"A Jesse Pinkman lo amé a muerte"
Entrevista exclusiva con Aaron Paul, la revelación de Breaking Bad que saltó a las grandes ligas del cine y ahora también a la TV online. Una carrera acelerada y sin medias tintas como su personaje de la serie, su relación con la fama y la aventura de actuar al límite
La exaltación que aparece al recordar su fanatismo por la Argentina en el Mundial ("Me decepcioné mucho en la final", confiesa) se apaga al hablar de Jesse Pinkman. "Lo extraño mucho... Lo amé a muerte." La voz de Aaron Paul cambia entonces por completo. Y tras un silencio fúnebre, el nuevo actor fetiche de Hollywood retoma la palabra en la entrevista telefónica exclusiva con la nacion Revista.Pinkman fue el torpe dealer de Breaking Bad que iba a morir en la primera temporada de la serie, pero que la sublime actuación de Aaron estiró hasta el capítulo 62, el último del gran boom televisivo de estos años.
De la mano de su socio, Heisenberg (Bryan Cranston), Jesse escaló hasta convertirse en personaje de culto: un verdadero fenómeno que diseminó miles de hashtags en la Web. Sin él, Breaking Bad difícilmente se hubiese hecho un lugar en el estante de series históricas como Los Soprano o Seinfeld. El trabajo de Aaron lo hizo dueño de tres premios Emmy como mejor actor de reparto, convirtiéndose a los 35 años en la persona más joven en ganar esa cantidad de estatuillas. Este año, además, consiguió su primera nominación al Golden Globe.
Aunque había participado en varios episodios de Big Love, la serie de HBO sobre la vida de un mormón polígamo y sus tres esposas, Paul siente que le debe su carrera por completo al productor y guionista Vince Gilligan, el cerebro detrás de Breaking Bad. "Él es la razón por la que yo tengo una carrera. Vince luchó para que yo me quede con el papel. Era el único que me quería en el rol de Jesse después de la audición. El resto pensaba que yo no era el correcto", confiesa el actor.
Hijo de un predicador cristiano y de una publicista radial, Aaron se destacó desde su épico nacimiento: "El parto se adelantó un mes. Mi padre no estaba en casa y mi mamá me tuvo, sola, en el suelo del baño. Hasta cortó ella misma el cordón umbilical". Durante su juventud, Paul abandonó su pueblito natal, en Idaho, Estados Unidos, con los Goonies (1985) como principal inspiración para iniciar su propio viaje en busca de una carrera como actor. Y lo hizo sin medias tintas, como reza la frase de Breaking Bad que lleva tatuada en su cuerpo: No half measures.
Fue mascota de una radio, participó en varios comerciales y la remó con pequeñas apariciones en series como Melrose Place, Los expedientes secretos X, C.S.I. y Veronica Mars. Hasta que por fin consiguió un papel importante en Big Love y, más adelante,en Breaking Bad, su trampolín a la inmortalidad.
¿Te alivió un poco dejar la piel de un personaje tan atormentado como Jesse?
Fue triste y duro, pero se sintió bien salir de la piel de ese personaje y dejarlo atrás. Estoy muy feliz con la forma en que se desarrollaron las historias de todos los personajes hasta el final de la serie. Especialmente la de Jesse porque, por supuesto, tuve una conexión personal muy especial con él. Ojalá esté bien donde quiera que esté.
Se viene hablando mucho sobre la reaparición de Jesse en Better Call Saul, el spinoff de Breaking Bad que se estrenará en febrero de 2015. ¿Vas a participar o no?
La idea me parece increíble. Me encantaría que suceda. Pero no hay nada definido. Obviamente que bromeamos al respecto, pero hasta ahora no hay planes concretos de hacerlo.
Según las fantasías de Paul, Jesse es ahora un feliz carpintero que vive en Alaska. Puede ser que el personaje jamás regrese a la pantalla, pero algo de su personalidad parece latir en el vago y ex dealer que Aaron le presta su voz en BoJack Horseman, la serie animada con la que Netflix incursiona ahora en la animación para adultos. Todd, su personaje, es el compinche de BoJack, un caballo parlante (con voz de Will Arnett, de Arrested Development) que alcanzó el estrellato protagonizando una sitcom noventera y ahora es un looser que vive entre cervezas, antidepresivos y kilos de más.
