El último episodio salió en 2004, pero Friends sigue vivita y coleando en Netflix , donde está teniendo un gran éxito entre los millenials más jóvenes, un fenómeno que la co-creadora Marta Kauffman dice que "disfruta enormemente". Cuando el programa llegó al servicio de streaming hace cuatro años, Kauffman dice que los amigos de su hija adolescente se engancharon, aunque estaban algo confundidos. "Le decían: ‘¿Viste ese nuevo programa, Friends?’", dice. "Pensaban que era una serie ambientada en el pasado." Aquí ella reflexiona sobre el fenómeno, habla sobre sus proyectos más nuevos, y recuerda su carrera de 30 años.
¿Qué pensás que es lo que anima el resurgimiento de Friends, especialmente en los espectadores más jóvenes
Es como una comida casera. Son momentos difíciles, y mucha gente prefiere algo casero que un programa difícil y malintencionado. El programa es cálido, hogareño, [los personajes] se aman. ¿Cómo no amarlo vos también?
Cuando apareció por primera vez, ¿cuál era el agujero que el programa venía a llenar en el mercado?
Creo que es difícil basar lo que vas a desarrollar pensando en qué existe y qué no. No hay fórmulas. Honestamente, nosotros [Kaufman y su socio creativo David Crane] acabábamos de terminar Dream On, un programa con un protagonista por escena, y queríamos hacer algo con un elenco más amplio.
¿En qué momento de las fases iniciales te diste cuenta de que iba a ser grande?
Hubo dos momentos. El primero fue nuestro primer ensayo con los seis en el set por primera vez, cuando leyeron la escena en el café. Me dio escalofríos, y pensé: "Esto es especial. Hay algo acerca de estos seis, y en el guión, que es especial". El otro fue cuando estaba caminando con una campera de Friends y alguien me paró en la calle para preguntarle lo que iba a pasar con Ross y Rachel. Habían salido miles de artículos, y los veíamos en las tapas de las revistas en los aeropuertos, pero eso fue lo que más me shockeó; escucharlo en una conversación en un restaurante, o que mi rabino me preguntara por el programa, es decir cuando empecé a verlo en conexiones extrañas.
¿Alguna vez pensaron en los actores principales para otros papeles?
Pensamos que Courtney Cox iba a ser Rachel. Fue ella la que dijo: "Yo debería ser Monica". Matthew Perry fue uno de los primeros nombres de la lista, pero estaba haciendo otro programa en esa época, así que le hicimos una oferta a otro actor, quien por suerte la rechazó, así que volvimos a Matthew. David Schwimmer había hecho un casting [para nosotros] el año anterior para otro piloto, y lo teníamos en mente cuando escribimos Ross, por su voz, la cosa de tipo avergonzado.
Para una generación de fans, Friends encarna la tele de reunión, es decir de gente juntándose a verla. ¿Sentís que algo se perdió con cómo vemos televisión hoy en día?
Un poco. Había algo de reunión [en juntarse todas las semanas a ver un programa]. Cuando yo estaba en la universidad, eran Mary Tyler Moore y Rhoda. Y parte del afecto que tengo por esos programas es que podíamos reunirnos en un cuarto a verlo como una comunidad. Ahora la gente se acuesta en la cama y lo mira en la computadora.
También hay beneficios en la época del streaming, especialmente para los creadores que hacen programas que las grandes cadenas jamás habrían aprobado en el pasado. Cuando hiciste Grace and Frankie, ¿tuviste algún problema para vender un programa centrado en dos mujeres mayores?
No, porque teníamos a Jane Fonda y Lily Tomlin.
¿Las habías conocido antes de trabajar en este programa?
No, y aún hoy, seis años después, cada tanto estamos leyendo en una reunión y miro y pienso: "Mierda, esas dos son Jane Fonda y Lily Tomlin".
¿Fue intimidante?
Dios mío, sí. Es no sólo su talento y sus ilustres carreras; además son extremadamente inteligentes.
Con toda la experiencia que tienen, ¿se sienten libres de hacer sugerencias acerca de diálogos, historias, cosas así?
