Mientras que muchas personas sueñan con tener un emprendimiento propio, otras se animan a concretarlo sin mayores dificultades, aún entrando en rubros que desconocen. La actual crisis que desató el coronavirus a nivel mundial, puso a prueba a todos los emprendedores. Desde negocios establecidos hace años hasta quienes apenas comenzaban a ver redituar sus ideas. Las reglas del juego cambiaron y en este segundo tiempo es donde todos tuvieron que aprender a dar de nuevo. Una situación que evidenció en que grupo de emprendedores estaba cada uno. Ezequiel Churba es del segundo grupo y de los que incursionan en lo desconocido, original e innovador. Antes del Covid-19 su local de accesorios para hombre en Palermo, acababa de inaugurar un bar en su jardín, un espacio que permanecerá cerrado hasta que la flexibilización de la cuarentena lo permita. Pero lejos de detener su marcha, observó su situación y puso el foco en la venta online y en dos de sus proyectos paralelos: las empanadas de colores, los juegos de mesa para adultos, y como otros textiles, también incursionó en los barbijos. Rubro que le deparó buenas sorpresas.
-Habías creado dos productos previo a la pandemia como si supieras lo que se venía
Durante la pandemia nos sorprendieron varios temas. En la tienda había un producto que no era principal ni estrella: unos pijamas enterizos, de animales. Se disparó la venta sin sentido. Evidentemente hubo gente que se tomó con algo de humor esta cuarentena. La mayoría compró dos, para combinar padre e hijo/a, pareja. Era un producto que veníamos trabajando hace 10 inviernos. Este año la curva fue de manera ascendente de manera ridícula. Tiene que ver con que la gente no quiere estar con el mismo pijama o el mismo jogging todos los días. También nos pasó que descubrimos que las fábricas con las que trabajábamos históricamente, hace 15 años, estaban cerradas. No los dejaban abrir y supimos que si los hacíamos trabajar para nosotros haciendo barbijos, los autorizaban y la gente podía volver de a poco a la fábrica y conseguir un permiso. Le dimos trabajo a tres fábricas, donde estamos haciendo tanto barbijos como cuellos tapabocas, que es un producto que nosotros vendemos muchísimo tanto a nivel minorista, mayorista online y offline. Hoy están trabajando full time para nosotros.
El inicio de todo
Como productor de cine, egresado del Enerc, aprovechó su conocimiento en el armado y coordinación de grandes equipos y su experiencia en el trabajo de scouting de productos para marcas, para sus propios proyectos. Ezequiel, miembro de EO, sociedad de emprendedores, es un navegante de océanos azules, en términos de estrategia.
-¿Qué marcó en tu vida como emprendedor?
-Leí un libro muy importante en mi vida que se llama La estrategia del océano azul (W. Chan Kim y Renée Mauborgne) que habla sobre cómo registrar una oportunidad. El océano azul es donde no hay competencia y el océano rojo, en cambio, es donde hay sangre, porque hay mucha competencia. Y ahí encontré una oportunidad, que son los accesorios para hombres, que había muy poco. Lo veía con mis amigos, que no había oferta y entonces empezamos a armar una línea muy grande de gorras, después le agregamos sombreros, anteojos de sol, pulseras, fuimos haciendo una línea completa. Y la empresa fue creciendo. Estuvimos en más de 10 países instalados, siempre con los vaivenes de la economía Argentina. Hicimos una carrera de 15 años. Hoy tenemos Casa Fight, un concept store en Palermo, que es un local con bar y restaurante, en más de 300 metros cuadrados. Somos muy fuertes en lo que es venta online, tanto nacional como internacional.
¿La venta online era un mecanismo bien aceitado antes de la pandemia?
Sí, desde 2007 vendemos online. Participamos del armado de las tiendas de Mercado Libre, que pasó de ser el sitio donde se vendía el bastón del abuelo a ser un shopping online. Fuimos parte y testigos de ese cambio. Así que tenemos una tienda boutique dentro de Mercado Libre. La venta es bastante alta. También vendemos en nuestro propio sitio. Tenemos acuerdos con bancos. Y esa estructura nos salvó cuando empezó la pandemia. Porque con el Covid 19 nos cerraron el local.
-¿Por qué apostaste por la venta de empanadas de colores?
