La degustación permite realizar un análisis exhaustivo sobre un determinado producto por medio de los sentidos, que se centra en la descripción de las características que definen un estilo. Se parte del aspecto visual, olfativo y gustativo para alcanzar algunas conclusiones.
- Evaluar la relación calidad-precio y determinar si un producto vale lo que cuesta. A partir de entonces empieza a hablarse de vinos de mayor o menor calidad, porque puede haberla en todos los segmentos de precio cuando la propuesta es coherente.
- Buscar tipicidad en una determinada uva, o las características propias que una región o viña en concreto puedan brindar, es un aspecto relevante en la degustación, porque entre otras cosas fideliza a un consumidor
-Hablar de lo que el vino ofrece y no de lo que le falta es una dinámica más amable que seduce en mayor manera.
- Definir un estilo de vino y tener referentes en su tipo es una herramienta muy válida, porque permite, desde la comparación, hacer un buen análisis.
- Destacar la identidad de un vino, que puede no ser mejor que otro, pero sí tener atributos y bondades que lo hacen diferente y por ello único.
- Buscar la mejor oportunidad de consumo dándole el lugar merecido dentro de la gastronomía y haciendo foco en la armonía entre platos y bebidas, para encontrar en ambos los elementos principales que resalten sus virtudes y justifiquen la elección.
- Apostar a que el tiempo de la guarda en botella permita realzar los aromas y sabores, teniendo en cuenta que sólo pocos lo logran.
Hay que centrarse en una cata honesta, a partir de las herramientas que cada consumidor o profesional del tema posea; el entrenamiento lleva un tiempo considerable, tiene un inicio pero no un fin.
