Fanatismo y devoción por las Vespa, un fenómeno sobre dos ruedas
La Vespa es de esos objetos a los que se los conoce por su marca. Esa denominación pasa a ser el genérico. Nadie les dice moto, motoneta o motocicleta. La Vespa es la Vespa. Así, a secas. Quienes las eligen, entablan con ellas un vínculo fetichista. Un romance poderoso, de esos que ocupan la razón y el corazón. Lo racional y lo ilógico. Para ninguno de sus fanáticos es un mero transporte para trasladarse. Para todos, es una compañía. Quizás, "la" compañía. Sus dueños traban una relación afectiva que convierte al rodado en un integrante más de la familia. Así sucede, no es exagerado afirmarlo. No faltan los que las bautizan con nombre y apellido. Y están, y son unos cuantos, los que se ufanan de tener más de una. Poliamor en dos ruedas. Sus seguidores se agrupan como los incondicionales de un culto religioso donde se le profesa devoción a una divinidad. Acá el templo son las calles. Y los feligreses, fervientes integrantes de los clubes que se despliegan en todo el mundo. Esos clubes que congregan a los fanáticos que se sienten hermanados en una cofradía no siempre comprendida.
Los próximos 16, 17 y 18 de noviembre serán tres días de fiesta para los amantes de las Vespa. 72 horas de devoción a esta emblemática motoneta, nacida en Italia en 1946, que se irradió en el mundo contagiando fanatismo reverencial entre quienes las eligen. Durante esas tres jornadas se realizará el XVlll Encuentro Nacional e Internacional de Vespa Club, esta vez teniendo como anfitriona a la ciudad de La Plata. "El evento reunirá a todos los socios, quienes podrán compartir varias comidas de camaradería y rodadas por la ciudad para mostrar su casco histórico. Además, se organizará una exposición para que la gente pueda ver las unidades de cerca y en detalle", adelanta Daniel Ussomorel, presidente del Vespa Club La Plata que, con una antigüedad de dos años, es el más nuevo que funciona en el país.
Las Vespa son preciadas como joyas de la abuela, no tanto por su valor de mercado, sino por la cuantía afectiva que se entabla con ellas a partir del historial de cada unidad o de lo que significa una recién llegada al acervo de cada coleccionista. Las Vespa no pasan inadvertidas para nadie. Su circulación por las calles va escoltada por las miradas de admiración. Sus ocupantes hinchan el pecho al montarlas, como el jinete cuando lo hace con su tordo más preciado. Y si bien el diseño base es emblemático y único, hay variantes bien pintorescas como la que emula un sidecar. En la variedad está el gusto, dicen.
Gregory Peck y Audrey Hepburn las inmortalizaron en el film Vacaciones en Roma con una escena recordada. Las Vespa se llevan bien con el glamour de la farándula. Sobre ellas, también se mostraron Tony Bennett, Queen Latifah, Uma Thurman, Tom Hanks, y Hugh Grant. Famosos y anónimos. Aristócratas y proletarios. La Vespa vincula. "En uno de los encuentros fue gratificante ver como congeniaban un empresario muy importante, multimillonario, y el cadete de una compañía. Las Vespa los unían y no había ninguna diferencia social entre ellos, en ese momento", explica Ussomorel.
Encuentro de fanáticos
El Encuentro Nacional a realizarse desde el día 16 permitirá que los socios recorran La Plata a bordo de sus emblemáticas unidades transitando puntos destacados de la ciudad. En la primera jornada, el puntapié inicial se dará, al mediodía, en la Dirección de Coordinación Municipal, ubicada en la calle 122 y 57. Por la tarde se realizará una rodada por el centro de la ciudad y, por la noche, se llevará a cabo la cena de camaradería. El sábado 17, desde las diez de la mañana, las actividades incluirán una visita al Museo de La Plata acompañada por una exposición de motos en el ingreso de esta institución. Luego, se realizará una recorrida por el casco histórico, justo antes del almuerzo. Por la tarde, la rodada llevará a los fanáticos a recorrer las localidades vecinas de Villa Elisa, City Bell y Gonnet. Este paseo incluirá el ingreso a la emblemática República de los Niños. Sobre el cierre de la jornada, los vespistas compartirán la última cena de camaradería. El domingo 18, se llevará a cabo la despedida y la promesa del reencuentro al año siguiente.
