El Marginal 2: Dos muertos, Sapo acorralado y fuego en el patio
En San Onofre, después de que el patio se defendera de los ataques del Sapo Quiroga ( Roly Serrano ), nada parecía indicar que el que venía sería un tiempo pacífico. Y en el quinto episodio de esta temporada de El Marginal las sospechas se confirmaron.
En plena visita de Garófalo (Daniel Fanego), que poco y nada confía en Antín ( Gerardo Romano ), al auto incendiado del director se suman dos muertos. A Patricio ( Esteban Lamothe ) le habían pedido una prueba de confianza, tenía que rematar al Ninja (de la banda de los Borges) a quien habían dejado moribundo en la terraza. Pero el doctor, en cambio, le dispara a Raviolito (que es primo del Sapo). En este nuevo episodio, hay forcejeo en la terraza y el personaje de Lamothe es el único de los tres que sobrevive. El cuerpo de Raviolito cae desde la terraza a centímetros de Garófalo y Antín.
La batalla entre el director del penal y su superior es abierta. Antín dice que las mafias del sistema carcelario son preexistentes y que por eso lo atacan. Pero sus dichos no solo no convencen a su jefe sino que termina exigiéndole que baje su despacho a la plata baja, a la altura del patio. Con el Sapo indomable y Garófalo de sombra, Antín necesita un cambio furioso en San Onofre.
Borges vs. Quiroga: grito de guerra
Se terminaron las sutilezas, los mensajes encriptados y las miradas desde lejos, midiéndose. El Sapo quiso atacar al patio y solo logró que le lleven a Mario Borges (Claudio Rissi) a su búnker personal. Aunque en el fondo era lo único que quería, lo que encuentra en su contraparte lo deja por primera vez incapacitado para hacer cualquier cosa que quiera. Los dos son firmes y en la que se convierte en una de las escenas fundamentales del episodio, los dos líderes se miden. El Sapo arroja severo su queja, lo acusa de romper el call center y Mario lo esquiva. Se acercan y la tensión es cada vez más inquietante. "Tengo gente a diez metros de tu hija", le confiesa y Mario sabe que con esa frase está arrojando un grito de guerra.
James (Daniel Pacheco), que ya había ayudado a los Borges a hacer empanadas con el cuerpo de Ontiveros, mandó a su gente a seguir a la hija y gracias a eso Mario la tiene en la mira cuando "negocia" con el personaje de Serrano. Una primera victoria real para los Borges que a partir de ahí se tienen que encargar de organizar y convocar a quienes puedan apoyarlos (y tal vez por ello Mario se vuelve a meter en la relación de Diosito con Mecha, que se pelean). Es que, por supuesto, quienes tienen el dominio absoluto del penal no van a quedarse tranquilos con esta situación.
El colombiano que trabaja en la cocina y su grupo son los primeros en la nómina de los Borges, con contactos afuera y dispuestos a revolucionar el orden establecido en San Onofre, ellos ya saben lo que quieren. Oaky ( Rodrigo Noya ) y César (Abel Ayala) son piezas claves para la estrategia de los hermanos Marito y Diosito ( Nicolás Furtado ). Ellos fueron los que enfrentaron y frenaron el ataque al patio y son los que hablan de organizarse y de defender su lugar. Mario sale a la conquista: le da a César un rosario bendecido por Juan Pablo II, lo reconoce como líder, y a Oaky le regala un libro. Las bases se unieron, le dice, se movió el piso. Saben que tienen una oportunidad.
Emma y Oaky: encerrados afuera
Completamente sola, enemistada con Rita ( Verónica Llinás ), que en este episodio termina golpeada por el Sapo y al borde del quiebre total, y sin confiar demasiado en nadie, Emma ( Martina Gusmán ) lleva a Carla (Antonella Ferrari) a su casa. Ella siempre sospechó que su abuela la obligaba a prostituirse en la cárcel pero la muchacha le cuenta bastante más.
El negocio que maneja su abuela es mucho más grande. Traen a familiares de presos que vienen del interior, les ofrecen trabajo y casa, las engañan y luego las obligan a prostituirse. Carla no quiere, desprecia a su abuela y está segura de que ella le mandó gente para que la lastime. Pero además, le cuenta algo más: ella es hermana de Oaky (la que varias veces había pedido que lo cambien de penal pero él siempre se negó porque ahí está su gente) y le dice que él prefiere estar preso antes que estar con su abuela y que sabe cómo es ese negocio adentro de San Onofre.
Emma va a su trabajo e intenta hablar entonces con Oaky, que se muestra esquivo y le dice que no conoce la vida en el patio. Ella le dice que está dispuesta a ir y él lo toma como una prueba de su compromiso. Juntos entran al terreno que es cada vez más de los Borges. No podrían haber elegido peor momento para estar en ese lugar.
Mientras tanto, el Sapo se ahoga. Antes, el Cuis (Diego Cremonessi) le había ofrecido a Marito envenenarlo. No puede convivir ni un segundo más con él, que lo usa de radio y lo somete, lo obligó a cantar con su hija en el cumpleaños de quince y ahora los noticieros muestran videos de la fiesta horrorizados. Borges le pide que no lo haga pero, por alguna razón, el Sapo no puede respirar. Patricio (que todavía no sabe que su mujer se declaró culpable de la muerte de su marido, algo que podría liberarlo) termina salvando al villano interpretado por Serrano haciéndole una traqueotomía improvisada con una faca y una lapicera.
Puede que ahora el Sapo no tenga acceso al patio, pero eso no quiere decir que haya dejado de importarle. Para cerrar el episodio, llueven bombas molotov en el patio. Emma está conociendo el lugar, Oaky se lo está mostrando. "Nadie nos escucha a nosotros, esto tiene que cambiar", le dice unos segundos antes de que todo se prenda fuego y encierre por completo a todos los que se animaron a desafiar al Sapo.
El marginal 2. Estreno los martes, a las 22, por la TV Pública (repite el domingo, a las 23). Desde las 23 por Cont.Ar
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