-Nuevamente, el concepto del océano azul, emprendimientos desde la demanda. Yo veía que había cada vez más movimiento de Rappi, Glovo, Pedidos Ya, Uber, y que la gente tenía un entusiasmo enorme por pedir comida . Nos pasaba con mi mujer, que queríamos pedir y la oferta, tardaba o era limitada. O no encontraba nada que fuera diferente a lo se veía en la calle. Entendí que había una capacidad de venta enorme de parte de estas plataformas y que estaban faltando opciones. Las empanadas siempre me parecieron el producto más popular, históricas, fáciles de comer. Por otro lado no quería salir a competir con las empanadas gourmet, ni con las tradicionales, que están a 25 pesos. Quería salir con algo más original y después de ver que las empanadas de colores ya estaban funcionando en Europa y en Estados Unidos, avanzamos. Como soy miembro del board de EO, siempre estamos mentoreando proyectos y empezamos a invertir en las empanadas salvajes, que son las primeras de colores del país. Hicimos una sociedad estratégica con Glovo, donde nosotros poníamos la cocina, el producto y ellos hacían todo el marketing, la venta. Empezamos a posicionar las empanadas de colores, desde el jardín de Fight por un lado, y desde Glovo lo que era la venta a redes sociales y demás.
-¿Hiciste un testeo en el mercado local?
-Porque queríamos entregar un producto natural hicimos pruebas durante un año. No queríamos poner un colorante en la masa. Así que trabajamos con varios chefs importantes, que nos ayudaron a desarrollar recetas, a probar el color y sabor de la masa, y con qué lo íbamos a combinar. Así que fue un año de pruebas, donde engordé varios kilos. En lugar de colorantes usamos todas especias naturales. De manera de ser fieles a nuestros principios, y a nuestra forma de comer y de vivir. No queríamos entregar un producto de fast food.
-¿Es tu primer emprendimiento gastronómico?
-Sí. Fue sumergirme en un mundo totalmente nuevo. Heladeras, vencimientos, permisos. Un desafío bastante grande. A todo esto yo los llamo productos instagrameables. Hay una generación que necesita pedir comida y tener algo en el plato para mostrárselo a las redes sociales. Entendí que las empanadas de colores generaban un engagement, un nivel de preguntas e intriga tremendos. Cuando alguien sube una foto de una empanada violeta, otra naranja y otra verde, recibe automáticamente mensajes preguntado sin son ricas. Lo cierto es que hay una generación que le cuesta amigarse más con los colores de las empanadas, pero nosotros sabemos que los que más manejan y más control tienen sobre estos pedidos son los millenials, centennials y demás, que son mucho menos miedosos a probar cosas nuevas.
-¿Cuáles son los sabores? ¿y por qué se llaman empanadas salvajes?
- Pollo al verdeo, carne picante, humita norteña, no queríamos irnos a algo mega gourmet. No queríamos empanada de caviar al verdeo porque era imposible de comer. Buscamos algo popular y a la vez original. Queríamos que fuera algo de todos los días. Les dimos los gustos que la gente más consume. Y salvajes porque es un producto rebelde, una propuesta totalmente distinta a lo que había en el mercado. Nos gusta ser rebeldes. El nombre de la empresa es Fight for your right. Lucha por tus derechos.
-¿Y los juegos de mesa? ¿Cómo ingresaron a tus negocios?
-La verdad es que viajaba mucho. Fabricamos en Oriente, iba mucho por Estados Unidos, Europa y vi que hay un boom gigante de juegos para adultos. Es una tendencia que se está generando. Gente de 30, 40 y 50 que puede jugar a algo que sea divertido como cuando éramos niños. De ahí que estamos creando una compañía de juegos. Primero lanzamos Dígalo con memes, un juego super millennial que trae 100 fotos y 300 tarjetas. Se juega de a dos en adelante, se van complementando las tarjetas con la descripción. Sacás una foto que puede ser cualquiera de las virales o de Instagram y uno de la mesa tira la frase más graciosa. Pueden usar las 300 frases que proponemos y hay gente que va sumando frases propias. Es un juego que se usa mucho para previas, cumpleaños, eventos. El juego es el más vendido de Liberías Jenny y El Ateneo, y de Mercado Libre, estamos felices.
Ahora estamos lanzando dos juegos más. Siempre vamos desde un lado de provocación, de desafío, de que la gente tenga que pensar un poco más. Estamos desarrollando un juego nuevo que es para conocerse, para jugar en parejas o amigos, donde te preguntan cuál fue el día que más te reíste, el día que más lloraste, tu mejor anécdota y miles de preguntas psicológicas, diseñadas por un equipo de psicólogos que trabaja con nosotros. Lo que genera es que puedas juntarte con un grupo y conocerte mucho más. Y a nosotros nos pasó que con los testeos, salieron temas con amigos de hace 20 años de los que nunca habíamos hablado. Increíble. Esperamos lanzarlo a finales de junio, porque con el cierre de las imprentas tuvimos problemas de producción pero ahora están de regreso.
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