
"Midachi TV": el gran show de la vulgaridad
"Midachi TV" , show humorístico con el trío integrado por Dady Brieva, Miguel del Sel y Chino Volpato. Dirección musical: Quique Roca. Dirección autoral: Daniel Datola. Producción ejecutiva: Alejandro García Conde. Dirección: Julio Hormaeche. Producción general: Marcelo Tinelli. Una producción de Ideas del Sur para Canal 13, los viernes, a las 22.30 (empezó 22.45).
Nuestra opinión: regular
No le faltaba razón a Dady Brieva cuando dijo en el monólogo con el que se abrió anteanoche el primer "especial" de "Midachi TV" que en la televisión de hoy todo el mundo se ríe. "Hasta Santo Biasatti", ejemplificó antes de señalar que los humoristas miran a la pantalla chica con tanto miedo como respeto.
Si, con estas palabras, Brieva quiso decir que a partir de ahora las cosas empezaban a ponerse en su lugar y que con Midachi volvía a la TV aquella hora para el humor representada en otros tiempos por "La tuerca" y "Operación Ja Ja", habrá que explicarle que después de anteanoche nada cambió. "Midachi TV" no es otra cosa que la versión aumentada y teatralizada de ese estilo de comicidad chirriante, ruidoso, procaz y ramplón que la TV cultiva con entusiasmo a toda hora y que parece haber contagiado a un público cada vez más amplio y huérfano de alternativas genuinas.
Los casi 30 puntos con los que "Midachi TV" se hizo anteanoche imbatible en el rating (diez más que un adversario de tantos quilates como Harry Potter) dejaron en claro que hay una porción nada desdeñable de televidentes que respalda y festeja la fórmula que el trío Midachi convirtió en éxito teatral desde hace varias temporadas: un modelo que mezcla ciertas rutinas cómicas revisteriles y sketches que llevan a la máxima expresión de vulgaridad el "estilo Sofovich" con una sola y exclusiva idea: hablar de sexo en clave cómica con recursos y estereotipos ya gastados mil veces.
Habrá que admitir finalmente que es mucho el público que disfruta y festeja esta clase de ocurrencias cómicas. ¿Qué llevará a un espectador a celebrar el modo en que los Midachi degradan a la mujer, reduciéndola a un simple objeto sexual? ¿O cuando Brieva, el mismo que interactuaba con chicos en "Agrandadytos", invita a "la familia" a ver el programa y luego, travestido como una sexóloga de acento centroamericano, recurre a un lenguaje explícito y de dudoso efecto cómico para explorar con ánimo casi morboso un diálogo sobre temas íntimos con Andrea Frigerio?
Que en los títulos aparezca un equipo de cuatro guionistas, más la "dirección autoral" de Daniel Dátola, parece otro chiste del programa, esta vez involuntario. Es que en los distintos sketches, a partir de situaciones apenas desarrolladas, sólo causa gracia el momento en que alguno se tienta, "morcillea" o cambia las cosas sobre la marcha.
Y si asoma algún ingenioso apunte en "Tren fantasma", donde el trío satiriza a personajes clásicos de terror (Drácula, Frankenstein y el Hombre Lobo) sin asustar a nadie en un "país de terror", la situación cambia en el resto del tiempo, con Del Sel convencido de que es gracioso sólo porque grita y dice palabrotas, con Brieva desaprovechando a pura ordinariez su innato talento para la comedia y con Volpato subordinado a dos compañeros mucho más carismáticos.
Los integrantes del trío Midachi son buenos imitadores, correctos cantantes y se mueven con mucha destreza en el escenario, pero eligieron el camino menos exigente para hacer reír. Los ejemplos más claro son la pueril "base Alzamendi", escenario de un sketch en el que tres militares que hace meses no ven a una mujer reciben a la pulposa Luciana Salazar, y Chiribín, un cocinero libidinoso al que se le van los ojos frente a cada primer plano de las nalgas de su asistente.
Para llevar adelante este gran show de la vulgaridad, los Midachi no están solos: cuentan con un masivo respaldo del público a una propuesta cuyo leitmotiv musical retrata el nada sutil tono del programa: "C... de la risa hace bien al corazón". Y si el programa no se hubiese apoyado en el sólido respaldo de la producción de Ideas del Sur (con parodia incluida de "Bailando por un sueño") para una muy prolija y vistosa salida al aire, la calificación habría sido todavía más baja.






