Manos agrietadas: tips para rescatarlas
Anillos al cajón porque nada luce. Esmaltes estridentes bien lejos, hasta nuevo aviso. Es una picardía luchar con trapo y platerío si las uñas van de colorado. Las manos en la masa y en comunión con alcoholes, lavandinas, detergentes y demás cómplices de cuarentena, lograron lo que jamás hubiéramos imaginado: autogestión para no lucir disecadas.
En realidad habría que ampliar y no referirnos en femenino ya que los hombres son los primeros en quejarse a la hora de las rispideces dérmicas. El "¿tenés una cremita?" comienza a ser un clásico ya que ellos también arremeten en bachas y algunos, incluso, hacen el acto de amor de desinfectar peluche de mopa, ese instrumento entrañable que nació con la pandemia.
Manos dignas en cuarentena demanda un kit obligatorio: guantes de látex o nitrilo (ojo con estos que se rompen más fácil), un par clásico de goma para atacar asaderas imposibles, cremas con vitamina A, aloe vera, aceite de almendras, ácido hialurónico, argán, glicerina o urea. Están los verdaderos elixir importados que vienen en pomo y perfume inolvidable, pero también existen decenas de cremas dignas, a toda lanolina, antioxidantes, aceites esenciales y filtros contra los rayos UV. Porque, sabemos, el sol nos hace felices pero lo arruina todo.
Gestos tan sencillos como aplicarlas antes de dormir y no lavar las manos con agua muy caliente pueden ayudar a potenciar el efecto de las fórmulas.
Con respecto a lo casero, a no descreer porque con un par de tips se recupera salud y dignidad. Algo muy fácil es usar aceite de coco, secreto que antes era exclusivo de tiendas naturistas y ahora florecen en las góndolas de cualquier supermercado. Para que sea más emoliente se puede hacer un cóctel que lleve dos cucharadas de este aceite, una de cacao y una tercera de óleo de almendras. Se calienta a baño María y, cuando todo está derretido, se incorporan unas gotas de esencia aromática de limón.
Si ya estamos en un extremo de sofisticación casera y queremos ir por más, nada como probar con flores de lavanda, vaselina líquida, manteca de cacao y taza de aceite de almendras. Se aplica y sobre eso unos guantes, durante quince minutos.
Aunque el futuro es incierto y la cantidad de contagiados con Covid 19 van ascendiendo, peluqueros y manicuras recuperaron clientes y algunos rituales. Visitas a casas particulares por esmaltes semi permanentes imposibles de lograr en versión casera. Y los conflictos morales que acarrea esta situación ya que no es esencial, ¿o sí?.
Que la miel, que la palta, que el limón con cucharada de azúcar y un toque de aceite. Todo está bien. Incluso comprar un alicate de acero inoxidable para cortar cutícula, aunque las expertas digan que si uno no sabe es mejor empujarlas hacia adentro para no lastimarnos. Pero no aguantamos más y los turnos en los spa de manos están fatales! Bueno, vayamos por todo. Instrumento de calidad, bien afilado, y a retirar la cutícula de manera suave, evitando cortes o arañazos. Antes, por favor, aplicar un ablandador, así la microcirugía correrá menor riesgo.
Hasta Mirtha Legrand confesó que se puede disimular todo menos las manos, malditas siempre ya que delatan la edad. Por lo tanto actuemos ya, que el tiempo sobra y las recetas abundan. Manos sanas es belleza, y en estos tiempos un milagro.
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