
Hernán Crespo y Juan Verón: vidas paralelas
Los jugadores argentinos que integran las filas del club inglés Chelsea cuentan, mate de por medio, los pormenores de su vida cotidiana en el Reino Unido, comparan sus semejanzas y diferencias, y se animan a criticarse frente a frente
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LONDRES.- "Sebastián y yo somos completamente diferentes -dice Hernan Crespo, con el pelo prolijamente recogido en una media colita-. Desde la manera de vestirnos, la manera de hablar, la manera de vivir, todo. Si te ponés a analizar, hay más puntos en los que diferimos que en los que coincidimos. Y, sin embargo, la vida nos unió. El fútbol nos unió."
Cronista y entrevistados toman mate en la cocina de Juan Sebastián Verón. Ceba, ceba, rapado, aritos de diamante en las orejas, una remera gris oscura gigante y pantalones de combate negros. Crespo, con sus jeans de lino natural y remera marrón, es la antítesis.
La última y única vez que dos jugadores argentinos habían coincidido en un mismo club en Inglaterra fue hace un cuarto de siglo, cuando Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa llevaron al Tottenham a su máxima gloria. Pero este verano europeo Verón y Crespo firmaron contrato con el Chelsea, en agosto, a pocas semanas el uno del otro.
Son diferentes, pero tienen más cosas en común: ambos se fueron de la Argentina a clubes italianos en 1996. Ambos jugaron para tres clubes italianos -coincidieron en el Parma y el Lazio- antes de venir a Inglaterra. La cifra total de los pases de cada uno es casi idéntica: Crespo generó 117 millones de dólares y Verón, 119. Ambos tienen contratos con Adidas. Ambos tienen 28 años; Crespo mide 1,84m y Veron 1,86. Crespo pesa 78 kilos y Veron 79.
¿Casi idénticos, verdad? Pero Hernán insiste en el contraste.
-Empezando porque él es medio campista y yo delantero: eso es una diferencia ya abismal.
Coincidieron en el verano de 1996 en el preolímpico de Mar del Plata.
-Fijate que cuando nosotros nos conocimos no fue su mejor versión ni tampoco la mía -recuerda Hernán-. Entonces jugábamos y no jugábamos: estábamos en el mismo plantel, pero ninguno de los dos era titular. Nos costó al principio, pero hoy nos entendemos con total tranquilidad.
Verón señala:
-Jugamos en inferiores, en contra. El en River y yo en Estudiantes. Así dice Hernán, porque yo no me acuerdo. Y después en el preolímpico. Teníamos una buena relación pero no era como ahora. Hoy es una relación de grandes amigos; desde 1996, cuando llegamos a Europa, estuvimos juntos. Son muchos años.
-¿Sirve dentro de la cancha el hecho de ser amigos?
-Claro. Conocerte te simplifica un montón de cosas. Cómo piensa, los movimientos que hace, cómo le gusta que le den la pelota. Sin mirarlo yo sé cómo Hernán quiere que le tire los centros.
Jugadores de elite
La tía de Verón se casó con un futbolista, Pedro Andrés Verde. No será uno de los nombres más famosos en el escenario internacional, pero como tantos futbolistas profesionales es un hombre que se ganó la vida explorando lugares remotos y diferentes con su familia a cuestas. Hace un tiempo, tras haber vivido dos años en Sheffield, una ciudad industrial en el norte de Inglaterra, la tía se pronunció sobre la vida familiar de los futbolistas: "Somos nómadas", le dijo a esta cronista.
Cuesta quizás entenderlo, pero detrás de cada jugador de élite existe un hombre que con cada paso de un club a otro tiene que levantar una casa, desarraigar una familia, aprender de cero a entender las calles y los almacenes de un nuevo barrio.
Ahora, los Verón viven a pocos metros de la calle donde se estrelló y mató Marc Bolan, un guitarrista de rock inglés cuya banda T-Rex fue un hito de la década del setenta. En el punto exacto donde Marc Bolan pereció hace 26 años hasta el día de hoy hay velas encendidas, flores y fotos que los hippies llevan a diario en una peregrinación típica de idolatría a los iconos culturales que todos veneramos.
Verón y Crespo no conocen a Marc Bolan, ni a T-Rex. Al principio creyeron que alguien habría muerto ahí hace pocos días, tan actual parece el altar.
Mientras unta medialunas con dulce de leche en la gran cocina, un típico jardín inglés de trasfondo detrás de los ventanales del jardín de invierno, se advierte que nada está culturalmente más alejado de estos dos muchachos que el rock inglés de los años 70.
-¿Es como el Rodrigo de acá? -comentan.
Al comienzo de esta temporada inglesa, Verón y Crespo habían jugado 102 partidos juntos (32 en Parma, 42 en Lazio y 28 para la Selección) y marcaron un total de 89 goles (Crespo, 73 y Verón, 16).
Hace seis meses un magnate ruso, Roman Abramovich, compró el Chelsea y una se rie de jugadores de primerísimo nivel con el fin de crear un nuevo plantel. En un momento en que el mercado de transferencias atraviesa su punto más bajo en años, Abramovich cambió las reglas de juego, y dos de sus adquisiciones más estelares fueron los argentinos Crespo y Verón.
Cuando Verón llegó a Inglaterra en 2001, firmando para el Manchester United, su pase de 28 millones de libras (48 millones de dólares) fue el más caro en la historia de la Premiership (la primera división inglesa).
-Todos me decían: Sos el pase más caro… pero yo juego al fútbol. Para mí, es un dato estadístico. Nada más.
