Dos amigos salieron a navegar en velero hacia Miami, pero se perdieron 10 días en el Océano: “Mi nieta me mantuvo vivo”
Kevin y Joe emprendieron un viaje de placer junto a un perro, pero nada salió como lo planearon; en un desvío inesperado, tuvieron que ser fuertes para sobrevivir
LA NACION
En lo que sería una aventura de amigos, dos hombres y su perro decidieron zarpar rumbo a Miami. Su viaje comenzó el 27 de noviembre en Cape May, Nueva Jersey. Sin embargo, las cosas no salieron como lo habían planeado.
El 3 de diciembre, mientras se encontraban a medio camino, perdieron el contacto con sus familiares. Estuvieron perdidos durante 10 días en el océano Atlántico con la esperanza de una única cosa, “un milagro”.
Kevin Hyde, de 65 años, y su amigo, Joe Ditomasso, de 76, salieron en su velero Atrevida II. Acompañados de su perro, emprendieron el camino rumbo a Marathon, Florida. Todo marchaba conforme a lo previsto, hasta que de pronto se desviaron y quedaron a la deriva por la falta de combustible y energía.
No fue hasta el 11 de diciembre que los familiares de ambos hombres notificaron sobre su desaparición a las autoridades, por lo que las probabilidades de hallarlos con vida no eran altas. Desde entonces, la Guardia Costera de Estados Unidos implementó un operativo para tratar de localizarlos. Tras dos días de búsqueda y de hacer un recorrido de 21,164 millas cuadradas de agua, que contemplaban desde el norte de Florida hasta el este de Nueva Jersey, Kevin y Joe fueron encontrados al este de la costa de Delaware el 13 de diciembre.
Su búsqueda generó expectativa, por lo que ambos dieron más detalles sobre su experiencia en el agua en una rueda de prensa transmitida por CBS New York. Relataron que sintieron esperanza al ver cómo se aproximaba el buque Silver Muna, cuando comenzaron a alzar los brazos y a agitar la bandera que llevaban consigo.
“El capitán y su equipo fueron increíbles”, dijo Ditomasso, quien junto a su amigo repitió en varias ocasiones su gratitud. “Fue como encontrar una aguja en un pajar”, agregó por su parte Kevin Hyde, dueño del velero Atrevida II.
“Este es un excelente ejemplo de los esfuerzos combinados de la comunidad marítima para garantizar la seguridad de la vida en el mar”, destacó el portavoz de la Guardia Costera de EE.UU., Daniel Schrader.
Al ser cuestionados sobre el tiempo que pasaron en el Océano Atlántico, Joe y Kevin se mostraron sonrientes y bromistas. Describieron que sentían las piernas como “goma”, debido a que estuvieron en un espacio reducido durante tantos días. No obstante, y con más seriedad, contaron que presenciaron olas gigantescas de hasta 40 pies de altura: “Nunca escuché el viento tan mal en toda mi vida. Sonó como si el diablo estuviera ahí fuera”, revivió.
Asimismo, ambos agregaron que en este tiempo tuvieron que racionar el agua, pero, aun así, estuvieron dos días sin el líquido vital. Los frijoles que llevaban consigo también fueron de mucha utilidad.
Particularmente, Joe Ditomasso se conmovió al recordar que una de las razones por la que soportó estos días fue la esperanza de volver a ver a alguien muy especial: “Lo único que le pedí al señor es ver a mi nieta. Ella me mantuvo vivo”, dijo.
Por su parte, la Guardia Costera afirmó que ambos amigos se encuentran bien de salud. Tras el rescate fueron evaluados por personal médico del Silver Muna, que determinó que no presentaban mayores afectaciones. Las autoridades también reiteraron a la población la importancia de contar con el equipo necesario para navegar, sobre todo un “‘EPIRB’, que les permite avisar en caso de una emergencia.
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