El dueño de este jardín ubicado en el Barrio Club de Campo La Aguada, en San Lorenzo, Salta, necesitaba un diseño para la entrada principal y los accesos al jardín desde la casa, además de crear sectores planos de pasto, ya que no existían por los grandes desniveles. Como pedido especial: respetar los árboles del lugar, las vistas a los cerros y a la laguna.
Desde el principio, se decidió que la intervención debía acompañar y destacar un fuerte entorno, con una gran arboleda –con predominio de tipas (Tipuana tipu), chal chales (Allophylus edulis) y guaranes (Tecoma stans)– y las increíbles vistas.
El diseño de la entrada principal fue un desafío, ya que tenía un gran desnivel. Se construyó una escalera con amplios descansos y muros de hormigón entablonado. La plantación fue abrazando tanto la escalera como los muros, para no perder esa "sensación verde" al entrar: Pittosporum tobira ‘Nana’, Minthostachys mollis, Agapanthus sp., Salvia ‘Amistad’, Dietes grandiflora y, como cubresuelos, Ophiopogon japonicus o Viola odorata.
Luego de relevar el terreno se desarrolló una propuesta con formas orgánicas, que unió la casa con el entorno a través de senderos, lomas y canteros.
Para el acceso desde la calle se tuvieron que diseñar lomas, que en parte fueron plantadas con Cortaderia hieronymi, Minthostachys mollis, helechos, o panes de pasto en algunos sectores. En general, es una plantación perenne, con especies autóctonas e introducidas. Es un jardín de bajo mantenimiento y que no pierde su estructura durante el invierno.
En el lateral y en el sector trasero –donde se encuentran el estacionamiento, superficies planas de pasto y un montecito que da resguardo a un fogón–, se basaron en líneas muy claras y de espacios generosos. En el sector trasero, las lomas se trabajaron con una gran masa de agapantos y pasto inglés formando curvas que continúan las líneas orgánicas de las lomas. Allí nacen grandes canteros de Salvia procurrens, que da continuidad al verde y, al estar plantada en masa, reduce el mantenimiento.
En el montecito de chal chales, tipas y algunas higueras autóctonas se armaron senderos y se aprovecharon las hojas secas como cubresuelos. Los senderos que recorren parte del terreno fueron delimitados con bloques de cemento y los escalones que salvan los desniveles son de hormigón. El cerco que marca los límites del jardín es una gran franja de monte autóctono que se dejó y que sólo requiere una limpieza un par de veces al año.
- OBRA: Jardín particular.
- PROYECTO DE ARQUITECTURA: Estudio Item, Arq. Mateo Lanusse.
- PROYECTO DE PAISAJISMO: Martita P. Otero.
- SUPERFICIE INTERVENIDA: 4.500 m2.
- AÑO DE EJECUCIÓN: 2016.
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