Del #MeToo al libro impreso. El testimonio gana peso en el feminismo

"El primer paso es aceptar lo que pasó, dejar de negarlo. Y muchas personas dan ese primer paso a través de una pantalla, del anonimato de las redes sociales. Al ver que muchos sobrevivientes deciden contar ese secreto, toman la iniciativa de no callar más, pueden romper el silencio de años". Las palabras son de Micaela Rodríguez, quien tenía 16 años cuando dejó de tener contacto con su abusador. Estaba llena de miedos, de preguntas. Le costaba tanto aceptar lo que había pasado que no podía ni siquiera ponerle nombre. Decidió abrirse un blog y comenzó a escribir una especie de diario íntimo, en forma anónima, como hacían otros sobrevivientes de abuso sexual infantil. Más tarde ese blog se convirtió en una página de Facebook y luego en una ONG destinada a ayudar a otras personas que pasaron por situaciones parecidas. Hoy, el perfil de Facebook "Por una infancia sin dolor" tiene cerca de 400.000 seguidores y concentra diariamente testimonios de personas de todo el país.

El proyecto de Micaela fue pionero de una movida testimonial que, con el tiempo, se extendió por las redes sociales de todo el mundo. Primero con las denuncias del #MeToo hollywodense, luego con los relatos del #Cuéntalo español y, recientemente, con el #MiráCómoNosPonemos argentino que se expandió a partir de la denuncia pública realizada por el Colectivo de Actrices Argentinas. El salto de las redes sociales al mundo editorial era cuestión de tiempo.

A fines del año pasado, el libro Por qué volvías cada verano (Madreselva) de Belén López Peiró adquirió una relevancia y popularidad inesperada al ser mencionado por Fardin como uno de los incentivos que la ayudaron a decidir hacer pública la denuncia de abuso contra Juan Darthés. Según la actriz, la lectura de este libro –en el cual se describe una situación de abuso que la autora sufrió en su adolescencia– fue el disparador que le permitió entender que no se encontraba sola en su lucha, que había otras personas que habían sufrido lo mismo y que no tenían miedo de levantar la voz y contar su historia. "Yo sabía que la persona que me escuchara, inevitablemente me iba a comprender. Porque eso era lo que me pasaba a mí cuando leía Por qué volvías cada verano. Sentía que había algo, que a lo mejor es un idioma que hablamos todavía en secreto las que fuimos víctimas de este tipo de situaciones", explicó Fardin en una de sus últimas entrevistas televisivas.

Con los reflejos bien aceitados, la editorial Penguin Random House no tardó en reaccionar frente a lo que se percibía como una tendencia dentro del campo de los estudios de género. Al mes de la salida del libro de López Peiró publicó Teoría King Kong, de Virginie Despentes: un texto que durante años había circulado a través de publicaciones independientes y que se ubica a mitad de camino entre la teoría feminista y el relato testimonial. Con un estilo irreverente y provocador, la escritora y cineasta francesa hilvana reflexiones generales con descripciones minuciosas de la violación colectiva que sufriera en su adolescencia y de los años que trabajó como prostituta, sin exhibir ni miedo ni arrepentimiento: "Es fundante.De lo que soy como escritora, como mujer que ya no es completamente una. Es al mismo tiempo lo que me desfigura y lo que me constituye", afirma en sus páginas.

Finalmente, este mes se publican dos libros que ratifican definitivamente la actualidad y el interés por una literatura del testimonio: Yo te creo, hermana (Aguilar), una recopilación de relatos de abusos realizada por la periodista Mariana Carbajal y Calu Rivero (Planeta), una autobiografía de la actriz y modelo que, si bien aborda en extensión las situaciones de abuso y las implicancias de la denuncia que realizó contra Juan Darthés, se presenta como una especie de diario de vida que exhibe las diferentes facetas de su persona.

