La superheroínas logran un lugar en el mundo del cómic
Parece mentira que con el reciente film Ant Man and the Wasp sea la primera vez que MCU (acrónimo que responde a Marvel Cinematic Universe) presente a una heroína en el título de un film. Si para ver la representatividad de género en consumos culturales existe el test de Bechdel, el universo de los superhéroes había quedado de alguna forma exento del asunto. Pero claro, los tiempos cambian, y un poco obligados por la coyuntura y el hecho de que el feminismo hoy también mueve la taquilla, los estudios están recalculando. Así, mientras la actriz Evangeline Lilly se luce a la par de Ant Man como un personaje con iniciativa y que hasta lidera la acción, el productor y director del estudio, Kevin Feige, dijo que a modo de revertir esta situación más de la mitad de los nuevos héroes en producciones futuras serán interpretados por mujeres.
"De a poquito la industria empieza a correrse de la lógica con la que se movió desde mediados de los setenta", explica la periodista Fiore Sargenti."Desde aquella época Hollywood medía a su público según los gustos de un varón blanco heterosexual de unos 11/15 años. Armabas el producto para esa demográfica y el resto se acomodaba. Supuestamente hasta 2017 las películas protagonizadas por héroes negros no vendían bien fuera de los Estados Unidos y las que tenían mujeres adelante eran solo para mujeres. Ese pensamiento binario heteronormativo es parte del pasado; entramos en la era de la diversidad y el poder de la representación", explica Sargenti, que suele abordar estos temas en su programa #Sexito por La Metro, mencionando los hits de Pantera Negra y la Mujer Maravilla como un antes y un después que permitió desarticular ese axioma.
"Había un sector enorme que estaba invisibilizado y subrepresentado, pero desde hace unos años Marvel empezó a cambiar de perfil, atendiendo no solo al público femenino, sino también a diferentes colectividades. Los cómics eran un ambiente machista: tenemos el tropo de las mujeres en refrigeradores y el test de la lámpara sexy. El desafío era salir de ahí y dejar de hipersexualizar a los personajes femeninos, que estaban diseñados para atraer al público masculino, no para representar a la mujer".
Algo que caía de maduro con solo ver los trajes de las superheroínas (y las incomodidades de las actrices reales con estos): el cliché de lo femenino, presentando personajes con faldas y tacos, y sin mucho sentido narrativo: ¿quién puede correr y golpear con un corsé? Hasta en este punto The Wasp innova, con un vestuario mucho más sensato. De igual manera, lo que la TV ya entendió y reconoció hace años recién se está volcando en la pantalla en este género. En las últimas producciones se han incluido más mujeres en la creación de historias sobre ellas, al punto de que la próxima Capitán Marvel tendrá varias detrás de cámara, y se dice que Feige está buscando una para dirigir la esperada película de The Black Widow.
"En el mundo del cómic se dio esta particularidad en la que Marvel entró en razón de que sus personajes principales eran hombres blancos, por lo que decidió delegar el manto de sus personajes clásicos para que sean utilizados por personajes que forman parte de minorías, como sucedió entre Thor y Jane Foster, o entre Capitán América y Falcon. DC parece haberse anticipado realizando Wonder Woman, aunque si viajamos hacia algunos años atrás, quizá se debería hacer mención de personajes como Jean Grey en X Men (2000) o Liz Sherman, interpretado en Hellboy (2004), que, sin hacer tanto ruido pero a su modo, comenzaron a introducir mujeres independientes y de carácter dentro del cine de superhéroes", opinan desde la popular cuenta de TW El Crítico Cítrico (@criticoycitrico).
Un triunfo, paso a paso
Aparte del notable atraso demográfico y cultural por parte de los grandes estudios –algo que excede al género en sí mismo, hay que admitir–, luego de fracasos en la taquilla como la versión de Gatúbela con Halle Berry se condenó injustamente la idea de que un personaje femenino podía resultar atractivo para el público y sostenerse por sí solo. Esto es, hasta los protagónicos que vimos en el último tiempo, elencos all female (la versión de los Cazafantasmas) o personajes femeninos a la par de los héroes de turno. Para tener a una mujer 100% protagonista todavía habrá que esperar a 2019 y a Captain Marvel con Brie Larson. Mientras tanto, figuras recientes, como la Valkyrie de Thor (Tessa Thompson) y los personajes feroces y decididos de Pantera Negra como Nakia (Lupita Nyong’o) y Okoye (Danai Gurira), entre otras en la pantalla grande y chica (Jessica Jones, Supergirl, Agent Carter), siguen marcando la tendencia.
