
La televisión que vuelve en libros
La versión abreviada de la novela de Dumas y la telenovela hecha texto, en librerías
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Hace tres meses que Santiago Díaz Herrera y Laura Sáenz terminaron felices sus días en la televisión. Pero el romance aún sigue vivo. Al menos en las 496 páginas de la novela Montecristo, un amor, una venganza , que desde diciembre pasado está a la venta y que ya va por su segunda edición. Junto con ella también se publicó una versión abreviada del libro original, El Conde de Montecristo , de Alejandro Dumas, en el que el programa de TV está inspirado. Y mientras la telenovela, que protagonizaron Pablo Echarri y Paola Krum, salía al aire por Telefé, empezaron a aparecer en las mesas de novedades de las librerías distintas ediciones del clásico de la literatura. Todo parece indicar que la TV descubrió un nuevo negocio en el mundo editorial.
En agosto último, en pleno éxito de Montecristo , Adriana Lorenzón y Marcelo Camaño, los autores de la tira, recibieron un llamado de la editorial Suma de Letras, una división del Grupo Santillana. "Hace bastante tiempo que sigo la relación entre la TV y la literatura. Cuando vi el fenómeno de la telenovela, me di cuenta de que había autores decididos a hacer algo diferente", dice Julieta Obedman, directora de la firma que publicó Montecristo, un amor, una venganza . El 28 de diciembre pasado, un día después de que se emitiera el último capítulo del programa, 5000 ejemplares de la novela salieron a la venta.
"Nosotros hicimos sugerencias de lo que queríamos que se contara en la novela escrita", explica Lorenzón. Lo que ocurrió es que al mismo tiempo que se escribía la tira Jimena Aracama y Cynthia Edul llevaban a la prosa los guiones de Montecristo supervisados por los dos libretistas.
La venganza de los libretistas
"El acuerdo con Telefé fue que ellos se encargarían de la promoción del libro solamente", señala Obedman sobre el rol que el canal tiene con la editorial. Así, se pudieron ver por la pantalla de la señal las distintas publicidades de la novela, sobre todo cuando terminaba la emisión de la tira.
Para tomar la decisión de publicar el libro, en Suma de Letras se tuvo en cuenta el éxito del programa. "Se consideraron variables como que El Conde de Montecristo , de Dumas, se vendía bien, pero el indicador más importante para decidir fue la fiebre que despertó la telenovela", dice Obedman.
"Se hicieron algunas experiencias de trasladar programas de TV a libros, como Amo y señor y Rosa de lejos ", indica Lorenzón. Según dice, estas publicaciones formaban parte de las entregas que se hacían con algunas revistas y no de sellos editoriales como Suma de Letras.
Lo usual es que ocurra el proceso inverso, es decir, trasladar un libro a la televisión, como ocurrió con el unitario Mujeres asesinas , que está basado en las historias de la obra homónima que escribió Marisa Grinstein y del que, por el éxito del programa, se publicó un segundo volumen.
No sólo Lorenzón y Camaño tuvieron que supervisar el traspaso de la tira a la novela, sino que también debieron prologar la versión breve de la obra de Dumas, que publicó la editorial Andrés Bello y que respalda Telefé.
Según añade la autora, con Montecristo se pudo demostrar que el rol del guionista es fundamental en un programa de TV. "En el imaginario de la gente y de la televisión no es tenido en cuenta el autor", dice. "Si salía bien [la adaptación de El Conde de Montecristo , de Dumas, a una telenovela] podíamos conseguir algún tipo de respeto en una industria que, en general, no tiene demasiado respeto por los autores de televisión", escribieron Lorenzón y Camaño en el prólogo de Montecristo, un amor, una venganza , ese nuevo negocio que parece haber descubierto la TV.






