La inversión millonaria en los aeropuertos de Estados Unidos que busca solucionar el caos que se tornó viajar

El caos en los aeropuertos estadounidenses es una queja recurrente en los últimos meses por diversos motivos y el reciente anuncio desde la Casa Blanca sobre una millonaria inversión en beneficio de las instalaciones podría ser el primer paso para reducir los conflictos. En noviembre de 2021, Biden firmó el plan de infraestructuras con valor de 1,2 mil millones de dólares y es una de las grandes apuestas para el éxito de su gestión; principalmente en un momento de crisis en la cadena de suministros que ha ocasionado la escasez de productos cotidianos en el supermercado: “Esta ley bipartidista modernizará los puertos, los aeropuertos, el ferrocarril de mercancías...”, dijo en su discurso en ese momento.

El anuncio más reciente implica la inversión de mil millones de dólares para la modernización de 85 aeropuertos a lo largo de los Estados Unidos: “Las subvenciones amplían la capacidad en las terminales aeroportuarias de nuestro país, aumentan la eficiencia energética, promueven la competencia y brindan una mayor accesibilidad para las personas con discapacidades”, publicó la Casa Blanca en un comunicado.

El mejor ejemplo de la crisis aérea es la cifra récord de 2,5 millones de viajeros registrada el 1 de julio pasado, en el que la TSA (Administración de Seguridad en el Transporte, por sus siglas en inglés) consideró “el día más ocupado para los aeropuertos en los últimos dos años”. El objetivo de esta inyección de recursos para remodelación es mejorar la experiencia y la seguridad, reducir los costos para los pasajeros y los tiempos de traslado de mercancías; además de representar la generación de empleos para cientos de familias y demostrar el compromiso en la lucha contra la crisis climática.

“Los estadounidenses merecen aeropuertos modernos que satisfagan las necesidades de sus familias”, sumaron en el comunicado. De los 85 involucrados en la primera parte de este proyecto de la ley bipartidista, 70 ampliarán su capacidad, entre ellos el Aeropuerto Internacional de Pittsburgh, en Pensilvania, con 20 millones destinados a la construcción de una nueva terminal, el Aeropuerto Metropolitano de Chattanooga, en Tennessee, que recibirá 5 millones para la expansión de una terminal, y el Aeropuerto Internacional de Orlando, en Florida, con un fondo de 50 millones que serán utilizados en la mejora de las instalaciones para aumentar la capacidad de recibir aviones.

Otra parte del presupuesto será destinada a mejorar la sostenibilidad de los aeropuertos, como en el caso del Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth, en Texas, en donde construirán una planta de generación eléctrica sin emisiones de carbono a partir de una inversión de 35 millones de dólares y el Aeropuerto Internacional Seattle-Tacoma, en Washington, que con un presupuesto de diez millones modernizará zonas específicas como los baños con productos de iluminación de bajo consumo eléctrico, estaciones para llenar botellas de agua y la adaptación de espacios para el descanso de animales de compañía. Estos proyectos están alineados con la meta impuesta de cero emisiones netas de carbono para 2030.

Los aeropuertos que no fueron incluidos en esta primera fase pueden aplicar el próximo año y a partir de ahora tienen cinco años para conseguirlo.

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