Al primer ministro de Holanda se le cayó el café y limpió el piso
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LA NACION
El primer ministro holandés, Mark Rutte, ingresaba el lunes al edificio del Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes en La Haya cuando se le cayó el café. En un intento por limpiar su desorden, el jefe de Estado buscó un trapo y empezó a secar el derrame.
Cuando vieron lo que estaba haciendo, el personal de limpieza uniformado del edificio se paró junto a él, aplaudieron y vitorearon. "¿Tenés un balde?", Se escuchó por casualidad al primer ministro, según la emisora holandesa NOS.
El acto de limpieza de Rutte después de su error no fue una gran historia en los Países Bajos. Algunos lectores holandeses criticaron a medios de comunicación como NOS por retomar la historia, diciendo que no era noticia y que era normal que la gente se limpiara como Rutte.
Pero el video del líder holandés limpiando su café se extendió rápidamente en las redes sociales el martes y el miércoles, y muchos lectores de otros países se sorprendieron de que un líder mundial se tomara el tiempo para limpiar su propio lío.
El video fue compartido en la página de Facebook de BBC Arabic, donde fue visto cientos de miles de veces. El comentario más importante sobre la historia sugiere que en otros países, la reacción pudo haber sido "ejecutar al vendedor de café".
Una variedad de puntos de venta de la India también retomó la historia, a menudo citando a usuarios de redes sociales que se quejaban de que sus propios líderes nunca harían tal cosa. "La gente de todo el mundo está alabando al Primer Ministro por esto, y por otro lado, también da una idea de la mentalidad elitista que proyectan otros líderes políticos", escribió el periódico Indian Express.
Los Países Bajos son un país relativamente pequeño de 17 millones de personas, y sus líderes tradicionalmente han adoptado un enfoque menos formal para gobernar. El año pasado, cuando Rutte finalmente pudo formar un nuevo gobierno de coalición meses después de una polémica elección nacional, fue fotografiado en bicicleta al palacio del Rey Willem-Alexander para una reunión con el jefe de Estado holandés.
Sin embargo, algunos periodistas holandeses notaron que las imágenes de Rutte limpiando su café o andando en su bicicleta no solo eran símbolos de humildad, sino también del expertise del primer ministro en medios. Ireen Oostveen, la reportera de NOS que filmó el derrame de café, notó que Rutte "sabe muy bien cuando la cámara está rodando y cuando no". Cuando la cámara está encendida, dijo Oostveen, Rutte irá "hasta el final".
Sin embargo, Emilie van Outeren, periodista holandesa del periódico NRC Handelsblad, sugirió que lo que era tan especial no era la reacción de Rutte, sino la de los limpiadores. Ella preguntó en Twitter: "¿En qué país hay tan poca jerarquía que las señoras de la limpieza se atrevan a reaccionar así?"
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