La muerte de San Martín: la estatua del prócer en Boulogne-sur-Mer que se salvó de los bombardeos
El General nació en 1778 en Yapeyú, Corrientes y murió a los 72 años en Francia; al cumplirse el 171° aniversario de su muerte sigue siendo una de las principales figuras nacionales
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El 17 de agosto de 1850, la vida del General José de San Martín llegaba a su fin en Boulogne-sur-Mer, al norte de Francia y por ellos en esta fecha se recuerda su leyenda, y sus últimos días en Europa.
Luego de la gesta independentista que llevó a cabo en los actuales territorios de Argentina, Chile y Perú, hacia principios de la década de 1820 José Francisco de San Martín y Matorras, su nombre completo, debió exiliarse en Europa como consecuencia de un difícil contexto político en el Río de la Plata.
Tal como indica el portal del Museo Casa Histórica de la Independencia, San Martín por entonces estaba distanciado de Simón Bolívar y tampoco gozaba de una buena relación con las autoridades locales.
Por todo esto, en 1824 partió hacia Europa con su hija Mercedes. Tras un breve paso por ciudades como Londres, Bruselas y París, y después de un fugaz regreso a su territorio natal, San Martín se quedaría para siempre en el Viejo Continente.
La casa de San Martín en Boulogne-sur-Mer
Los últimos años de vida del prócer argentino transcurrieron en Boulogne-sur-Mer, una pequeña localidad del norte de Francia a la cual se mudó con su familia en 1848 al estallar la revolución en París.
Allí San Martín vivió con su hija Mercedes, el esposo de ésta y los nietos que ambos le habían dado en un piso de una casa que era propiedad de Adolphe Gèrard, de quien se dice que fue su último gran amigo.
Actualmente, la casa pertenece al gobierno argentino y la embajada en Francia es quien se hace cargo de los gastos y mantenimiento de la propiedad.
Curiosidades del último destino del prócer argentino
A orillas del Canal de la Mancha y cerca del Paso de Calais, la localidad de Boulogne-sur-Mer se caracteriza por su esencia pesquera y también por ser uno de los puntos de Francia que más cerca se encuentra del territorio inglés.
El paso de José de San Martín por la ciudad no había resultado indiferente para la comunidad francesa, y como prueba de ese grado de trascendencia, el prócer argentino tiene una estatua en su honor.
Una de las mayores curiosidades de esta localidad se relaciona precisamente con esta estatua, que muchos consideran milagrosa. ¿El motivo? Durante la Segunda Guerra Mundial, en tiempos de ocupación nazi, Boulogne-sur-Mer recibió cientos de bombas que destruyeron gran parte del pueblo.
Sin embargo, la estatua de José de San Martín permaneció casi intacta y no recibió daños considerables.
En un nuevo aniversario de su muerte, la lucha de San Martín y sus valores van más allá de la personalidad del prócer. Su figura continúa representando a millones de argentinos y sigue vigente en el sentido patriótico más profundo del imaginario colectivo nacional.
LA NACION
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