Por primera vez en muchos años, mira por la ventana y se maravilla con los colores otoñales que explotaron en el parque de su casa de Cañuelas. "Estoy encantada. Ya perdí la cuenta hace cuánto que no estaba acá para esta época. Nos vamos a quedar varias semanas y tengo mucho por hacer", asegura María Vázquez (44), que hace poco volvió de Palm Beach, donde su marido, Adolfo Cambiaso –el mejor polista del mundo –, jugó la temporada de alto handicap. Organizada como pocas, su lista de actividades parece interminable porque pronto volverán a armar las valijas para seguir el tour mundial (la próxima escala es Denver, Estados Unidos): "Tengo temas personales, cosas de nuestras empresas, reinserté a los chicos en su rutina de colegios (en el exterior hacen homeschooling), reconecté con mis amigos, mis clases", le enumera a ¡Hola!.
–¿Qué estás haciendo concretamente?
–Siempre estudio algún idioma, me encantan. Ahora estoy con el italiano. Tomo clases en casa y después, cuando viajo, sigo vía Skype. También retomé baile, voy cambiando estilos y profesores. Ahora pienso retomar canto. Me apasiona el arte en todas sus expresiones.
–A pesar del poco tiempo que estás acá, solés tener propuestas laborales.
–Me ofrecieron hacer teatro, un proyecto lindo que me interesó, pero los tiempos con los que se dio no eran los ideales para mí. Dejo esa puerta abierta para el verano o para la vuelta, ya que suelen ser proyectos cortos. Era todo un desafío. La televisión también me encanta. Siempre hay proyectos dando vueltas pero todavía no encontré el que me parezca que es justo para mí.
–¿Qué extrañás cuando te vas?
–Mi rutina de actividades, mi casa, sus olores, las cosas simples de mi lugar de pertenencia. Pero es lo que elegí. Mi familia ha sido mi elección y el resto lo he continuado como pude porque lo que mi marido hace demanda mucho tiempo de todos. No es sólo acompañar: hay que ser madre, mujer, compartir algunas cosas de las empresas, de la administración, colaborar en sus negocios.
–A esta altura, ya debés tener patentada una técnica para hacer valijas.
–Casi, estoy entrenadísima. Además, soy muy cuidadosa, así que envuelvo todo en papeles, bolsitas. Llevamos muchas cosas, y cargamos el perro, entonces hay que coordinar desde la cucha, su comida y los papeles. También partimos con libros escolares de los tres chicos (Mia [16], Poroto [13], Myla [8]), ropa para frío y calor, para no comprar lo que ya tenemos en casa. Lo que no pude hasta ahora es reducir la cantidad de valijas. Yo soy la peor de todas porque soy la que más compromisos tengo, y cargo muchas opciones.
Mi familia ha sido mi elección y el resto lo he continuado como he podido porque lo que mi marido hace demanda mucho tiempo de todos
Valoro la pasión que tiene Adolfo por lo que hace, es un tipo muy instintivo, un padre muy presente y un tipo muy generoso y humilde. No cambió desde que lo conocí
–Hablando de tus hijos, Mia está de novia (con el polista Juan Martín Zubía, 20 años, 8 de handicap). ¿Cómo lo vivís?
–No me parece apropiado hablar de ellos porque ya son grandes y manejan sus propias cuestiones. Mia tiene un perfil muy bajo y es muy reservada. Y yo respeto las personalidades de cada uno de mis hijos. Sólo puedo decir como madre que si ella está bien me pone bien. La voy a acompañar, proteger y guiar siempre.
–Poroto, por su parte, ya está tomando vuelo propio en el polo…
–Es cierto. Hoy está bajo el ala del papá, lo cual es lógico por la edad y porque Adolfo le brinda todo lo que tiene para que haga su propio camino con una base armada, que él, al principio no tuvo. Es difícil acompañar a tu marido y a tus hijos que también juegan, por la demanda de tiempo y por el compromiso que implica. Los chicos van al colegio y tienen otras actividades, no quiero que dejen de ser chicos y me gusta que hagan cosas de su edad, a pesar de la vida nómade que tenemos.
–Después de tantos años con Adolfo, ¿qué virtudes destacarías?
–La pasión que tiene por lo que hace, es un tipo muy instintivo, un padre muy presente y un tipo muy generoso y humilde. No cambió desde que lo conocí.
–¿Qué cosas comparten?
–Tenemos gustos muy distintos. Él no es muy de la ciudad y a mí me encanta. Tengo una capacidad de adaptación mucho mayor a la de él, estoy bien adonde me pongas y me adapto, y aunque no me guste le busco la vuelta. Calculo que tiene que ver con la realidad que viví de chica, con un padre (Jorge Vázquez) que era diplomático. Compartimos comidas con amigos, asados, cada tanto lo llevo a Buenos Aires a alguna salida, algún viaje corto, lo que pasa es que nos movemos tanto que no sabemos viajar por disfrute. Vivimos moviéndonos y es parte de nuestra vida y lo hacemos en condiciones lindas, tenemos la posibilidad de trabajar en lugares espectaculares, cómodos, con gente agradable, muy en familia, no sé si necesitamos mucho más. Pero en esencia compartimos valores, que es lo más importante: la familia, la amistad, la honestidad.
–Los 40 y pico es la edad de…
–A los 44, siento que vivo la edad de la conciencia y del disfrute. Todo lo que ya teníamos que saber lo sabemos, lo aceptamos. Y ahora hay que vivir como uno quiere, como a uno le haga bien. Es momento de ver los resultados de lo que hemos querido lograr de una manera realista. Es la etapa de la madurez.
Mis hijos todavía van al colegio y tienen otras actividades, no quiero que dejen de ser chicos y me gusta que hagan cosas de su edad, a pesar de la vida nómade que tenemos
EL MÉTODO MARÍA
Admirada por su belleza y curvas perfectas, todas quieren sus secretos de belleza. "Tres veces por semana hago gimnasia. Muchas veces entreno con Adolfo y su trainer, y si no voy al gimnasio. Además, bailo dos veces por semana o hago tela. Y tengo lugares en los que me cuidan, como BACE, en donde sigo rutinas para cuidar e hidratar la piel. También hago drenaje cada diez días, me cuido del sol, tengo un buen dermatólogo y me hago tratamientos en el pelo", enumera María. Y sigue: "A partir de los 40 tenés más necesidad de cuidarte. Yo trato de mantener lo que Dios me dio asumiendo la edad. Como muy sano y variado, evito las grasas y soy consciente de estar siempre con energía porque soy una mamá de tres hijos y manejo distancias largas todos los días. Me interesa mucho la nutrición en general, cuidar la salud, saber qué tiene cada alimento. Hago cursos, de alimentación ayurvédica o macrobiótica, voy curioseando y de todo saco lo que me sirve y me hace bien".