La historia del prodigio mexicano que se convirtió en el biólogo molecular más joven del mundo

Ian Emmanuel González Santos es una de las jóvenes promesas de México en el competitivo campo de las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés). Con tan solo 13 años, se diplomó como licenciado en química farmacéutica biológica en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería de la Universidad de Guadalajara.

Actualmente, está cursando su doctorado en Biología Molecular y Genética, para cumplir el sueño de convertirse en la persona más joven en concluir un doctorado.

El mexicano que se convirtió en el biólogo molecular más joven del mundo

“Quiero ser un ejemplo para otros niños, demostrar que es posible hacer lo que te propongas”, contó González Santos en un comunicado de la Universidad de Guadalajara. “Yo hice la maestría Internacional en Biología Molecular y Citogenética y ahora empezaré a estudiar mi doctorado en Biología Molecular y Genética; quiero convertirme en la persona más joven en concluir un doctorado y ser ejemplo para otros niños”, detalló.

Acompañado por su familia y amigos, Ian Emmanuel González Santos, recibió en 2023, con tan solo 13 años, su título como Químico Farmacéutico Biólogo del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), lo que lo convirtió en el egresado más joven en la historia de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Sin embargo, no todo fue siempre sencillo para el niño.

Cuando tenía tan solo 8 años de edad, tuvo que dejar la escuela. Desde la institución le habían planteado a su madre que el niño tenía Déficit de Atención y no podía seguir a sus compañeros y maestros. Lo cierto es que con un coeficiente intelectual de 155, la escuela tenía un problema para estimularlo. Frente a ese suceso, Sandra, como se llama la mamá de Ian, decidió enseñarle por su cuenta y pagar cursos y escuelas privadas, le detalló en una entrevista con un medio local de Jalisco.

Brillante desde sus inicios

Desde el jardín de infantes, Sandra sabía que su hijo era distinto, con 4 años de edad hablaba con mucha fluidez de países, capitales y marcas de autos. “Cuando salía de clases me contaba de los planetas, de los libros y de todo lo que no podía decir a sus maestros y compañeros”, recordó la mujer en el artículo.

Frente a su salida del sistema escolar formal, además de educarlo en casa, Sandra decidió que Ian ingrese como oyente a la Universidad de Guadalajara a los cursos del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingeniería (CUCEI). Allí, luego de enfrentarse a diversos retos, fue que pudo obtener el título que lo motiva a seguir preparándose y seguir luchando por sus sueños.

“Mi historia es una combinación de sueños y sacrificios, trabajo duro, burlas, pero también de muchas satisfacciones y logros. Hace cinco años vine a una charla a este centro y supe que quería estar aquí porque me daría los conocimientos que yo necesitaba y deseaba; trabajé duro, y el resto es historia”, señaló Ian el día que obtuvo su título.

Desde la Universidad de Guadalajara, que tuvo el honor, pero también el desafío de integrar al pequeño genio, señalaron: “Hemos visto crecer a Ian no solo de forma académica, sino de forma personal, convertirse en un niño que seguramente será un gran profesional, ya que el mundo es literalmente suyo. El mundo es de las generaciones jóvenes, que vienen a enseñarnos una lección sobre la vida, esas que no se olvidan fácilmente”.

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