De la cabeza a los pies

En Brasil, el fútbol son muchas cosas. Es pasión y religión, alegría y tristeza, amor y desamor. El fútbol para un brasileño es respirar, está en su cultura, en su ADN. Está en su sangre, en su alma, en sus corazones, en cada fibra de sus cuerpos. Todos se unen en una mágica ecuación de sentimientos que el fútbol les da.

"Todos están enlazados por el balón, un poderoso hilo conductor que hace que olviden las penas y se renueven las alegrías. Cada uno lo recibe del otro y así, se va pasando hasta llegar al inicio, y de nuevo echarlo a andar, cíclicamente, rodando sin parar", opina el fotógrafo Luis Cobelo, quien realizó los retratos de estas páginas. En su búsqueda de personajes por las calles de Río de Janeiro y otras ciudades, él descubrió el brillo de los ojos de muchos brasileños cuando hablan de su país. "Ser brasileño es un estado de ánimo, creo que de permanente alegría espiritual y que sólo tienes si has nacido y crecido aquí", le respondió una de las retratadas, y en esa respuesta, él resume el sentimiento que más lo sorprendió.

Para el Mundial, los brasileños recibirán a unos 600.000 turistas extranjeros. Habrá 3600 millones de personas, aproximadamente, que además lo verán por televisión en todo el mundo. La mitad del planeta tendrá los ojos puestos en Brasil.