Sobre la calle Armenia al 1322 en el quinto piso de la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB) se encuentra un restaurante con una característica muy particular: es atendido por los alumnos de quinto año del Instituto Marie Manoogian. Este emprendiendo llamado las "Cenas de los viernes y sábados" funciona de marzo a diciembre cuando los alumnos están en el ciclo lectivo escolar. Con todo lo recaudado los jóvenes se irán de viaje de estudios a Armenia a conocer su madre patria. Desde 1979 estas cenas se volvieron un clásico de los sabores armenios en pleno Palermo Soho.
Es el primer viernes de marzo. Faltan tan solo tres días para el inicio de clases en el Instituto Marie Manoogian, pero ya quedó oficialmente inaugurada el ciclo de cenas de los viernes y sábados 2019. El reloj marca las ocho y media de la noche y las mesas con sus manteles blancos están preparadas. En la cocina: las cacerolas están humeando y la parrilla ya está encendida. Los alumnos de quinto año esperan ansiosos (cada uno en sus puestos) para recibir a los primeros comensales del año. Sus padres, quienes los acompañan en la preparación de las comidas, ultiman detalles: algunas madres cocinan los platos, otras acomodan la mesa con el Mezze (picada armenia). Y los padres están en la logística de la parrilla y la caja.
Viviana Basmadjian fue una de las jóvenes de la primera camada que viajó a su madre patria en 1979. Hoy, acompaña a su hija para que ella también cumpla su sueño de conocer Armenia. Según recuerda a ella le tocó viajar en pleno invierno, pero desde hace años que los recorridos se realizan en julio para que se pueda disfrutar más el clima y los paisajes. "La comida armenia es muy sabrosa, especiada y queríamos darla a conocer. Así, surgió la idea de ofrecer las cenas. Los padres nos encargamos de cocinar y los chicos de atender a los clientes. Desde el primer momento se pensó con el fin de recaudar fondos para el viaje de estudios. Empezamos con muy pocas mesas en un salón pequeño. El primer año las cenas se realizaban una vez por mes, pero al tener tanto éxito se empezaron a realizar todos los viernes. Luego se agregaron los sábados", cuenta Basmadjian a LA NACIÓN, mientras acomoda una de las mesas. Andrea Kaprelian, otra de las mamás que se encarga de la atención del salón, coincide: "Mi hija termina este año. Este emprendimiento te hace acordar a tus raíces y no olvidarlas. Nos entusiasma que viajen, conozcan y que puedan vivir lo mismo que nosotros vivimos cuando teníamos su edad"
Los comensales ya se ubicaron en las mesas del espacioso salón. La gran mayoría viene en familia o en grupos de amigos (esto es ideal para poder compartir la variedad de platos). El viaje culinario por los sabores de Armenia se realiza a la carta con variedad de entradas, plato principal y postres. La particularidad es que toda la comida es casera y con las mismas recetas que preparaban las abuelas.
Para arrancar hay variedad de platos fríos llamados "Mezze" similar a una picada. El hummus de garbanzo es la gran estrella de la casa, pero también ofrecen una versión de berenjena (con nueces y pasta de sésamo). También hay falafel (croquetas de garbanzos molidos, pasta de sésamo, trigo y pan rallado), queso armenio, un Basterma (fiambre casero de carne recubierto con condimentos orientales) y el Sarma de arroz con hojas de parra rellena con arroz y cebolla. Además, se destaca la ensalada Belén con berenjenas fritas, rellenas de queso crema, castañas de cajú y nuez.
David Marutyan, uno de los alumnos recomienda pedir el Mezze Ararat (nombre inspirado en la montaña sagrada armenia) que trae un mix de entradas frías: hummus, Basterma, Taboule (ensalada de trigo, cebolla, tomate, lechuga, morrón y menta), Sarma de arroz, Laban (yogurt colado con oliva y menta), berenjena armenia, queso y aceitunas. "Mis padres nacieron en Armenia. Hace años que tengo ganas de ir. Veo fotos y me emociona conocerlo en persona", dice, entusiasmado, mientras sostiene la bandeja con el pedido de una de las mesas.