Crespo también rompió récords mundiales. Su pase a la Lazio, de 20 millones (35 millones de dólares), llegó a ser el más caro del mundo. Pero él no cree que esto influya sobre la cotidianidad del futbolista.
-Paguen lo que paguen, a mí no me la dan; se la dan a otro. Solamente es parte del orgullo personal de decir: Pucha, un tipo está dispuesto a pagar todo ese dinero para tenerme en su equipo… y ya. Así te hayan pagado cincuenta, cien o uno, la responsabilidad es igual. La responsabilidad moral es la de matarse por el tipo que puso su confianza en vos. Querés jugar y bien. Disfrutar lo que hacés.
En Manchester, los directivos del club dijeron que en la hinchada Verón era más popular que David Beckham. Sus compañeros hicieron declaraciones y una petición conjunta para que no lo vendieran. Pero después...
-El Chelsea podría haber comprado a otro. Y me eligieron a mí. Eso es importante; saber que te aprecian.
El pase de Hernán Crespo al Chelsea ocurrió luego de un año en el Inter, donde tuvo que reemplazar nada menos que a Ronaldo.
-Un argentino, para venir a Inglaterra, tiene que tener una buena dosis de inconsciencia y también de valentía. Es todo tan diferente de lo que estamos acostumbrados...
Eso explica Hernán, y agrega, riéndose:
-Para mí es mucho más simple de lo que fue para él cuando primero llegó al Manchester que no tenía a nadie. Esto no quiere decir que sea simple.
-Sebastián, ¿cómo podés ayudar a tu amigo en esta transición?
-Mirá. Por ahí contar la experiencia que tuve yo. Qué viví con el Manchester y cómo es la mentalidad acá, donde no vienen chicos de 20 años a los que les tenés que dar la mano, acompañarlos. Son todos tipos con experiencia: esto ya lo vivimos tanto Hernán como yo en Italia. Yo particularmente no tenía a nadie en quien apoyarme. Y me tuve que ir haciendo a los golpes.
Pero más allá de las dificultades extrafutbolísticas, ambos confían en que futbolísticamente el Chelsea presenta desafíos emocionantes y posibles. Verón dice que Crespo es un gran jugador, que está seguro que "nos va a dar muchísimas satisfacciones".
Por el momento viene bien, porque en cada partido que juega, Crespo hace un gol. Hernán, por su parte, no tiene pelos en la lengua cuando se trata de resaltar las dotes de su compañero.
-Sebastián tiene que estar libre, libre de hacer, libre de crear; a ver si me entendés, como todo genio… todo el mundo lo quiere encasillar: Juega de esto y ahora juega de lo otro. Es como si alguien le hubiera dicho a Einstein: Dedicate solamente a la tabla del 2. No, dejalo libre, dejá que pasen cosas. Si no, lo encasillás.
La conclusión, mate de por medio, es de Hernán.
-Lo más lindo del fútbol es que no es una ciencia; es un juego. Y lo más difícil es jugar fácil. Parece una estupidez lo que te estoy diciendo, ¿no? Pero es así.
(Copyright M. Mora y Araujo/Revista Four Four Two).
- Para saber más
Estrellas
Por Cristian Grosso (*)
Crecieron. Hernán Crespo ya no es el polaco, ese rubio alto y flaquito que en los recreos del colegio La Salle, en Florida, castigaba a sus compañeros con la implacable ley del gol. Y a Juan Sebastián Verón tampoco lo recuerdan como Anguila, aquel escurridizo travieso que se pasaba el día en los mil picados que se armaban en la polvorienta plaza de 40 y 15, en La Plata. Ahora integran ese selec-to puñado de estrellas del fútbol internacional y viven en el residencial y victoriano barrio londinense de Barnes.
Pisando el umbral de los 30 años, hace una década que profesionalmente recorren las canchas. Frontal, de risa fácil, Sebastián a veces se muestra cabrón. Pero también es un líder natural en la interna de cualquier plantel. Hernán, políticamente correcto, cuida su imagen, es elegante y sabe aprovechar sus dotes de buen orador.
Pertenecen a una generación de futbolistas que tienen una cuenta pendiente con la Selección, ya que no han podido ganar ningún título con la camiseta albiceleste. En cambio, en Europa, además de engrosar sus millonarias cuentas bancarias, han sabido cosechar campeonatos: Verón ya suma siete y Crespo va por cuatro. Bajo la lupa del hincha argentino, sueñan con el día que su indiscutible popularidad encuentre el bálsamo protector del reconocimiento.
* Redactor de La Nación Deportiva
Juan Sebastián Verón
- Lugar y fecha de nacimiento: 9 de marzo de 1975, en La Plata, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
- Vale: 26 millones de dólares
- Pesa: 80 kg
- Puesto: volante de ataque
- Su primer club: Estudiantes de La Plata
- Otros clubes: Boca Juniors, ampdoria, AC Parma, SS Lazio, Manchester United
- Cantidad de mundiales jugados: 2 (Francia 98 y Corea-Japón 2002)
Hernán Jorge Crespo
- Lugar y fecha de nacimiento: 5 de julio de 1975, en Florida, Pcia. de Buenos Aires, Argentina
- Vale: 29 millones de dólares
- Pesa: 80 kg
- Puesto: delantero
- Su primer club: River Plate (Argentina)
- Otros clubes: Parma, SS Lazio, Inter Milan
- Cantidad de mundiales jugados: 2 (Francia 98 y Corea-Japón 2002)
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