"Me dijeron que eran mellizos, hasta que me confirmaron que eran tres"
1 minuto de lectura'

Todavía recuerdo el día que nos miramos con mi marido y dijimos "¿y si tenemos un tercer hijo?", hoy me veo de lejos, inocente, con la emoción del evatest positivo en mi mano, previa advertencia de mi hija mayor que me había dibujado con un bebé en la panza, contando a familia y amigos la llegada de un nuevo bebé a la familia. Claro está que ignoraba que esa no iba a ser toda la noticia.
Tendría que haber sospechado cuando fuimos a la Iglesia de San Ramón Nonato, patrono de las embarazadas y de quienes no pueden tener hijos, a recibir nuestra primera bendición y buscar, como es tradición en la parroquia, un pequeño escarpín como símbolo del nuevo bebé que está creciendo. Mi hija insistió en agarrar dos escarpines y nos dijeron "no hay problema, llévense dos".
Fuimos a la primera ecografía con mi marido, semana 6, para ese entonces yo me sentía demasiado mal. Vale aclarar que en ninguno de mis dos embarazos anteriores había tenido ningún síntoma, pero en este caso náuseas, mareos y el cansancio extremo hacían un cóctel que me hizo sospechar que algo nuevo pasaba en mi cuerpo.
Cuando empezó la ecografía me pareció ver dos bolsas, "nah, yo nunca entiendo estas cosas, no debe ser nada" pensé para adentro. Pero enseguida sentí que mi marido me apretaba fuerte la mano, el mensaje era clarísimo: estaba viendo lo mismo que yo. "Bueno, ya sé por qué te sentís tan mal, son dos bebés" dijo la doctora. Y ahí estaban, se veían y se escuchaban a la perfección dos corazones que latían "¡¿Qué?!" Nos gritamos, nos miramos, mi marido me felicitó y yo me quedé callada sin poder creerlo, todo mi cuerpo temblaba, ¿estaba preparada para esto? ¿sería capaz de ser mamá de dos bebés al mismo tiempo? ¿Cómo sería mi panza? Menos mal que había bajado un poco de peso. Y ni hablar de los cambios prácticos que tendríamos que hacer como cambiar el auto. El departamento que alquilamos está bien, si lo reacomodamos un poco entramos todos.

Enseguida contamos a la familia y amigos la nueva noticia, que por supuesto nadie podía creer tampoco, los comentarios de conocidos y no tan conocidos fueron de todo tipo y sorpresivos algunos, pero eso lo dejamos para otro momento.
Se agranda la familia
La ecógrafa nos comentó que en uno de los sacos se veía un tercero pero que no se veía embrión, nos explicó que era factible que uno de los bebés haya gemelado en un tercero pero que no llegó a formarse. Tanto ella como el obstetra pidieron que me haga una ecografía a los 10 días por las dudas pero que nos quedemos tranquilos, que seguramente serían solo dos.
Con familia y amigos hacíamos chistes de que hubiera un tercero, otra vez me veo desde lejos, inocente con mis chistes sin saber que en diez días mi vida y mis planes iban a cambiar otra vez.
La noche anterior a la ecografía no dormí bien, estaba nerviosa y me desperté con el presentimiento de que había una tercera vida en mi panza, me sentía segura de eso y se lo comenté a mi marido.
En cuanto empezó la ecografía no hizo falta que nos dijeran nada: se veían perfecto los tres corazones latiendo. Mi marido pidió parar un minuto la ecografía para poder abrazarme. Otra vez me tembló todo el cuerpo, otra vez me quedé sin palabras. Salimos, nos sentamos en un banco al aire libre y empecé a llorar sin parar, esta vez no tenía ganas de salir corriendo a llamar y mandar mensajes de whatsapp, necesitaba llorar, ¿de qué? No lo sé, me sentía desbordada, era demasiada información, demasiado cambio y lo que más me invadía era el miedo. Nos fuimos a un café a desayunar y charlar tranquilos, mi estómago estaba cerrado así que pedí todo para llevar a casa. Empezamos a hacernos preguntas de todo tipo: si bien los gemelos tienen diferentes bolsas comparten placenta y eso puede traer problemas, ¿cómo será el embarazo? ¿y si se muere algún bebé? Supuse que tal vez tendría que hacer reposo, habría que resolver entonces la logística familiar de quien lleva y trae a la mayor al jardín, y a la menor que la íbamos a mandar a un maternal tendríamos que suspenderlo, ¿cómo sería para ellas? Si tener un hermanito es un cambio para cualquier chico, no me quiero imaginar lo que es tener tres hermanitos a la vez. ¿Y nosotros? De un día para el otro pasamos a ser una familia de siete, no me asusta ser muchos, yo soy la menor de ocho hermanos y mi marido el mayor de cinco, lo que me asusta es tener tres bebés a la vez, los cólicos, la lactancia, si con una no dormíamos ahora podríamos ir olvidándonos de dormir en serio. Y por supuesto que la parte económica es un tema que viene a la mente enseguida: cambiar el auto, ahora sí no queda otra que cambiar de departamento, pañales, cochecito nuevo, más cunas, más ropa, cuotas del colegio, ¿podremos volver a irnos de vacaciones alguna vez? ¿Y mi panza? ¿cómo es cargar con tres bebés adentro? Hablé con mi obstetra y los cambios parecían no terminarse nunca: me derivaba con un equipo de embarazo de alto riesgo del Hospital Italiano especialistas en este tipo de embarazos.
Ese día básicamente lloré, como me aconsejó mi hermano me dediqué a dejar sentir a mi corazón. No es que no estuviera contenta de tener más hijos, era el miedo, la sensación de "no sé si yo voy a poder lograrlo. No dudo que otras madres sí, ¿pero yo?". Me fui a dormir, me desvelé a las cuatro de la mañana y mi cabeza no paraba, entonces hice lo mejor para lograr calmar la mente: me fui al living, me serví el pedazo de torta que me había traído de la cafetería esa mañana y vi dos capítulos de Friends.
A la mañana siguiente me desperté mucho más tranquila y le mandé un mensaje al trabajo a mi marido: "Pase lo que pase más adelante hoy somos papás de cinco hijos, ¿Qué puede haber de malo en eso?
A los días volvimos a repetir una ecografía, esta vez sin sorpresas, solo con disfrute. Ahí estaban, semana casi 10 de embarazo nuestros tres bebés, moviendo sus cabezas, panzas, piernas, brazos y dedos. Que nadie me venga a decir que no hay vida, porque las vi con mis propios ojos, tres cuerpos moviéndose, tres corazones latiendo adentro de mi panza, felicidad absoluta de ser parte de algo tan maravilloso.
1Los cinco ejercicios clave para agilizar el cerebro y cuidar la memoria
2Tendencias 2026. Desde dormir mejor hasta hacer foco: mirá todo lo que podés lograr con estos seis colores creados para mejorar tu bienestar
3¿Dar un paseo cuenta como ejercicio? La advertencia de un cardiólogo: “Hay que caminar a un ritmo rápido para que el corazón se acelere”
4En el bosque, estaba a horas de morir congelado cuando alguien lo encontró: “Lo abracé para que no se desmayara”





