámbitos está puesto el foco en que tiene que cambiar. Un escalón más abajo la oleada viene bastante fuerte, hay una batalla con este tema. La búsqueda del equilibrio hace que haya más espacio para hablar de política y economía, y de todos los temas en general", sostiene.
Con respecto al contexto actual, comenta: "Sin dudas es un momento súper desafiante porque antes hablábamos del equilibrio de género y no encontrábamos estabilidad a nivel general. Tenemos un presidente que los agentes económicos locales y del exterior lo ven como saliente y un candidato que esos mismos agentes lo ven como el próximo presidente, pero que les genera muchas dudas porque aún no se ha manifestado en esos términos. Y esa situación está generando un tránsito hasta fin de año que resulta inestable. Por momentos da la sensación que se puede llegar así y en otros, que puede complicarse. El desafío tiene que ser que ese tránsito sea lo menos duro y traumático para todos".
Periodista todoterreno
En cualquier vuelta de zapping la encontramos fácilmente. Es que a toda hora Marcela Pagano está hablando sobre economía en la pantalla de TN y en los noticieros de eltrece. Incansable, esta periodista de 28 años que estudió Ciencias de la Comunicación en la UADE y luego cursó una especialización en Economía y Finanzas para Periodistas, no para: si sus horas en pantalla se sumaran como millas, ya podría recorrer el mundo.
Su desembarco en los temas económicos se dio desde el comienzo de su carrera de forma natural: "Desde que arranqué en gráfica me especialicé en Economía. No fue una elección, todos los trabajos que me ofrecían eran vinculados a las finanzas, la política económica o los negocios. Arranqué en una pasantía a los 20 años en el diario Ámbito Financiero donde, una vez recibida me quedé y estuve unos cinco años y medio. Ahí aprendí el oficio en una redacción, en la que todos me duplicaban o triplicaban en edad. Fue una experiencia increíble, con compañeros generosos que me tuvieron paciencia para que yo pudiera aprender y mejorar en la búsqueda de información y en la calidad de mi pluma. Luego me fui a Clarín, diario en el que trabajé siete años y medio. Paralelamente hice radio en Mitre y televisión en América y Canal 7. Hace más de un año y medio dejé todo para poner un pie en TN".
También, en sus inicios, se dio el gusto de tomarse un recreo: "Durante años firmé una columna con seudónimo en Ámbito, "Barbara Mihura", donde hacia un análisis de estilo y casi sociológico del look de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Era la primera vez que Argentina tenía una mandataria a la que le gustaba explorar su femenidad, a veces hasta exageradamente. Y Roberto García, que en ese entonces comandaba la redacción del diario, me propuso hacer esa columna semanal en la contratapa. Pero se convirtió en una obsesión. Durante esos años podía reconocer a primera vista si la exmandataria había repetido una prenda y en qué fecha la había usado. Pero nunca dejé los números".
Si bien reconoce que se mueve en un ambiente donde la mayoría son hombres, ella nunca sintió que la discriminaran o no le dieran el lugar que se merecía. "Es cierto que en casi todos los trabajos que tuve y en los círculos en los que me rodeo de fuentes o entrevistados, hubo y sigue habiendo mayoría de hombres. Para mí la feminidad siempre fue una virtud. Y aunque es cierto que en determinadas empresas existe el famoso 'techo de cristal', ser joven y mujer en los lugares donde trabajé nunca me representó un problema", reconoce y cuenta que las experiencias más complicadas siempre estuvieron ligadas a las mujeres.
Muchas decisiones de la vida cotidiana tienen que ver con la economía. Yo creo que los argentinos son los más economistas del mundo, no hay mesa de asado de domingo donde no se hable de economía
"La misoginia la viví por parte de mujeres. Porque también existen las mujeres machistas que se concentran en la crítica despiadada desde el aspecto físico de sus pares o el desprecio intelectual al razonamiento femenino. Nunca me sentí acosada ni discriminada. Siempre tuve mucho carácter, siempre fui rebelde. Si me subestimaban, redoblaba la apuesta para demostrar en base a resultados que tenía capacidad suficiente para ocupar el lugar que ocupaba", asegura la periodista que en su cuenta de Instagram cuenta con casi 50 mil seguidores.
¿En quién piensa cuando explica la economía? "En mí cuando tenía 16 años –sostiene Pagano–. Siempre fui una buena alumna pero me costaban muchísimo las materias vinculadas a los números y a la economía. Y la única vez que me bocharon en toda la secundaria fue justamente en Economía. La entonces profesora que me desaprobó me hizo un gran favor. Al darme a entender que yo no servía para la materia en cuestión, me inspiró un desafío para crear mi carrera profesional: cómo hacer para que gente como yo, a la que le costaba entender la parte más técnica de la economía, pudiera tener una rápida comprensión de la materia. A partir de eso empecé a observar que el razonamiento económico y financiero aparece en casi todo lo que hacemos en el día a día, desde la elección de un producto en la góndola, la negociación de un sueldo o viático, el manejo de un ahorro, o la decisión de comprar un auto o una casa. Muchas decisiones de la vida cotidiana tienen que ver con la economía. Yo creo que los argentinos son los más economistas del mundo, no hay mesa de asado de domingo donde no se hable de algún tema económico".
Dress code: sexy
De un tiempo a esta parte, los noticieros se descontracturaron y cambiaron los escritorios desde donde contaban las noticias por pantallas gigantes que exigen planos completos. Entonces aparecieron los mini vestidos, escotes y pantalones ajustados. La lupa puesta en la estética del presentador más que en su contenido. Pero, ¿es necesario ser una femme fatale para hablar de números?
Si yo fuera gorda, por más que sepa de economía, no estaría donde estoy
Para Strada, la imagen cuenta. "Hay que cumplir con cierto estereotipo, una imagen atractiva para los estándares pratriarcales que transciende canales y de eso depende si te convocan o no. Si yo fuera gorda, por más que sepa de economía, no estaría donde estoy. Lo mismo sucede si tenés algún color de piel que no consideran para la pantalla. Es la triste realidad", asegura y agrega que ser joven también juega en contra: "Es un ítem que te quita poder. Y si encima sos mujer, no pintás canas, es como que tenés las dos y comienzan a infantilizarte. Muchos me dicen 'nena'".
Para Pagano, en cambio, eso es cosa del pasado. "Creo que supo ser así pero ya no. En todo caso hay cierto código de vestimenta que debemos cumplir tanto hombres como mujeres porque la tele es imagen. Por ejemplo, yo vivo en jean y en zapatillas en mi vida privada pero al aire uso blusas, pantalones de vestir, tacos y vestidos, y hombres y mujeres para salir al aire nos peinamos y maquillamos. La belleza es algo subjetivo, si lográs empatía en tu audiencia quizás hasta te vean más linda que a Pampita (risas). Lo que sí te exigen en los medios audiovisuales es que transmitas algo. No alcanza sólo con que sepas conseguir y dar información, se trata de usar un tono, gestos y palabras que te permitan llegar al público y captar su atención".
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