La extraña enfermedad de Yoda, el gato que su humana salvó de la eutanasia
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Llegó a su vida en abril de 2016 junto a una camada de gatitos que habían nacido en situación de calle, como ocurre con tantos animales a lo largo y ancho del país. Tenía casi un mes de vida. Aunque los tres hermanitos que Aurora había rescatado en ese momento estaban en pésimas condiciones, el aspecto de Yoda era el que más la preocupaba.
"Se notaba que tenía problemas de crecimiento, estaba muy débil y era el mas pequeño de los tres, la diferencia era muy notoria. En comparación con sus hermanos, el crecía de modo muy muy lento, su tamaño aumentaba muy poquito y para acompañarlo decidimos que lo mejor era que comenzara un tratamiento en un centro de inmunología veterinaria. Allí recibió vitaminas, ADN y factor crecimiento, entre otros nutrientes. Día a día iba saliendo adelante. Pequeñito de tamaño pero con una fuerza interior gigante".
Desde luego que en esas condiciones Aurora entendió que no podía darlo en adopción y lo sumó a su familia como un integrante más. Mientras, hizo consultas con varios especialistas. Ninguno le daba más de unos meses de vida.

Un viaje problemático
Sin embargo, los problemas recién comenzaban y se hicieron evidentes luego de un viaje que Aurora realizó. "Yoda y Simba, uno de sus hermanos que también habíamos adoptado, quedaron en la casa de unos amigos hasta nuestro regreso. Y a la vuelta Yoda comenzó a lastimarse mucho la piel cada vez que se lavaba o rascaba. Allí descubrimos que tiene una patología en la piel por falta de colágeno. Si bien es algo que trajo de nacimiento, haberlo trasladado a otro lugar que no era su casa y vivir en otro espacio con otros ritmos y gatos lo estresó y detonó su problema. Los gatos son muy territoriales y al sacarlos de su hábitat pueden ocurrir manifestaciones de enfermedades".
Finalmente, Aurora dio con un veterinario homeópata que, con un tratamiento, lo ayudó a salir adelante. Yoda se mantuvo estable durante un buen tiempo hasta que en un momento la homeopatía ya no fue suficiente. Entonces Aurora consultó a una veterinaria de la rama antroposófica, la Dra. Teresa Hein. Con ella, Yoda comenzó una dieta libre de alimento balanceado y ajustada a los orígenes de la alimentación felina. También se le suministró medicación de esa línea de medicina y el cambio fue radical.

"Si bien la patología no tiene cura, con la alimentación natural su pelo volvió a brillar y fortalecerse. Su enfermedad es delicada: un gato está constantemente lavándose y el mismo roce de su lengua lo puede lastimar hasta hacerlo sangrar ya que su piel es muy muy débil y finita. Si juega con sus hermanos y lo rasguñan, a Yoda la piel se le abre enseguida y su cicatrización es lenta, muy lenta. La misma falta de colágeno que se observa en la piel, también afecta el resto organismo del gato en todo su organismo por lo que sus órganos, músculos, etc sufren esta carencia".
Por ejemplo, al hacer fuerza para ir al baño, Yoda se hernió varias veces y tuvo que ser operado. En un mes pasó por tres operaciones de heria y de acomodamiento de los intestinos porque, como sus tejidos no contienen fuertemente sus músculos y órganos, una partecita del intestino se salió. "Cada operación, cada anestesia en ese cuerpito era un riesgo, pero él salía adelante, siempre con su fuerza que lo caracteriza, siempre con su resiliencia".

La suma de las partes
Luego de estos episodios, Aurora sumó a su alimentación licuados de verduras con semillas activadas y aceites vegetales. Con eso Yoda iba mucho mejor de cuerpo y sin hacer tanta fuerza con lo cual sus hernias por suerte no volvieron. Todos los días come comida natural y cuatro u ocho jeringas de ese licuado, más la medicación antroposófica, más flores de Bach, y amor incondicional de su familia humana y gatuna.
Yoda es el malcriado de la familia, se comunica con maullidos todo el tiempo. "Me despierta todos los días entre las 5:30 y 7:30 de la mañana, a veces porque quiere comer y otras simplemente porque no quiere que esté acostada. Una vez que logra que me levante, se tira en mi cama y se duerme. Se hace entender absolutamente en todo lo que quiere mediante maullidos y movimientos con su cuerpo. Le encanta estar encima nuestro y que lo mimemos constantemente, siempre busca el contacto y subirse upa de alguno de nosotros, de mis hijos o de mi marido. Pero conmigo tiene una unión diferente, es una fusión mutua". Es un gatito alegre, cariñoso, su mirada es inusual, su carácter muy fuerte, tiene muchísima personalidad. Se impone y lidera!. Es un ejemplo de lucha y fuerza y garra.

"Al principio, cuando recorrí media ciudad y provincia para consultar sobre su caso, la mayoría de los veterinarios recomendaba la eutanasia porque decían que, como mucho, iba a vivir entre seis meses a un año. Hoy, el supuesto eutanasiado ya cumplió cuatro años. Por suerte en todo ese recorrido también encontré médicos humanos con la vocación a flor de piel, para quienes dormirlo no era una opción. Lo conocían a Yoda, lo veían y notaban al instante sus ganas de pelear y de vivir. Y acá estamos, compartiendo nuestra vida con él y él con nosotros, amándonos y disfrutando de sus locuras, riéndonos con su carácter y siendo sus esclavos con muchísimo gusto. Si hay ejemplos de resiliencia, Yoda es una de ellos".
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