
Moris & Antonio Birabent: algo en común
El mayor es uno de los fundadores del rock nacional; el menor, un conocido actor de TV y cantautor. Padre e hijo juntos exponen y resumen dos generaciones de una pasión compartida: la música
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Antonio se crió entre náufragos, músicos que vagaban a la deriva en busca de una vida imposible. La juventud sólo era un camino a la adultez, nada más, pero esos pelilargos que a mediados de los 60 paraban en La Perla del Once, en La Cueva y en plaza Francia iban a llegar tan lejos… Sentarían las bases del rock argentino, eso es cierto, pero sobre todas las cosas demostrarían que había otro camino para transitar. Moris es uno de aquellos muchachos que, con guitarra, papel y lapicera en mano, empezó a dar forma a algunas de las canciones fundacionales del movimiento. Como Rebelde, para muchos el primer tema de nuestro rock, que acaba de cumplir cuarenta años. Hoy, Mauricio Birabent –sí, Moris para todos– está en el living de su casa comiendo unos sándwiches de miga, tomando jugo y escuchando con admiración a su hijo Antonio. Se presiente que es uno de los dos primeros fans del joven. El otro en realidad es "otra": Inés, la mamá de Antonio y manager de ambos.
Familia de artistas los Birabent. Papá, músico y poeta; mamá, pintora, y Antonio, músico y actor. "A mí no me insistieron para que me dedicara a la música", dirá el heredero en un momento de la charla, y a las pruebas se remite. El año pasado, su papá editó Cintas secretas, una serie de grabaciones de diversas épocas que incluye varios de sus clásicos. La perla del disco: un par de temas registrados el 29 de abril de 1973, en el programa radial que conducía Litto Nebbia, Melopea. "Acá se escucha percusión: es el hijo de Moris, Antonio, que está al lado nuestro", dice Nebbia en un pasaje, tratando de explicar los golpes sobre la mesa que se producen en medio de la charla y el inevitable "papi" que se filtra justo cuando el cantautor va a interpretar El mendigo del Dock Sud.
Intromisiones como ésa hay varias en el anecdotario familiar. "Yo no me acuerdo, pero me contaron que una vez subí al escenario en medio del show de Moris y le dije: «Papá, me quiero ir a casa» –cuenta Antonio–. Sí tengo muchos recuerdos de cuando nos fuimos a España, y están los que mamá me fue contando con los años, como uno que me divierte mucho y que tiene que ver con Tanguito. Parece que Tango venía a casa y me tomaba mi vaso de leche."
(Moris) –De eso no me acuerdo, pero son tantos los recuerdos… También hay unos cuantos de Javier Martínez.
(Antonio) –En algún momento vas a tener que concretar el gran proyecto de escribir tus memorias y publicar tus dibujos.
Entre historias, sándwiches y risas, cae la tarde en Recoleta. El departamento de Moris e Inés es acogedor, tiene un living con fotos y recuerdos familiares y un ventanal que da al paraíso: un increíble jardín de verdes firmes e intensos.
Reacios a dar entrevistas "en familia", padre e hijo vienen coincidiendo desde siempre. El año pasado, cada uno editó un disco, comparten la manager y se admiran y se citan en cada uno de sus comentarios. "Tengo recuerdos muy lindos de cuando salía de gira por España. Antonio tenía 12, 13 años, y sacaba mi guitarra del armario, agarraba el Blem y la lustraba."
(Antonio) –Es que hice todo el escalafón al lado de papá. Fui lustrador, plomo, iluminador, después pasé a la caja, a cobrar la entrada, y al final llegué a ser su guitarrista. Y acá me ves, hace años que me dedico a lo mismo que él. Para mí es muy simpático cuando veo que un tipo es agricultor como su padre; eso honra una tradición y la continúa.
–Consciente o inconscientemente, tu viejo te enseñó el oficio...
(Antonio) –Sí, y el padre de él, mi abuelo, era un tipo muy relacionado con la escritura y la palabra, así que la relación de transmitir cosas viene de antes.
(Moris) –En los discos de Antonio hay mucho pensamiento, un desarrollo de ideas estilísticas. Vos te ponés a escuchar las FM y da pena lo que están haciendo los yanquis. Mucha producción, pero sólo están haciendo música de entretenimiento. No hay largos párrafos, música y palabras como las de (Bob) Dylan. Es lindo escucharlo a Antonio porque te va llevando por la geografía de Buenos Aires.
Ayer fue Moris el que habló de la asfixia cotidiana y la rutina en El mendigo del Dock Sud y Pato trabaja en una carnicería; hoy es Antonio el que describe Buenos Aires con Mujer de arrabal y Las calles se llenaron de Sur. Son dos cantautores que pueden hacer lo suyo con banda o en solitario, pero que siempre estarán ahí para ponerles el pecho y la garganta a sus palabras. Son tipos que se sienten desprotegidos si salen a la calle sin su libreta y su birome. "Compartimos una inquietud que tiene que ver con el hombre urbano, y también con el suburbano, para mencionar a Pappo. El otro día pensaba que los que somos tan urbanos ansiamos el campo. Recuerdo la canción de papá que dice «vengo cabalgando por el campo…». El campo ahí está presente, desde la mirada capitalina, como un lugar de descanso de la ciudad. También está en Javier Martínez, en Una casa con diez pinos.
–Y se cruza el tango en el camino de los dos...