"La Vespa sale del común de la moto. Tiene un andar muy suave, podes ir bien vestido sin ensuciarte, te movés cómodamente. Además, tiene mecánica noble, sencilla. Hay vehículos de hace 40 años que siguen andando. Son fieles y eternas. Probé todo tipo de motos, pero no hay como la Vespa. Disfruto mucho del andar que tiene y ya no solo es pasión por esta moto, sino por todo que se genera en torno a ella en el mundo. Es algo raro lo que sucede, hay gente que jamás se subiría a una moto, pero si lo hace con una Vespa", reflexiona el presidente del Vespa Club La Plata, que aglutina a más de 20 socios activos de diversas edades y profesiones, y a muchos que se acercan para los eventos especiales. Las actividades del Club siempre cuentan con el apoyo del Círculo Italiano local "porque se trata de un pedacito de Italia en dos ruedas".
Rodadas solidarias
Los vespistas se suman a diversas campañas en favor del bien público. En La Plata, colaboran estrechamente con las organizaciones que buscan mayor visibilidad en la prevención y tratamientos en torno al cáncer de mama, tanto en mujeres como en hombres. La Sociedad Cancerología La Plata es una de las organizaciones que cuentan con la estrecha colaboración de esta noble institución. "También participamos de rodadas que se hacen en todo el mundo para concientizar sobre el cáncer de próstata y por los suicidios por depresión que esto genera en los hombres. Juntamos donaciones para apoyar estas iniciativas", dice Ussomorel sobre el movimiento en torno al Gentleman´s Ride. Además, el Vespa Club colabora con el hogar de niños Esos locos bajitos, una Asociación Civil que aloja a niños en estado de abandono hasta la mayoría de edad.
La Vespa todo lo puede. Lo solidario y lo disparatado. Está quien tiene tantas unidades que no se anima a contárselo a su mujer. Y el que prefiere irse de vacaciones con la moto en lugar de hacerlo en su automóvil. La Vespa es una excusa para viajar. Para vincular abuelos con nietos, padres con hijos. "Setenta y un años no son pocos. La fascinación por la Vespa me ha acompañado siempre. En la década del ´60 llegué a la ciudad de La Plata a estudiar Biología, como tantos muchachos del interior, junto a una emblemática Vespa modelo 1961 comprada a mi hermano mayor. Desde aquel tiempo, hasta hoy, siempre me acompañó. Todas poseían las mismas cualidades: el parabrisas gigante como el de una bicicleta para ver el mundo desde todos los ángulos y la confiabilidad ciega de llevarme donde yo quisiera. Pasaron los años y la Providencia me bendijo. La Vespa me permitió conocer lugares, cosechar amigos, tener esas sensaciones que solo despierta una pasión y seguir gozando, a mi edad, de estar sentado sobre una Vespa 61 que es admiración de todos; y otra 2017 con un poderoso motor 300 cc que es una maravilla tecnológica", explica el biólogo Miguel Reigosa.
Diego Figueroa, otro de los fanáticos integrantes del club de La Plata, le regaló un ejemplar a su mujer cuando cumplió 40 años. "Lo hice por sus orígenes italianos a modo de homenaje. Y ella le puso de nombre Homero, en honor a Los Simpsons. Así que tenemos la primera Vespa trans", relata orgulloso este vespista enamorado de su mujer, y de las dos ruedas.
Cada país cuenta con su Vespa Club. Y, a su vez, las regiones y ciudades son sedes de las delegaciones locales. Todos dependen del Vespa World de Italia, una suerte de casa matriz de este emblemático vehículo nacido en postrimerías de la Segunda Guerra Mundial por iniciativa de Enrico Piaggio. Los materiales utilizados en aquel entonces provenían de los aviones en desuso que quedaban desechados luego de la contienda bélica. Cuando le presentaron el boceto al empresario dijo que se parecía a una avispa. De allí proviene su nombre. El ingeniero que creó el diseño, se inspiró en una persona sentada cómodamente en una silla y buscó que el vehículo no emitiera tanto ruido como sí lo hacían las motos tradicionales.
"Yo no encontraba mi lugar en el mundo y descubrí que el grupo humano de las Vespa es increíble. Alojé gente que vino de Colombia, Venezuela, Brasil. Hay muchos fanáticos rodando por todo el mundo. Viajé a Paraguay, Chile, Uruguay. Y siempre con la moto. Es una terapia absoluta. No tengo un equipo de fútbol, tengo un equipo de Vespa", finaliza Daniel Ussomorel, mientras acelera los preparativos para el gran evento de tres días que se desarrollará en La Plata, esta vez organizado por el Vespa Club local, uno de los siete con los que cuenta el país, cuya sede madre hoy está presidida por el presidente del Vespa Club de San Juan. Si de fanatismo se trata, los vespista pueden dar fe. Son parte de la religión. De su religión sobre dos ruedas y con forma de avispa.
Contacto: www.facebook.com/VespaClubLaPlata