"Marvel recién ahora le da una serie a Jean Grey, una de las mutantes más poderosas del universo X-Men. Ms. Marvel se transformó en Kamala Khan, una adolescente megacentennial musulmana. Gracias a Kelly Sue DeConnick Carol Danvers dejó el trajecito minúsculo negro, la silueta de muñeca inflable y se convirtió en Captain Marvel, una líder que trabaja de igual a igual con Iron Man y Capitán América. Spider-Gwen representa muy bien el cambio, ya que pasó de ser la novia muerta de Peter Parker (asesinada solo para generar trauma en el personaje masculino) a protagonizar su propia historia, ahora como heroína", adelanta Sargenti sobre lo que será el esperado estreno de Marvel Rising, una serie animada para chicos con superheroínas al frente.
Incluso ya está confirmada, finalmente y luego de bastante tiempo, el spinoff de Black Widow. Sí, ese personaje sexy encarnado por la también sexy Scarlett Johansson, una mujer en un cast todo masculino (The Avengers). Porque si hay una confirmación del sesgo, esta parecería la prueba indiscutible. "Es evidente que una película de acción y espionaje protagonizada por una de las actrices más famosas del planeta es básicamente una máquina de imprimir plata. ¿Too little, too late? Quizá. Marvel, su contraparte DC y todo el panorama superheroico en general siguen siendo predominantemente masculinos, blancos y heteronormativos. Los espacios televisivos funcionan mejor en este aspecto", apunta con tino Ignacio Balbuena, columnista especializado en cultura pop.
¿Corrección vs. contenido?
Pero si bien el consenso crítico y del público pareciera avalar la decisión de "castear" tanto mujeres como minorías, hay que preguntarse no solo por la consistencia de los roles y la posibilidad de trascender lugares comunes, sino también por los riesgos de introducir cambios forzados o cuasipanfletarios en un momento que pide representatividad, pero también contenido de calidad. "Si bien el casting ampliamente diverso de Black Panther es un paso adelante para la representación no solo en Marvel, sino también en el blockbuster contemporáneo, cabe hacerse la pregunta de si Marvel no estaría simplemente encasillando a esos actores en roles estereotípicamente negros. El afrofuturismo en el caso de Black Panther o el blaxploitation de Luke Cage", sigue Balbuena.
O como insinuaba un editorial reciente de Wired: "Es fácil imaginarse un universo donde Marvel solo pone algunos personajes femeninos más, todos en botas incómodas y en roles unidimensionales, y se da por satisfecho".
Y es que, más allá del avance, la problemática subyacente del guionado persiste. Una vez que tengamos a nuestras superheroínas en pantalla, ¿sabremos qué hacer con ellas? Porque no basta con agarrar roles masculinos y simplemente transformarlos en femeninos (curiosamente, Spielberg ha admitido a la prensa su intención de convertir en mujer a Indiana Jones). Problemática que algunos creen que está relacionada con ver más realizadoras detrás de cámara que piensen de forma más orgánica e integral estos nuevos roles. "Si los estudios permitieran que más directoras puedan aportar su impronta, el progreso sería mayor. Más allá de estas ideas de delegar mantos y convertir personajes masculinos en femeninos, hay que crear un personaje femenino definitivo y emblema que deje de estar a las sombras de la figura reciente de un hombre", sugiere El Crítico Cítrico.
Sea como sea, es indudable que el creciente marketing y appeal de estas figuras en pantalla tiene una correlación directa con la imagen combativa que muchas chicas ya no temen dar. Y si la metáfora del superhéroe (en algunos casos, hombres comunes impulsados por las circunstancias o sin capacidades especiales más allá de sus gadgets) sirve para hablar de valor, principios, responsabilidad y muchas otras cosas, las superheroínas vienen a ubicar a la mujer en otro lugar de poder, autosuficiencia, sensualidad y hasta fuerza física. Pero ante todo comunican la idea de que toda chica puede hacer cosas extraordinarias más allá del papel que le ha sido asignado (por género, raza o sexualidad). Y eso, al igual que el hecho de que The Wasp no tenga poderes excepcionales por fuera de su traje, es bastante interesante.
Las chicas ya no quieren ser accesorios en las historias de los chicos, plantean varios de los entrevistados en esta nota. Y podría agregarse que hoy, cada vez más, las chicas reales se encuentran haciendo cosas dignas de superheroínas.