(Antonio) –Conmigo no se cumplió esa idea de que el tango te llega de grande. Yo tenía 20 años, estaba recién llegado de España y ya escribía para El Cronista Comercial Historias de Buenos Aires. Eso me puso en contacto con un mundo muy porteño, con los fileteadores, con el universo de Borges. Conocí a Raúl Garello, a Susana Rinaldi, a Juan Carlos Copes, y me metí en el tango, que me sedujo mucho. Encuentro que en mis letras hay una relación con las descripciones melancólicas del tango. Baldomero Fernández Moreno decía que un escritor que habla de una nación no es más que un escritor universalista que se ensaña con un país. Y a mí me pasa eso: dentro de mi argentinidad yo me ensaño con Buenos Aires. Tiene que ver con la pertenencia, con hablar de lo que conocés, con ese mendigo del Dock Sud…
(Moris) –Cuando yo llegué a Madrid hice lo mismo que hacía acá: me puse a describir sus calles, sus situaciones, y la gente me decía "¿¡cómo va a hablar de Madrid!? Para ellos era una cosa grasísima.
Lo mismo pasó con el rock cantado en castellano. Superada la barrera del prejuicio en su país, Moris emigró a España a mediados de los 70 para cantar rock and roll en la lengua de Cervantes. "Los críticos españoles más importantes reconocen que Moris fue el primero allá en cantar rock en castellano. Y lo increíble es que yo viví algo similar a lo que vivió mi viejo cuando viajé en el ’98. Tenía un disco, Azar, de canciones con bases electrónicas, y allá los que se dedicaban a ese tipo de música lo hacían en inglés. Recuerdo las palabras del crítico Tomás Fernando Flores: «Como 20 años antes lo hizo su padre, Antonio trae de Argentina, un país tan inquieto, con tanta tradición en el idioma, una valorización del castellano en la canción de esta época»."
Como papá Moris, Antonio sintió en un momento una necesidad de emigrar a España. Y en los días en que protagonizaba en televisión Verdad/Consecuencia, un llamado de la Madre Patria le dio la excusa perfecta para armar las valijas. "Yo creía que me debía un capítulo allá –comenta Antonio–, y me ofrecieron trabajar en una película con Federico Luppi y Carmen Maura, Lisboa. Ahí me fui, pero con 20 ejemplares del disco Azar. Lo empecé a distribuir y al poco tiempo me encontré con tres ofertas para editarlo. Dije: «Esta es la mía», porque la música siempre fue mi prioridad. Volví a Buenos Aires, agarré todos los borradores de canciones que tenía y me puse a grabar otro disco, Anatomía. Regresé a España y sólo aguanté seis meses. Tenía la necesidad de reinstalarme en este caos encantador que es la Argentina.
–Vas por tu noveno disco...
(Interrumpe Moris) –¡Parece Litto Nebbia!
–Pero el público conoce más tu faceta de actor...
(Antonio) –La televisión es gratis y tiene un poder de llegada descomunal. La música hay que tener voluntad para escucharla. Yo he sido muy selectivo de los lugares donde actuaba, pero siempre lo hice en situaciones que han tenido un gran respaldo promocional, desde El tiempo no para hasta Verdad/ Consecuencia; y las que no han tenido un gran éxito de audiencia, como Por ese palpitar, tuvieron una importante repercusión artística. En cuanto a los discos, tengo nueve editados que se conocen muy poco. Los dos primeros se escucharon mucho, pero a partir del tercero empecé una etapa muy independiente y algunos de esos discos prácticamente no tuvieron ni distribución ni difusión. Por eso ahora los subí a todos a mi página (birabent.com.ar).
Los sándwiches se acabaron, la bebida también, y Moris y Antonio siguen intercambiando opiniones, recuerdos y pareceres. Son pocas las notas que dieron juntos desde que no sólo papá es el conocido de la familia, y ya sabemos por qué: el tiempo transcurre de la mejor manera, olvidando las agujas del reloj.
Fotos: Daniel Pessah / Gentileza familia Birabent
Perfil
Moris
- Nació en Buenos Aires en 1942. Su nombre: Mauricio Birabent.
- A mediados de los 60 fundó, con Pajarito Zaguri, Los Beatniks. Con esta banda grabó Rebelde, considerado el primer simple del rock argentino.
- Compuso Ayer nomás, El mendigo del Dock Sud, El oso y De nada sirve, entre otros clásicos.
- En 1975 emigró a España, y también allí se convirtió en un precursor del rock cantado en castellano.
- A comienzos de los 90 volvió a la Argentina. En 1995 registró su tercer álbum como solista, Sur y después. El año pasado lanzó Cintas secretas.
Antonio Birabent
- Nació en Buenos Aires en 1969 y se crió en un hogar en el que solían reunirse los pioneros del rock argentino. Litto Nebbia le dedicó un tema, Antonio, que registró con Los Gatos.
- Comenzó a tocar con su padre a fines de los 80, en España.
- Inició su trayectoria actoral en 1992. Fue en el cine, con Tango feroz, el film de Marcelo Piñeyro. En el ’93 editó su primer álbum, Todo este tiempo, con Andrés Calamaro y Fito Páez como invitados.
- Una oferta cinematográfica lo llevó de regreso a España en 1998, cuando aquí protagonizaba en TV Verdad/Consecuencia. Filmó Lisboa, de Antonio Hernández, con Carmen Maura y Federico Luppi, y aprovechó para llevar copias de su disco Azar.
- A su retorno a Buenos Aires, decidió priorizar su carrera musical. El año pasado editó su noveno álbum, Tiempo y espacio. Esta temporada retornó a la televisión con El tiempo no para.
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