
Un reality con los puños cerrados
Stallone está en la conducción
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El anuncio de que Sylvester Stallone y Sugar Ray Leonard son los presentadores del reality show "El retador" ("The Contender"), cuyo primer capítulo estrena People & Arts esta noche, a las 23 (los episodios posteriores se emitirán los martes, a la misma hora), sería suficiente para que la propuesta resultara interesante. Si a esto se le agrega que el creador del ciclo es Max Burnett, probablemente no signifique demasiado para los televidentes de nuestro país, exceptuando quizás a aquellos que les prestan atención a los créditos finales de los programas de televisión. Sin embargo, cuando se revela que Burnett es el hombre que ideó el "Eco Challenge", la carrera de aventuras que se desarrollaba en la Patagonia y daba Discovery Channel en los 90; que fue también quien inventó el reality show "Survivor" y más recientemente "El aprendiz", en el que Donald Trump debía elegir entre varios aspirantes a una persona con talento ejecutivo para manejar una de sus empresas, la situación cambia. Muchos pueden imaginarse que se trata de un señor maduro que vivió toda su vida recorriendo pasillos en los estudios de televisión. Una idea esencialmente incorrecta.
Burnett es un inglés de 45 años, que a los 17 se enroló en el ejército británico. Cuando tenía 22, peleó en Malvinas como integrante del cuerpo de paracaidistas de la Real Fuerza Aérea. Después de aquella guerra, se retiró de la carrera militar y se fue a vivir a Los Angeles. Pero no fue en ese momento cuando ingresó en el mundo de la televisión. “A diferencia de varios de mis compañeros de armas que siguieron su carrera en la policía o las fuerzas de seguridad, yo derivé mi actividad hacia un rumbo muy diferente: conseguí un trabajo como niñero de los hijos de un matrimonio adinerado de Beverly Hills”, recuerda divertido el ahora productor ejecutivo de “El retador”.
El arte de la ductilidad
Al tratar de encontrar un motivo para explicar por qué sus ideas para la televisión tienen tanto éxito Burnett opina que es justamente por su experiencia de haber hecho diferentes cosas en la vida y haber estado en contacto con muchos tipos de personas distintas. “Fui soldado, babysitter, empleado de una empresa de marketing, vendedor de ropa. Hice muchas cosas para ganarme la vida y en todas estuve en contacto con la gente real. Aprendí mucho de todas estas experiencias y de las relaciones que hice en ellas. Eso me da la materia prima como para crear shows con los que se pueden sentir identificados muchos tipos diferentes de personas”, sostiene Burnett.
A la hora de explicar cómo hacen en “El retador” para intentar que se interesen por un programa en que el tema es el boxeo aquellas personas que justamente rechazan esta disciplina deportiva por la violencia que la caracteriza, Burnett explica: “Les dejamos a los televidentes que conozcan a los boxeadores como seres humanos. Uno se interesa más por alguien si conoce a su familia, sus hijos, y conoce el ser humano hay en él. Más allá que adentro del ring se muestren como tipos duros, los televidentes saben que estos boxeadores fuera del cuadrilátero son personas normales, hombres de familia como ellos y eso funciona muy bien hace que realmente la gente se preocupe por los participantes, se sienta identificados con sus esfuerzos, sus logros y sufra con ellos sus fracasos”.
Cada episodio del programa sigue las alternativas de una competencia en la que 16 boxeadores se prepara para conseguir una pelea profesional que les permita asegurar su carrera, recibir un premio de un millón de dólares y además firmar un contrato de cuatro años para seguir compitiendo profesionalmente. “Ese contrato les garantiza que van a ganar una cantidad mínima por año, cosa que no tienen asegurada todos los boxeadores que pelean profesionalmente. Además puedan retener el dinero que ganen y no tienen que pagar mas del 50% de lo ganado a ningún manager. El sistema usual es que si ganan 100.000 dólares, los boxeadores se quedan a lo sumo con 10.000 dólares, el resto se lo llevan los managers. Acá buscamos que los boxeadores sean tratados como otros atletas y puedan realmente quedarse con el dinero que ganaron, además de garantizarles que ganarán un mínimo de dinero al año por las peleas”, explica el productor.
La idea de la que surgió este programa es la de volver a recuperar la pasión por un deporte que hoy no pega como antes. “Queremos que vuelva a haber figuras de este deporte como lo fueron Muhammad Alí o el mismo Sugar Ray Leonard que nos acompaña en esta empresa”, precisa Burnett. Un objetivo que depende mucho más del talento de los participantes que de la voluntad.





