Reseña: Chica conoce chico, de Ali Smith
La escocesa Ali Smith (Inverness, 1962) comenzó a circular en español gracias a su Cuarteto estacional, publicado entre 2016 y 2020. En esa serie, las historias ponían frente a frente a personajes de distintas generaciones, con el telón de fondo del Brexit, un medio para explorar las tensiones sociales británicas con el pulso del tiempo real.
Chica conoce chico (2007) es bastante anterior, pero en la prosa ya se encuentra el estilo lacónico y rumoroso de Smith, hecho de descripciones veloces y diálogos que se suceden sin guiones. La novela también participa de una vieja moda: la reinterpretación de un mito antiguo, en este caso el de Ifis, según figura en las Metamorfosis de Ovidio. La pertinencia de esa leyenda para el clima actual de época no requiere demasiada explicación: habla de un personaje que, nacido mujer, fue criado como varón y transformado luego en hombre por una diosa. Chica conoce chico juega desde la primera línea –en la versión algo castiza de la traducción– con la sorpresa: “Y ahora os hablaré de cuando yo era chica, dice nuestro abuelo”.
La historia cuenta entonces de dos hermanas, Imogen y Anthea, que trabajan en una fábrica de agua embotellada en la norteña y escocesa Inverness. Una de ellas se enamora de Robin, un activista queer. “Era tan masculina que parecía femenina; era tan femenina que parecía masculina”, dice la principal protagonista. Fluida y sutil en su ligereza, la novela de Smith también apuesta a la música de los juegos de palabras (no siempre versionables) y las citas intertextuales, que la traductora apunta en una bienvenida nota final.
Chica conoce chico
Por Ali Smith
Nórdica. Trad.: M. Palmer
166 páginas, $ 4650