La inesperada vuelta de las calzas ciclistas
Debe de ser de las prendas menos sentadoras del mundo. Sin duda, rankea entre las más feas y, sin embargo, volvió para convertirse en uno de los hits de la temporada veraniega. Los ciclistas –esas calzas de lycra por encima de las rodillas que fueron furor a principio de los 90– están de vuelta y amenazan con colonizar las calles de Buenos Aires.
La tendencia empezó hace meses en el verano europeo, primero en las pasarelas de Milán y París–lo que significa que cuenta con la bendición de los popes de la moda– y más tarde se trasladó a las calles.
Como siempre, fueron las celebrities las que se encargaron de marcar tendencia. Y como casi siempre, el clan Kardashian picó en punta con las hermanas Kim y Khloé luciendo la calza corta en distintos eventos de moda. A favor hay que decir que a pesar de ser una de las prendas menos sentadoras no hay duda de que es extremadamente cómoda. Y también podría sumar a sus escasas virtudes estéticas que es una aliada ideal para los días de verano.
Pero lo más polémico de la vuelta de los ciclistas es la combinación: porque lejos de completar un outfit deportivo –que es originalmente para lo que fueron concebidos después de todo– se llevan con blazers y tapados oversize, camisas también dos o tres talles más grandes, botinetas y hasta tacos. Porque parece que cuanto más extravagante, mejor.
Incluso, contra todos los pronósticos, los ciclistas llegaron a las alfombras rojas de las principales entregas de premios del Viejo Continente: en Cannes la modelo y actriz Damaris Lewis posó como si nada en la alfombra roja del estreno de la película "BlacKkKlansman (forma parte del elenco) con unas calcitas blancas y una chaqueta asimétrica a tono. Y la modelo Bella Hadid las eligió para un after party del festival de cine europeo más importante. Pero nadie se olvida de que fue Demi Moore, en 1989, la pionera en lucir la controvertida prenda en una alfombra roja. Son muchos los que todavía recuerdan su look disruptivo en los Oscar.
En Argentina, Cande Tinelli fue la primera que se animó a usarlas. Y los comentarios a esa foto no fueron los mejores. Mientras algunas pocas seguidoras le daban un "me gusta", la mayoría rogaba que las escondiera en el placard para que no vuelvan a ponerse de moda. Otra de las que se animó a usarla fue la mediática Sol Pérez, que eligió un jugado mono ciclista rojo para ir a bailar. A pesar de los likes recibidos, la polémica calza ni a ella parecía sentarle del todo bien.
Para algunos, la vuelta de este tipo de prendas se enmarca dentro de una tendencia que se conoce como feísmo. Sí, aunque parezca mentira, afearse o usar prendas poco sentadoras es tendencia. La elección pasa por ser distinto o rupturista, además de llamar la atención en las redes sociales.
"El feísmo tiene el poder de transformar, de cambiar la opinión y de dar forma al gusto, y eso es mucho más atractivo que la mera belleza", explica el periodista especialista en moda Aleks Eror en su artículo "El ascenso de la estética antibonita".
En un mundo donde lo bello es la norma, afearse parece ser la única manera de trascender.