La hija ilegítima del rey de Bélgica tuvo su bautismo de fuego como princesa

Este miércoles se celebró el Día nacional de Bélgica, donde se reflejó la esperanza de que se esté abriendo el mundo hacia una nueva etapa de normalidad. Sin embargo, la posibilidad de dejar atrás a la pandemia no fue el único motivo de alegría, sino también la incorporación de un nuevo miembro a la familia real.

Claro que, en este caso, no se trata de un bebé, sino de la princesa Délphine, la hija del rey Alberto que fue reconocida como tal en octubre de 2020, después de una larga batalla legal y a la que le concedieron los títulos que le debían como heredera de un monarca.

El desfile del día de Bélgica fue el primer evento al que asiste de manera pública como royal, a pesar de que ya había sido invitada a funciones privadas en otras ocasiones. Con un vestido de estampado geométrico y un tocado a juego, la nueva princesa llegó al Royal Tribune frente al palacio real de Bruselas para ver el desfile junto con su medio hermana, la princesa Astrid, y los respectivos esposos: Jim O’Liebre y el príncipe Lorenz.

Sin embargo, el desfile no tuvo toda la pompa que suele mostrar en otras ocasiones debido a las inundaciones que azotaron la región y por la que parte del equipo de deberes ceremoniales fue desviado para realizar tareas de búsqueda y rescate.