Jane muchas veces dice que hay que arreglar una escena porque no siente el empuje que necesita para decir una frase, o que algo le parece falso. Muy cada tanto puede ser algo más grande, y Jane me llama para conversarlo. Pero no son para nada malhumoradas. Hacen el trabajo.
En el flujo actual de series y programas, ¿qué te gusta mirar?
Haunting of Hill House, Bodyguard, True Detective, Escape at Dannemora... Sólo miro dramas. Cuando miro comedias, es trabajo. Pienso: "Un momento, no entendí la estructura de ese chiste", o "Oh, esa narrativa es interesante". Es difícil que me enganche.
Tu productora de todas mujeres, Okay Goodnight, hace poco produjo un documental sobre la abogada Gloria Allred, Seeing Allred. ¿Qué te inspiró a hacer esa película?
Somos una compañía de mujeres y quiero estar involucrada con la mayor cantidad de proyectos centrados en mujeres que me sea posible. Y queríamos hacer una historia de una mujer que estuvo en el lado correcto de la historia.
Ella es un faro cultural que ha sido parodiada en programas como Los Simpson y South Park. ¿Esperabas mostrar una dimensión diferente de ella?
La han denigrado. La gente asume que ella es una puta de los medios, y no es sino hasta que la conocés que ver que ella es auténtica. Ella cree en todo lo que defiende. Pelea. Y hace un trabajo extraordinario. Cuando pensás en el caso Cosby y cuántas mujeres representó ella en ese período... O sea, ella hizo que cambiaran las leyes. No es algo que pasa sólo en la tele.
¿Cómo manejabas el machismo al principio de tu carrera?
Si estaba en una reunión y los hombres a los que les estábamos haciendo una propuesta miraban sólo a David y [el productor] Kevin [Bright], yo trataba de mantenerme activa en la conversación y que no me ningunearan ni minimizaran. Pero tuve muchas experiencias de misoginia. No podés evitar sufrirlas en esta industria. Cuando tenés un misógino dirigiendo un canal, y te dan notas, las notas van a estar escritas desde esa perspectiva.
¿Cuál sería un ejemplo de una nota misógina?
Cuando estábamos rodando el piloto de Friends, el director del canal en esa época dijo que Monica había tenido su merecido por haberse acostado con alguien en una primera cita -[el tipo] rompió con ella-. Terminaron mandando una encuesta al público de un ensayo, y una de las preguntas era: "Por haberse acostado con un tipo en la primera cita, ¿pensás que Monica es: a) una puta, b) una perra, c) una mujer fácil?
En esa época, una periodista me preguntó cómo era trabajar para alguien que venía del mundo del deporte, y le dije que no podía contestarle on the record, pero que era difícil trabajar con alguien con tendencias misóginas. Lo publicó. Él lo descubrió, y se enojó mucho.
¿Hubo consecuencias?
Le mandé una canasta con tampones, spray para el pelo, pintura para uñas... cualquier cosa que se me ocurriera para decirle: "Esto es para que te contactes con tu lado femenino". Y él me mandó una campera de cuero de Harley-Davidson para que yo me conectara con mi costado masculino. Así se resolvió. Fue un momento difícil, pero con un final feliz.
¿Sentís que ahora el machismo en Hollywood es menos abierto?
Creo que hay más consciencia, y más voluntad de las mujeres a hablar. No creo que haya cambiado mucho la sensación de que es un club de muchachos. Creo que lo máximo que se puede pedir ahora es: "pórtense mejor".
¿Tenés nuevos programas en preparación?
Sí, estamos desarrollando un par de cosas. Acabamos de terminar un guión basado en uno de mis libros preferidos de los últimos 15 años, We Are All Completely Besides Ourselves, de Karen Joy Fowler. Y le vendimos un piloto a TNT. Así que hay cosas en camino.
Has sido bastante firme y aclaraste que no va a haber una reunión de Friends. ¿Por qué?
Hay muchas razones. Una, el programa trata sobre un momento en la vida en el que tus amigos son tu familia. Ya no es esa época. Lo único que podríamos hacer sería poner a esos actores juntos de nuevo, pero el corazón del programa no sería el mismo. Dos, no creo que nos haría bien. Al programa le va bien, a la gente le gusta. Una reunión sólo sería una desilusión. "El capítulo en el que todos se desilusionan."
Maria Fontoura