Palos de amasar, para qué sirve cada uno
El palo de amasar es uno de los utensilios que transmite una mayor sensación de “hogar” y “calidez”. Seguramente se deba a que con su ayuda pueden prepararse algunos de los platos más disfrutados en familia, como las pastas, las pizzas y las cookies.
Además, es una herramienta que nos acompaña desde el siglo V a.C. ya que aparece representada en los murales de las tumbas etruscas ubicadas en la Toscana (Italia). Dichas pinturas tenían la particularidad de reflejar sobre las paredes escenas cotidianas, como el acto de cocinar.
En la actualidad, existen diversas opciones de palos de amasar en el mercado. El más común, y mayormente conocido por todos, es el de madera.
“Todos conocemos los rodillos de cocina tradicional, fabricados en madera con agarradores en los laterales. Estos funcionan muy bien porque no transmiten el calor de nuestras manos a la masa”, explican en el blog Gastronomía y Cía.
Es importante destacar que, al igual que las tablas de madera, al adquirir una herramienta de este tipo es recomendable esparcir un poco de aceite sobre su superficie para “curarla”. De esta manera, se hidratará la madera y se creará una capa impermeable que evitará que la masa se quede pegada.
Además de este palo de amasar clásico, durante los últimos años, se han sumado otros modelos similares confeccionados con acero inoxidable, silicona y mármol.
En el caso de optar por un palo de amasar de acero inoxidable se debe destacar que, al ser un poco más pesado, es recomendable para extender masas más resistentes, como el hojaldre o el fondant. “Otra ventaja es que, debido a su material, es bastante fácil de limpiar y mantener, ya que, al no ser poroso como la madera, las masas no se pegan a él”, explican en el blog Orizonia.
Por su parte, los ofladores de silicona son más fáciles de moldear, lo que brinda como resultado un rodillo con una forma más adaptable. “Esto se traduce en una mayor maniobrabilidad. La desventaja es que por su material estos utensilios pueden llegar a ser menos duraderos que los demás”, agregan.
Con respecto a los palos de amasar de mármol, es importante destacar que su superficie es naturalmente antiadherente (porque no es porosa). Además, este material hace que el rodillo sea liso y suave. “Sucede lo mismo que con el oflador de acero inoxidable, al ser pesado, sirve para hacer frente a masas más duras o que resisten más”, indican.
Además del formato tradicional (con agarre en los extremos), también se ha popularizado el palo de amasar de tipo “francés”. Este utensilio se caracteriza por no tener mangos en sus costados, lo que hace que pueda ser ligero o fuerte según la necesidad del chef. “Es cómodo a la hora de extender masas grandes, con lo cual viene muy bien para hacer galletitas en cantidad”, recomiendan en Ozonia.
Para aquellos momentos en los que se requiere distribuir la masa en un espacio reducido, es recomendable adquirir un rodillo para bandeja de horno. Esta herramienta tiene un tamaño más pequeño que la tradicional y es muy útil para esparcir la masa en formatos como fuentes (redondas o rectangulares).
Otra opción para estos casos es el palo de amasar ajustable. “Este invento elimina el problema que tenemos a la hora de estirar las masas con un grosor uniforme o acorde a las indicaciones de una receta, como las bases de pizzas, las láminas de lasaña, entre otras.”, explican en Cocina con estilo. Su funcionamiento es muy sencillo: se debe colocar un aro del tamaño del grosor deseado en cada extremo y luego amasar normalmente.
Por su parte, para darle un toque original a las galletitas y los panes, existen los palos de amasar con superficies texturizadas. “Lo que hacen es marcar e imprimir los diferentes diseños sobre las superficies de la masa. Vienen con patrones que van desde corazones, patas de animales hasta relieves navideños”, concluyen sobre esta creativa idea.