En la línea de Extras (BBC/HBO) y Todos contra Juan, pero bajo un cielo mucho más oscuro y melancólico, los 12 episodios de la primera temporada de BoJack... desnudan el costado más patético de la fama en un mundo surrealista donde conviven humanos y animales. En la era de la celebridad exprés, al caballo le toca mostrar esa contracara de los famosos descartables con la que muchos se regodean. Así, lo veremos pelearse a muerte por un muffin con un héroe de guerra o masturbarse con sus propias fotos en épocas de gloria mientras lucha por postergar la fecha de su vencimiento.
Además de protagonizar BoJack Horseman, sos productor ejecutivo junto a Will Arnett. ¿Qué fue lo que te cautivó del proyecto?
Al principio eran sólo diez páginas de especificaciones y tratamiento. Las leí y me reí sin parar de principio a fin. Hay algo muy honesto acerca de Todd. Es un vividor muy obvio, que se aprovecha de BoJack durmiendo en su sillón. No tiene ninguna otra motivación más que fumar marihuana y comer golosinas, tirarse en un sillón y no hacer nada. Me encanta. Y me encanta BoJack. No tiene moral, pero existe un mundo interior dentro de él. Me pareció que era muy divertido y muy valiente todo lo que se planea a lo largo de la primera temporada.
Todd fue echado de su casa por sus padres, vendía éxtasis y vive fumado. ¿El personaje tiene algún parentesco con Jesse Pinkman?
Podría pensarse eso, pero, para ser honesto, no veo similitudes, salvo que ambos fuman marihuana. Aunque no tenía un trabajo de 9 a 17, Jesse estaba muy motivado por hacer lo que le gustaba, que era cocinar metanfetamina de cristal. Al comienzo amaba hacer eso. Pensaba que era una forma de arte, se creía a sí mismo un artista. A Todd le gusta fumar tirado en el sillón y, estoy seguro, mirar Netflix. No hace mucho más que eso. Pero en el fondo es un buen tipo, se preocupa por desparramar energía positiva y trata de dar una mano siempre que puede.
¿Qué te provoca la mezcla de arrogancia y ternura de BoJack?
Él es una estrella acabada de una sitcom de los 90 tratando de reencauzar su carrera. Y sí, es muy arrogante y no tiene moral en absoluto. Pero muy en el fondo, él ama a la gente que le importa. Simplemente extraña la fama. Las personas que lo rodean lo ven como un ridículo. Él sólo quiere revertir eso y poner en marcha nuevamente su carrera. En el fondo es un buen tipo. Eso es lo que me encanta de él.
¿Hay alguna diferencia entre preparar un personaje por completo y poner sólo la voz?
La única diferencia es que no tenés que memorizar las líneas..., ni llegar bien vestido a la grabación (risas). Vas a la cabina de sonido y leés tu texto. Pero en este show hay todo un arco dramático. No podés ver un episodio del medio de la temporada y entender lo que sucede. Necesitás empezar desde el principio y continuar. Nunca vi que se hiciera eso en una serie animada y me parece genial. Además hay episodios del medio de la temporada que no son graciosos. De hecho son muy duros y muchos se van a sorprender de verdad. Sólo cuentan una historia y son muy pesados. Eso es muy excitante para mí. Así que la preparación es prácticamente la misma: tenés que comprender y mostrar con credibilidad lo que atraviesan estos personajes.
Con el suceso de Jesse Pinkman, Aaron empezó a pisar fuerte en la pantalla grande. Cuando todavía estaba asimilando el éxito de Breaking Bad, recibió la llamada personal de Steven Spielberg para ofrecerle el protagónico del tanque millonario Need for Speed, una adaptación del videojuego homónimo. Allí interpretó a Tobey, un piloto de carreras clandestinas cuyo carácter, según le pidieron, debía recordar a Steve McQueen. Paul también fue un músico fracasado en la comedia A Long Way Down (basada en la novela de Nick Hornby), y mostró una vez más su talento para los personajes perturbados como un padre viudo y alcohólico en Hellion, con Juliette Lewis.
Ahora Paul se prepara para el estreno del biopic de Moisés Éxodo: dioses y reyes, donde interpreta a Josué bajo la dirección del célebre Ridley Scott, y para el rodaje de The 9th Life of Louis Drax. Producido por Miramax, este thriller sobrenatural con Jamie Dornan (50 Sombras de Grey) está dirigido por el francés Alexandre Aja y es una adaptación de una novela de Liz Jensen.
