La angustia de los pasajeros de un vuelo de United Airlines tras el incendio de uno de los motores del avión

El viernes, un vuelo de United Airlines que se dirigía a Miami tuvo que volver al Aeropuerto Internacional O’Hare en Chicago, luego de que la aeronave impactó contra un pájaro, cuando apenas habían pasado unos momentos del despegue, según el informe de la aerolínea. Los pasajeros que se encontraban a bordo describieron aquel instante “aterrador”, ya que se ocasionó un incendio tras la colisión.

United Airlines compartió en un comunicado que el vuelo 1930 regresó sano y salvo al Aeropuerto de Chicago luego de experimentar “un choque con un pájaro poco después del despegue”.

El medio local Local 10 entrevistó a quienes sintieron el pánico en el aire y, aunque afortunadamente no hubo pérdidas que lamentar, este se convirtió en un viaje que muchos no podrán sacar de sus recuerdos con facilidad.

Darick Rhodes contó qué fue lo primero que pensó: “Sentí un golpe y dije: ‘Esto no está bien’”. Por su parte, Carly Franczak, detalló al medio citado que pudo escuchar el ruido tras la colisión del ave. “Hubo una gran sacudida, fue fuerte, un ruido de golpeteo loco, arriba y abajo, dio vuelta y aterrizó”, expresó.

A pesar de la impresión, otros tripulantes lograron captar una grabación del motor donde se pudo apreciar que lanzaba chispas y se escuchaban golpes. Muchos manifestaron que pasaron 15 horribles minutos en el aire antes de volver a tierra firme.

Rhodes tendrá esos instantes muy vívidos, al menos por un tiempo. “Pensé: ‘Tienes que relajarte, todo el mundo tiene que relajarse’. Dejen de gritar. Dejen que este piloto haga lo suyo”, dijo, y agregó que fue un momento que siempre recordará. “Me alegró que aterrizáramos de nuevo en Chicago”, cerró.

Un histórico acuatizaje por una bandada de gansos

Aunque los aviones están equipados para este tipo de incidentes, históricamente, las aves han desencadenado verdaderas emergencias. En 2009, por ejemplo, el vuelo 1549 de US Airways despegó del aeropuerto LaGuardia en Nueva York con destino al de Charlotte en Carolina del Norte y luego debía ir al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma.

Lo que ocurrió se ha descrito como “el milagro del río Hudson” y la tripulación recibió la condecoración de la Master’s Medal del Guild of Air Pilots and Air Navigators, en un incidente que fue calificado “como el aterrizaje más exitoso en la historia de la aeronáutica”.

Tras el despegue en el aeropuerto de LaGuardia, a las 3.24 (hora local), la aeronave trasladaba a 150 pasajeros y cinco miembros de la tripulación. Cuando solo habían pasado dos minutos del despegue y en maniobra de ascenso, a una altura de 850 metros, el Airbus A320 chocó con una bandada de gansos canadienses que dañaron ambos motores y los dejaron sin propulsión. Fue el comandante Chesley Sullenberg y su copiloto, Jeffrey Skiles, quienes mantuvieron la calma y declararon la emergencia.

Como todas las operaciones exigían más altura de la que se disponía, se tomó la decisión de aterrizar en el río Hudson con la maniobra “ditching” o amerizaje, por lo que el acuatizaje no fue abrupto. En ese momento, muchos ferris y remolcadores del NY Waterway participaron en el rescate, tras haber recibido la advertencia de la Guardia Costera.

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