Horóscopo. ¿Cómo aprovechar la energía del eclipse solar en Cáncer del 21 de junio?
El eclipse solar del 21 de junio
Es un momento tan vertiginoso y expansivo sobre la información astrológica que posiblemente casi todos aquellos interesados en este lenguaje sepan que este domingo 21 de junio hay un eclipse solar en Cáncer.
¿Pero qué significa?
¿Qué implica energéticamente para cada uno? ¿Y a nivel colectivo? Cuando se habla de astrología y de movimientos planetarios, siempre es importante jerarquizar el contenido predictivo. Es decir, no es el mismo volumen de energía el que trae una Luna nueva, o una retrogradación de Mercurio (que parece que siempre está yendo y viniendo, fiel a su energía) que un cambio de signo en alguno de los planetas transpersonales: Plutón, Neptuno y Urano. En la misma línea, es importante subrayar que los tránsitos planetarios no implican repercusión inmediata o acontecimientos aislados. Los tránsitos son procesos durante los cuales hay interacción entre los planetas, su energía, la carta natal y la propia conciencia psicológica.
Estas premisas sobre el movimiento de los astros también valen para los eclipses, para poder entender mejor qué implican en términos personales. Los eclipses hablan de la relación entre el Sol y la Luna en el calendario lunar. Hablan de la relación entre lo que se ve y lo que no se ve. Todos los años hay eclipses lunares y eclipses solares.
En 2020, habrá seis eclipses. De ellos, cuatro serán lunares (los dos primeros ya pasaron: uno el 10 de enero, y otro el 5 de junio; y los próximos serán el 5 de julio y el 30 de noviembre). Y dos, serán eclipses solares:
- el eclipse solar de este domingo 21 de junio
- y el próximo será un eclipse total de Sol el 14 de diciembre
Los eclipses hablan de la relación entre el Sol y la Luna en el calendario lunar. Hablan de la relación entre lo que se ve y lo que no se ve
Los eclipses solares coinciden con la Luna nueva, y a su vez, establecen relaciones con el movimiento y las posiciones de los otros planetas. Como son anuales, no es tan visible su escena ni su repercusión. Siempre siempre depende de cada carta astral, y sobre todo del signo solar, el signo lunar y cada ascendente. Por eso, cuando hay un eclipse lo primero que hay que evitar es buscar rápidamente la escena predictiva asustada: ¿me va a afectar? ¿cómo me influencia? Esas sensaciones pueden aparecer y en general pueden traer una mezcla de miedo y simultáneamente gran curiosidad. Todos los días los planetas están en continuo movimiento e inciden de distinta forma según cada persona y sus coordenadas astrológicas; ese es el objetivo de la consulta privada astrológica: entender la propia disponibilidad energética de forma particular.
¿Cómo aprovechar el eclipse solar del 21 de junio?
Ahora sí,a este eclipse se lo llama eclipse anular "Anillo de fuego" porque la interacción entre el Sol y la Luna genera un efecto de anillo brillante de luz alrededor de la Luna. Esto será visible desde Asia y África. Sin embargo, más allá de lo técnico y astronómico, es interesante sintonizarlo porque como momento astrológico marca un cambio de posiciones entre lo que está oculto y lo que está iluminado por la relación entre el Sol —que ilumina— y la Luna —que cierra y protege—.
Para entender su propuesta energética, hay que considerar en qué signo del zodíaco actúa: es un eclipse solar en Cáncer. Es un signo de agua, muy sensible y empático. En la astrología, Cáncer se asocia a las tradiciones, las pertenencias, las familias, las historias, el pasado, los cuidados y la protección.
En ese sentido, la temática de este eclipse apunta a revisar cómo cuidamos, cómo protegemos; cómo nos relacionamos con nuestra familia, con nuestra sensibilidad. También pueden aparecer preguntas por cómo procesamos nuestro pasado. Es posible que las personas de Aries, Cáncer, Libra, Escorpio, Capricornio y Piscis estén con baja energía, con mayor necesidad de descanso y meditación. Sirve saberlo para frenar, descansar.
Otro aspecto a considerar cuando se habla de eclipses es en qué grado matemático suceden y buscar en la propia carta natal dónde está ese grado (en qué casa zodiacal está, si hay un planeta allí, si este tiene aspectos que lo vinculen con otros planetas). En este caso, el eclipse es en el grado cero de Cáncer. Es el grado del solsticio: en el hemisferio norte empieza el verano, y en el hemisferio sur empieza el invierno. En ese sentido, se considera que los grados ceros son grados de inicio. En este caso, como se trata de un eclipse en Cáncer —que tiene que ver con el pasado—, primero algo tiene que concluir y ser cerrado para que después algo empiece. Tal vez la forma inicial de esto que empieza es la sutileza de una decisión interna —no necesariamente compartida o comunicada— pero sí sentida, tocada.
Por último, es importante destacar que los eclipses marcan un ciclo de 6 meses, entonces para aprovecharlos es central pensarlos como procesos y no como acontecimientos inmediatos. El secreto está en la receptividad del evento sin sugestionarse, y sin miedo: recibir lentamente la información y entregarse a que nos decante. El 29 de diciembre, con la Luna Llena en Cáncer, podremos revisar qué nos pasaba en este momento y resignificar nuestras decisiones.
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