¿La obesidad aumenta el riesgo de Alzheimer? Nuevo estudio analizó más de 400 personas por cinco años
Los investigadores encontraron por qué el peso corporal puede ser el motor oculto de una progresión mucho más rápida de esta enfermedad neurodegenerativa
4 minutos de lectura'

La obesidad no solo impacta en la salud cardiovascular y metabólica: también podría estar vinculada a una progresión mucho más acelerada del Alzheimer. Así lo advierte un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA), que por primera vez analizó cómo esta condición influye en los biomarcadores sanguíneos asociados a la enfermedad neurodegenerativa.
Los resultados son contundentes: en personas con obesidad, los cambios biológicos vinculados al Alzheimer podrían evolucionar hasta un 95 % más rápido que en individuos con peso saludable. La investigación estuvo a cargo del Neuroimaging Labs Research Center del Mallinckrodt Institute of Radiology, de la Universidad de Washington en St. Louis, y se basó en el seguimiento de cinco años de más de 400 participantes.
El equipo científico analizó datos de 407 personas que formaban parte del Alzheimer’s Disease Neuroimaging Initiative. A todos se les realizaron tomografías por emisión de positrones (PET) para medir la acumulación de beta-amiloide, uno de los principales marcadores del Alzheimer, junto con análisis de sangre para detectar biomarcadores clave de la enfermedad.
Entre las proteínas evaluadas se incluyeron el pTau217, la cadena ligera de neurofilamentos (NfL) y la proteína GFAP, utilizando seis pruebas comerciales líderes a nivel internacional. De este modo, los investigadores pudieron comparar la evolución de los marcadores tanto en el cerebro como en la sangre a lo largo del tiempo.
En las primeras evaluaciones, el índice de masa corporal (IMC) parecía estar asociado a niveles más bajos de biomarcadores y a una menor carga de amiloide en el cerebro. A simple vista, esto podría haber llevado a pensar que las personas con obesidad tenían un riesgo menor de desarrollar Alzheimer.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que esta aparente “protección” inicial era engañosa. La explicación más probable es que, al tener un mayor volumen sanguíneo, los biomarcadores se encuentran diluidos en sangre, lo que hace que sus niveles parezcan más bajos de lo que realmente son. Por este motivo, el seguimiento a largo plazo resultó clave para interpretar correctamente los datos.
Cuando se analizó la evolución a lo largo de los cinco años, el panorama cambió por completo. En las personas con obesidad, los biomarcadores vinculados al Alzheimer aumentaron con mucha mayor rapidez que en el resto de los participantes. En concreto, se observó entre un 29 % y un 95 % más de velocidad en el incremento del pTau217, un 24 % más de aumento en los niveles de NfL y un 3,7 % más de acumulación de amiloide en el cerebro.
Otro dato relevante fue que los análisis de sangre demostraron ser incluso más sensibles que las imágenes cerebrales para detectar la influencia de la obesidad en la progresión de la enfermedad.

Qué implican estos hallazgos para la prevención del Alzheimer
Este trabajo refuerza la idea de que los factores modificables cumplen un rol central en el riesgo de desarrollar Alzheimer. Según el informe 2024 de la Comisión Lancet, existen 14 factores de riesgo que pueden modificarse y que, en conjunto, explican cerca del 45 % del riesgo total de padecer la enfermedad.
Dentro de ese grupo, la obesidad aparece ahora como un elemento especialmente relevante. Reducir su impacto podría no solo disminuir la cantidad de casos, sino también retrasar el inicio de los síntomas.
Los investigadores sostienen que, en el futuro cercano, el seguimiento del Alzheimer mediante biomarcadores sanguíneos combinados con estudios de imágenes cerebrales podría convertirse en una herramienta estándar para evaluar la eficacia de los tratamientos, en especial de los nuevos fármacos dirigidos contra el amiloide.
Además, el estudio abre nuevas líneas de investigación en personas que logran descender de peso mediante medicamentos para la obesidad, para evaluar si ese cambio se traduce también en una desaceleración del avance del Alzheimer.
La posibilidad de observar la patología molecular a través de la sangre y, al mismo tiempo, evaluar los cambios estructurales del cerebro mediante resonancias magnéticas ofrece una base sólida para futuros ensayos clínicos y para el desarrollo de terapias más personalizadas.
1Por qué los perros no tienen que dormir en el suelo, según una veterinaria
2La pareja que contrató a Ricky Martin, Enrique Iglesias y Marc Anthony para su fiesta de compromiso
3Tienen 108 y 107 años, se convirtieron en la pareja más longeva del mundo y revelaron el secreto de su éxito
4Estudio psicológico revela la personalidad de quienes no usan maquillaje: rasgos claros