Raffi Villalba, otro de los jóvenes, toma atentamente el pedido de una de las mesas. Casi sin dudarlo les aconseja probar el Manti (especie de barquillos de masa rellenos de carne y cebolla similares a los Cappelletti) "Me motiva mucho el viaje. Es conectarme con mis raíces y con mis antepasados. Me gusta mucho el Manti, porque es bien armenio", afirma Villalba. A su lado está, Pilar Ohanessian, quien admite que uno de los platos que más despierta fanatismo es el Shish Kebab (similar a las brochettes) que pueden ser de verdura, carne picada, pollo, cordero o cerdo. "Me motiva el viaje. Lo generamos nosotros trabajando", dice.
En la otra punta del salón se encuentra la cocina coordinada por Viviana Morales, otra de las madres. Su hija mayor ya terminó el colegio, pero a ella le encanta venir a ayudar con la organización y el despacho de comidas. Llegó una nueva comanda: un Subereg (finas capas de masa rellenas de tres tipos de quesos), un Pasha Boreg (mil hojas de masa filo con espinaca y ricota) y un Ishli Keofte unas albóndigas de carne y trigo con carne y cebollas. La mesa tres pidió un Manti y un Musaká de vegetales. Todas las madres emplatan y decoran cada uno de los pedidos a gran velocidad.
Henrik Martirosyan y Juan José Capella, son los dos padres que se encargan de los fuegos. De la parrilla salen todas las variedades de Shish Kebab. "Prendemos el fuego una hora antes del servicio. Tiene que ser más fuerte que el del asado", detalla Martirosyan, tras acomodar la Shisk Kebab de cordero, que viene con pimiento verde y rojo y cebollas.
Son casi las 22:00 hs y de fondo se escucha una música típica armenia. Llegó el momento de la danza y los diecisiete jóvenes se acomodan en fila para sorprender a los comensales con un show especial. "La danza nos une a todos y nos acerca a las tradiciones de nuestra cultura, donde padres y alumnos disfrutan de un momento de nostalgia que los acerca al ansiado viaje a la tierra de nuestros ancestros. Uno de los grandes logros de este emprendimiento, es la consolidación de los vínculos familiares e interfamiliares. Permite que todos los padres se conozcan entre sí y que ellos conozcan a los compañeros de sus hijos/as. El objetivo en común retroalimenta a los alumnos y a sus padres a encontrar nuevas formas de atención, superar las dificultades y aprender a relacionarse en grupo", expresa Juan Ignacio Balian, integrante del Consejo Directivo de la Unión General Armenia de Beneficencia, quien también se egresó en la escuela y viajó a Armenia gracias a este emprendimiento.
El viaje de sabores culmina con el postre. Hay dulces como el Baklava (milhojas de masa filo con almendras y canela), Gurabie, una pequeña masita de manteca con nuez y Kadaif con nuez, entre otras exquisiteces. También ofrecen café oriental que se prepara con café molido muy fino. Si el cliente lo desea, Lucin (que en armenio significa luna) se encarga de interpretar el futuro a partir de los dibujos que deja la borra. Al café hay que beberlo de a sorbos cortos, cuando se termina se da vuelta el recipiente hacia adelante (por el futuro) y se deja reposar unos minutos, para que la borra forme diferentes figuras para interpretar.
En julio los jóvenes de quinto año viajarán a Armenia a conocer la tierra de sus antepasados. Como bien dice uno de los lemas de la Unión General Armenia de Beneficencia: "La unión hace la fuerza".
Más notas de Restaurantes
Más leídas de Lifestyle
“Creemos que vivía con una persona mayor”. Cruzó desesperada la avenida y movilizó a los vecinos que ahora buscan a su familia
“En combate era una fiera”. La emotiva despedida a Jorge Vizoso Posse, héroe de guerra, protagonista de un “milagro” en Malvinas
Menú semanal. La dieta definitiva para quemar grasas y aumentar tu masa muscular después de los 50 años
Impactante. Rompieron el piso de la cocina para renovar su casa y lo que encontraron los dejó atónitos