Con el suceso de Jesse Pinkman, era inevitable que el bus turístico de Hollywood se detuviera en la casa de Aaron. Este y otros gajes del oficio llegaron a provocarle pesadillas a la flamante estrella, que prefiere el bajo perfil. Casado con la directora y actriz Lauren Parsekian, Paul tiene una imagen de marido perfecto que le valió el título de nuevo Ryan Gosling en la revista femenina Cosmopolitan. Fóbico al acoso mediático, Aaron prefiere comunicarse directamente con sus fans vía Instagram y Twitter.
BoJack Horseman hace una crítica ácida y profunda de la industria del entretenimiento. ¿Cómo te sentís siendo famoso?
Me encanta la industria, pero es muy difícil acostumbrarse a la celebridad. Me gusta resguardarme y al mismo tiempo también quiero retribuirle al público tanto afecto. Entonces intento comunicarme con los fans en mis propios términos en la medida en que puedo. Pero cuando las cosas no están en mis manos, se siente... por Dios, todo se va de control. Es tremendamente surrealista. Es muy raro cuando ves tu privacidad a la deriva, alejándose lentamente. Eso es algo que jamás me entrará en la cabeza.
Jesse, un extraño eje de moralidad- Su personaje prevaleció ante el derrumbe de su compañero
Desde su gloriosa huida de la DEA en el piloto de Breaking Bad hasta su cara a cara final con Walt, a Jesse Pinkman le tocó protagonizar uno de los viajes más tortuosos y retorcidos de la TV. Mientras su socio, enfermo de cáncer, se derrumba moralmente capítulo tras capítulo, el personaje de Paul pasó de ser un dealer torpe, ingenuo y hasta tierno –incapaz de matar a una cucaracha– a una especie de eje moral complejo, oscuro y lleno de contradicciones. Al igual que BoJack para Todd (su personaje en la serie animada), Walt es una suerte de padre para Jesse. Con todo lo bueno y lo malo que eso trae aparejado. Pero por suerte, entre tantas desgracias, Jesse nunca pierde el humor ni el talento para los bocadillos ingeniosos. Esa es una de las claves para que muchos fans de la serie lo elijan ante la clásica disyuntiva: ¿Walt o Jesse? Tres de las frases antológicas de Jesse para tomar partido y recordarlo para siempre:
¡Este es mi propio domicilio privado, bitch!
¡Sí, Mr. White! ¡Sí, ciencia!
¡Yoooo, Mr. White!
Hay vida después de Breaking Bad- Cómo sobrevivir al éxito de la TV y no morir en el intento
El desafío que atraviesan los actores de las series más populares no es fácil: deben dejar atrás el rol que los transformó en íconos de la televisión. Los ejemplos sobran y a manera de ejercicio pensemos en James Gandolfini. Rápidamente a nuestra cabeza aparecerá el nombre de Tony Soprano. Si digo Jason Alexander, la imagen de George Constanza se adueñará del momento, y qué decir de Peter Dinklage y su genial creación como Tyrion Lannister.
De eso se trata, sacarse de encima el personaje y en eso están:
- Bryan Cranston/Walter White. Para dejar de lado al hombre de quien todos recordarán su nombre, no tuvo mejor idea que meterse en Broadway. En las tablas interpretó al presidente de los Estados Unidos Lyndon Johnson, en la pieza All the way. Aunque su máxima apuesta ahora está en el cine. Lo primero que hizo terminada la serie, fue la nueva versión de Godzilla y puso la voz del papá de Po en Kung Fu Panda 3. El año próximo lo veremos como el famoso guionista Donald Trumbo, en Trumbo, quien fue puesto en la lista negra de Hollywood en los años 40 y en la comedia Get a Job. En 2016 estrenará The Great Wall, dirigida por Zhang Yimou, y el thriller Holland Michigan, junto a la blonda Naomi Watts.
- Bob Odenkirk/Saul Goodman. La cuenta regresiva dice que hay que esperar a febrero de 2015 para Better Call Saul. Para no perder pantalla, Bob hizo de las suyas durante nueve episodios de Fargo, una de las sorpresas del año televisivo, como el policía Bill Oswalt. En cine tiene previsto estrenar tres películas.
- Anna Gunn/Skyler White. Cansada de ser la más odiada de la serie, la actriz buscó encarar personajes bien diferentes. En esa búsqueda se divirtió en un episodio doble de la exitosa comedia The Mindy Project y se reservó un protagónico en el drama Gracepoint, remake de la serie británica Broadchurch que acaba de estrenarse en los Estados Unidos.
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