Las cosas de todos los días generan un universo alrededor y nosotros lo desarmamos en una tormenta de ideas para luego, volver a armarlo.
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El fuego sagrado. Este encendedor acompañó el mito de la masculinidad cool del cigarrillo desde la Segunda Guerra Mundial hasta fines de los noventa cuando el tabaco terminó de caer en desgracia y empezó a ser eliminado de todos los espacios sociales colectivos.
The eternal flame. Una llama a prueba de viento y de cualquier clima adverso es la clave que explica su fama y popularidad en el mundo, además de una garantía de por vida que le permite ser una herencia segura entre generaciones: cuando un Zippo se rompe, la empresa siempre lo arregla o lo reemplaza, excepto en el caso de que el daño se encuentre en el acabado exterior.
El diseño icónico. El valor de los Zippo reside en un mecanismo recargable único –que ha permanecido inalterable frente al paso del tiempo– creado por George Blaisdell en 1932. Inspirado por el encendedor de un amigo que funcionaba siempre, Blaisdell se propuso crear uno igual pero con mejor diseño.
El clic. Zippo viene de la palabra en inglés zipper debido a que a Blaisdell le gustaba el sonido de los cierres, el que asoció con el que producía la tapa del encendedor al abrirse.
El amigo fiel. La Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y la guerra de Vietnam fueron la mejor oportunidad para la expansión de la marca. El Zippo se convirtió en el objeto de culto más codiciado entre los soldados del ejército yanqui.
Arte de trinchera. La intemperie, el miedo, la nostalgia y la espera de la guerra transformaron los encendedores en objetos artísticos donde los soldados grababan nombres, lugares, imágenes y mensajes.
El factor Mad men. "In life we often have to do things that just are not our bag" es la frase que Don Draper lee en el Zippo de un soldado de Vietnam y que luego se llevará como recordatorio de quién es en realidad. El encendedor forma parte del kit esencial que identifica al protagonista de Mad Men.
Hollywood. Más de 1.500 son las apariciones estelares que ha tenido el Zippo en el cine y en la televisión. Entre ellas se destacan las de todas las películas de Tarantino, la mayoría de las historias de acción y guerra, y clásicos como Casablanca, Apocalypse Now, Duro de matar, Gran Torino e Indiana Jones, donde el encendedor es el amuleto de la suerte de Harrison Ford.
La meca. La colección completa de todos los modelos que la empresa ha lanzado desde sus comienzos se encuentra exhibida en el Museo de Coleccionistas de encendedores y estuches Zippo, que está situado en la localidad de Bradford, Pensilvania.
El DNI. Puntos, líneas y barras diagonales fueron los distintos códigos utilizados para identificar individualmente cada uno de los encendedores fabricados por la empresa. Hoy se usan números y letras convencionales.
Los devotos. En un principio, destinados al control de calidad, los códigos hoy se han convertido en un dato indispensable para los más de 4 millones de coleccionistas que suman quince clubes en el mundo: cinco en Estados Unidos, dos en Reino Unido, y uno en Austria, Canadá, Dinamarca, Italia, Japón, Sudáfrica, Suiza y los Países Bajos.
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La luz eterna. Frank Sinatra fue enterrado con una minibotella de Jack Daniels, un Zippo y un paquete de Camel. El cantante era coleccionista de los encendedores. Este año, la marca lanzó un modelo conmemorativo de su aniversario número cien.
Las generaciones. Quienes hoy tienen entre 40 y 60 años fueron los protagonistas de los tiempos locales de esplendor de los Zippo. Ellos saben de memoria recargar el combustible, cambiar la piedra o reemplazar la mecha. Para la generación siguiente, tener y usar uno era, en sus tiempos adolescentes, la puerta de entrada a la codiciada adultez.
El tema emotivo. Cuando los celulares reemplazaron el fuego eterno del momento Zippo en los recitales, la marca desarrolló la app Virtual Zippo Lighter, que imita su estética y mecanismo.
El rock nacional. Zippo es el nombre de uno de los personajes ficticios creados por el Indio Solari que aparece en el tema "Cruz Diablo", del álbum Luzbelito.
El ícono. Se estima que Zippo fabricó más de 500 millones de piezas desde el primero encendido en 1932. La marca cuenta con una tasa de reconocimiento de más del 98%.
Los números. Un Zippo tiene veintidós partes que requieren de 108 operaciones de ensamblado para ser una sola pieza.
El milagro. Durante los años cincuenta, encontraron un Zippo en el vientre de un pez. Al parecer, funcionó cuando lo encendieron. La historia fue utilizada en un aviso publicitario.
Las destrezas. Los aficionados al Zippo desarrollaron decenas de trucos para encenderlo. En YouTube hay cerca de 70.000 tutoriales que los enseñan.
El marketing. El estrecho vínculo con el tabaco obligó a la marca a diversificar su línea de productos. Hoy, la venta de encendedores representa el 54% de la ganancia total, mientras que el 46% restante corresponde a accesorios como relojes, fragancias, lapiceras y ropa para hombres.
La decadencia. El pico mayor de ventas fue registrado en 1998 con 18 millones de unidades. Desde aquel momento hasta ahora, el número no hizo más que disminuir a los 12 millones actuales.
El fetichismo. Si bien la estrategia apunta a la diversificación de productos, Zippo también apuesta a consolidar su histórica imagen icónica instalándose como un fabricante de fetiches y amuletos. En los últimos doce meses, la marca produjo más de 30.000 nuevos diseños contra los 8.000 creados hasta hace una década.