De la teoría al testimonio

"Belén López Peiró es la voz de todas las nenas a las que yo no pude entrevistar porque eran menores de edad pero que conocí, que les vi la cara, que jugué con ellas, que leí sus historias en los expedientes y a quienes la Justicia, supuestamente por protegerlas, no te deja darles voz. Belén viene a hablar por ellas y por muchas más. No es solo la voz de todas las jóvenes que hoy también hacen relatos en primera persona en las redes sino de todas esas nenas a las que yo quise defender", cuenta la periodista Luciana Peker, autora de Putita Golosa, por un feminismo del goce.

Una de las particularidades más llamativas del carácter testimonial de Por qué volvías cada verano consiste en que la situación de abuso no se aborda a exclusivamente a través del hecho sexual propiamente dicho. Por medio de un complejo dispositivo literario –que pendula entre la ficción y la no-ficción–, López Peiró logra plasmar las reacciones del entorno frente a su confesión: la incredulidad de su familia, la culpabilización de la víctima, las estrategias aleccionadoras del abusador. Es decir, todo el universo de sujetos y discursos que acompañan y vuelven posible el abuso.

Según Patrizia Violi, semióloga italiana y especialista en cuestiones de género, "uno de los aspectos más importantes en la reflexión feminista es la proximidad entre pensamiento y experiencia. Esto significa rechazar sobre todo un pensamiento abstracto y descorporizado y volver a dar cuerpo y psiquis a la reflexión".

Por ese camino parece transitar el libro de Mariana Carbajal, Yo te creo, hermana –heredero directo del clásico libro de testimonios compilado por Andrea Pino y Annie Elizabeth Clark, We believe you: survivors of campus sexual assault speak out–. Con la teoría como telón de fondo pero poniendo el foco en las experiencias particulares, Carbajal se propone comprender las diferentes formas que asume el abuso sexual a lo largo de todo el país. "El libro surgió con la intención de armar una cartografía del machismo en la sociedad. Mostrar desde las violencias más brutales hasta discriminaciones más sutiles y micromachismos. Busqué reflejar voces femeninas bien diversas en procedencias, geografías, ocupaciones, edades. Hay voces de la política, del sindicalismo, de jóvenes, y de adultas mayores, del ámbito educativo, de la salud, profesionales, mujeres rurales, de pueblos y de ciudades, del norte y del sur del país, mujeres reconocidas públicamente y desconocidas", cuenta la autora.

El hecho de que estos testimonios puedan salir a la luz tiene una importancia que excede su carácter informativo: dan cuenta de una modificación del entramado social que se produce cuando una persona pone en palabras lo que antes era inaudible. "Durante siglos estas voces no fueron escuchadas porque la palabra femenina estaba devaluada. Hoy, hay una escucha distinta en la sociedad, a partir del surgimiento del movimiento Ni Una Menos, el #MeToo o el #MiráCómoNosPonemos. Es una escucha más sensible, que está dispuesta a oír, y a creer. Por eso quienes han sufrido situaciones atravesadas por las violencias machistas, que antes callaban, hoy se animan a hablar", sostiene Carbajal.

Por su parte, el libro de Calu Rivero trabaja la idea del testimonio de una manera más amplia que la del mero relato autobiográfico. A través de textos propios y de otras personas –como Emmanuel Horvilleur y Leandro Taub–, y de fotos, canciones, correos electrónicos y hasta capturas de pantalla, la actriz da forma a una identidad que logra trascender el lugar de víctima, sin esquivar una reflexión sobre lo que le tocó vivir.

Peker, ademas de haber sido la artífice del contacto entre Thelma Fardin y Belén López Peiró, desempeñó un rol activo en el armado del libro de Calu, participando, incluso, con la escritura de uno de sus capítulos. A propósito de esta experiencia, la periodista concluye: "En el libro, en el cine, en la moda, en la televisión o en el lugar que Calu quiera ocupar, hay algo que tiene que ver con las agallas, con la sonrisa que recuperó, con la valentía y con la decisión de ir para adelante. Y creo que el tipo de testimonio que se ve en el libro es también a su modo: con fotos, con moda, con palabras; un poco multimedia. Muestra la posibilidad de reinventarse y de no quedarse en el lugar de víctima: ni ser sumisas, ni perder la paz. Y eso es algo que Calu puede enseñar a través de sus páginas".