"The Celibidache Edition"
Una colección recupera las grabaciones del director rumano
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Si a toda regla hay una excepción, Celibidache es, tal vez, la irregularidad más manifiesta a la consabida afirmación que indica que todo hecho cultural es un producto de su tiempo y de una sociedad determinada. Porque este rumano formado en Alemania, que prácticamente comenzó su carrera como titular de la Filarmónica de Berlín apenas concluida la Segunda Guerra Mundial, parece haber respondido más a su mundo interior y a sus concepciones filosóficas que al que lo circundaba. Sus interpretaciones, siempre personales, puntillosas y conflictivas, eran capaces de producir tanto éxtasis infinitos como perturbaciones definitivas.
Pero su singularidad no sólo era apreciable en sus peculiarísimas lecturas musicales, sino en su renuencia hacia los registros fonográficos. Acostumbraba repetir que "las grabaciones musicales reproducen únicamente versiones reducidas de una imaginación musical", a los que agregaba otras consideraciones sobre la vivencia irrepetible del "hacer música en vivo". A pesar de eso, hasta 1982, aproximadamente, en forma esporádica, dejó algunos registros de estudio. Pero luego de esa fecha, sólo permitió los micrófonos en algunos ensayos. Para escucharlo a Celibidache no había más alternativa que ir al teatro. Independientemente de la sinceridad de su conducta, este hecho contribuyó a crear alrededor de él un halo de misterio y, en cierta medida, a consolidar un mito.
Pero hoy, fallecido Celibidache, con el consentimiento de su familia, Deutsche Grammophon saca a la luz las grabaciones al frente de la Sinfónica de la Radio de Stuttgart, casi todas tomadas en los años 70, un hecho de importancia esencial y que permite recordar, o quizá conocer por primera vez, su modo tan único de hacer música. "The Celibidache edition" está integrada por cuatro álbumes que incluyen las sinfonías de Brahms, obras de compositores rusos, poemas sinfónicos de Respighi y de Richard Strauss, y las obras orquestales más destacadas de Ravel y Debussy. Y según promete el sello Deutsche Grammophon continuará luego hasta llegar a los 60 CD en los próximos años.
El tiempo "retenido"
Si la interpretación de la música académica es la reproducción de una partitura contemplando detalles que surgen, fundamentalmente, del análisis de la partitura, la concepción de Celibidache devenía, esencialmente, de entender al sonido con sus propiedades acústicas y a lo que él denominaba el "epifenómeno", es decir, los sonidos secundarios y sus multiplicaciones en el espacio y en el tiempo luego de ser producido por un instrumento. Para poder destacar estas cualidades del sonido, Celibidache optaba por alargar el tiempo: "Cuanto más rica la música, más lento el tempo".
Sus últimos y recordados conciertos en el Colón con la Filarmónica de Munich fueron una exhibición extrema de esta concepción. Celibidache presentaba a una obra orquestal como un tejido elástico. Retenía exageradamente el tempo, estiraba la textura, abría las hebras y, con paciencia y eficiencia de artista superior, destacaba con una lente de aumento cada línea, cada entramado. Claro que esta concepción implicaba algunos riesgos. Después de todo, una prenda a la que se la tironea para ver la calidad de la tela y su confección más sutil, puede hacer perder de vista su forma y su diseño general o, sencillamente, quedar un tanto deformada.
Un artista minucioso
En sus registros de los años 70, a los que ahora se pueden acceder, Celibidache no había llegado a tales extremos. Si bien los tiempos de duración de las obras exceden en un 10% las versiones de sus contemporáneos, esto no produce la pérdida de la esencia o el carácter de las obras y, en cambio, les otorga una sonoridad general de cierto tono oscuro y fraseos exquisitos con conclusiones de misterio. Y todo con una minuciosidad y una prolijidad admirables.
Celibidache ha sido uno de los grandes artistas del siglo. La defensa de sus concepciones musicales ha sido férrea e indeclinable.
Quizás estas grabaciones sean las más ecuánimes para poder comprender su ideario, sin que produzca molestias o enemistades expresas, ya que no se localizan en ellas las actitudes fundamentalistas, o quizá caprichosas, que lo caracterizarían hacia el final de su carrera. Pero además, y más allá de coincidir o no con sus visiones musicales, desde otra perspectiva, estas interpretaciones son contribuciones invalorables para demostrar que la música clásica no es una colección de obras esclerosadas de repetición automática, sino un cuerpo vivo al que sólo los grandes artistas pueden reformular creativa y coherentemente.
"The Celibidache Edition" Orquesta Sinfónica de la Radio de Stuttgart, dirigida por Sergiu Celibidache. Obras de Brahms, Mussorgsky, Richard Strauss, Respighi, Ravel, Stravinsky y otros, (Deutsche Grammophon)
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