La fruta que parece un postre y calma el reflujo de forma natural: sus beneficios

Muy pocas veces se la asocia con una fruta, ya que suele aparecer en postres clásicos antes que en su versión natural. Sin embargo, este alimento puede convertirse en una herramienta clave para cuidar la salud digestiva de forma simple y sabrosa.

Uno de los problemas digestivos más frecuentes es el reflujo gástrico, que ocurre cuando el contenido del estómago sube hacia el esófago. Este retorno genera acidez, ardor y sensación de quemazón. Aunque suele considerarse un mal menor, cuando el problema persiste, puede inflamar y dañar los tejidos, además de alterar la calidad de vida.

Para controlar estos episodios, existen medidas cotidianas que no requieren el uso de medicamentos. Dormir con la cabeza un poco más elevada, esperar un rato antes de acostarse después de las comidas, mantener un peso saludable y reducir el estrés son acciones eficaces que ayudan a reducir su frecuencia e intensidad.

A este enfoque se puede sumar una herramienta clave: la alimentación. Algunos alimentos no solo aportan nutrientes esenciales, sino que también contribuyen a calmar los síntomas digestivos y proteger las mucosas internas. Dentro de esta categoría, el membrillo se destaca por su potencial terapéutico.

Membrillo: la fruta que alivia el reflujo y mejora la digestión

Este fruto, proveniente del árbol Cydonia oblonga y originario de Asia occidental, se cultiva hoy en distintas regiones templadas del mundo. Al madurar, toma un color amarillo intenso y desprende un aroma fragante. Aunque su textura es firme y su sabor ácido, una breve cocción lo transforma en un alimento suave y agradable.

Más allá de su sabor característico, el membrillo aporta un perfil nutricional valioso. Según un artículo de Healthline, contiene fibra soluble, mucílagos, pectinas, vitaminas del grupo B, vitamina C, potasio y antioxidantes naturales, combinación que lo convierte en un aliado eficaz para mejorar la salud digestiva.

Su acción sobre el reflujo se explica por el contenido de mucílagos, que recubren las paredes del tracto digestivo con una película suave y protectora. Esto ayuda a disminuir la irritación que produce el ácido gástrico, lo que reduce el ardor y favorece una recuperación más rápida de las mucosas. Así lo afirma el estudio sobre los efectos del jarabe de membrillo sobre los síntomas clínicos de niños con enfermedad por reflujo gastroesofágico sintomático.

Al mismo tiempo, su aporte de fibra regula el tránsito intestinal sin irritar. Este efecto mejora la digestión en general, genera sensación de saciedad y estimula el equilibrio de la microbiota, la flora intestinal que influye en el bienestar digestivo y general.

Pero sus beneficios no terminan ahí. El membrillo también contribuye a reducir el colesterol, ayuda a estabilizar los niveles de glucosa, fortalece el sistema inmune, colabora con el control del peso y aporta potasio, un mineral clave para la salud cardiovascular.

En cuanto a sus posibles contraindicaciones, no presenta riesgos graves. Sin embargo, por su efecto astringente, en grandes cantidades puede provocar constipación. Por ello, quienes tienen tránsito intestinal lento deben moderar su ingesta. Como siempre, es recomendable consultar con un nutricionista antes de incorporar nuevos alimentos en forma regular.

Preparaciones con membrillo que maximizan sus beneficios

Si bien se lo suele asociar a la pastafrola o a la combinación con queso, existen muchas formas de consumir membrillo de manera saludable y funcional. Algunas opciones para incluirlo en la dieta sin azúcares agregados ni conservantes industriales son:

• Compota casera sin azúcar: cocinar el membrillo con agua y unas gotas de limón permite obtener una preparación suave, ideal para calmar el reflujo y acompañar desayunos o meriendas.
• Infusión de cáscaras: hervir las cáscaras en agua durante algunos minutos genera una bebida digestiva con efecto protector sobre la mucosa gástrica.
• Puré suave como guarnición: cocinar el membrillo y pisarlo hasta obtener un puré espeso permite servirlo junto a carnes blancas, facilitando la digestión de comidas más pesadas.
• Trocitos horneados con limón: al hornearse con un toque cítrico, el membrillo realza su sabor y conserva sus propiedades sin necesidad de añadir azúcar.
• Tostadas con ricota: untar ricota sobre pan integral y sumar cubos de membrillo cocido crea una combinación suave y nutritiva, buena para empezar el día.
• Chutney especiado: mezclar membrillo con especias suaves y vinagre natural resulta en un acompañamiento sabroso y digestivo para platos salados.
• Smoothie con frutas blandas: licuar membrillo cocido con banana o pera permite preparar un batido refrescante que cuida el estómago y aporta fibra natural.

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