Quentin Tarantino: marca registrada
Es uno de los directores jóvenes más talentosos de Hollywood. Desde chico es fanático de las películas sobre artes marciales, y con Kill Bill Vol. 2., que se estrena esta semana, vuelve a rendirles homenaje
Ocupa un lugar de privilegio en la lista de directores de cine más rebeldes de la época: en Hollywood lo llaman el James Dean de los años 90. Tras seis años de ausencia, Tarantino volvió a la pantalla grande el año último con Kill Bill Vol.1 y ahora, con esa marca registrada, este jueves regresará a los cines argentinos presentando la segunda parte del film.
Hijo de madre soltera, Tarantino nació en Knoxville, Tennessee, el 27 de marzo de 1963. Nunca llegó a conocer a su padre -un músico llamado Tony Tarantino- y por eso durante varios años llevó el apellido de su padrastro, Curt Zastoupil, hasta que un profesor de teatro le aconsejó que recuperara el paterno para su carrera cinematográfica.
De chico ya era fanático del cine y la TV: "Yo era un niño cuando, a comienzos de los 70, se vivió la explosión de las películas sobre kung-fu. Creo que es uno de los géneros cinematográficos más grandiosos que hayan existido. Soy un fanático absoluto de las películas de artes marciales hechas en los años 70 por los hermanos Shaw", confiesa.
A los 16 años, abandonó la escuela secundaria para encaminar su vida hacia el mundo artístico. Se matriculó en la escuela de actores James Best, especializada en interpretación televisiva. A los 22, consiguió trabajo en el videoclub Video Archives, y terminó convirtiéndolo en una improvisada escuela de cine.
Sus guiones no tuvieron éxito hasta que, en 1991, escribió Tarde de perros (Reservoir Dogs). Pronto pasó a ser conocido dentro del mundo cinematográfico, y en los años que siguieron vendió guiones de películas que dirigieron Tony Scott y Oliver Stone.
Recién en 1994, con Tiempos violentos (Pulp Fiction, 1994), quedó plasmado su estilo: idas y venidas en el tiempo, en el que se entrelazaban las historias de varios personajes, en un collage con buen tempo narrativo. En 1997, con Jackie Brown, se afianzó al dirigir a actores de la talla de Robert De Niro, Samuel L. Jackson, Bridget Fonda y Michael Keaton.
Ahora, en Kill Bill Vol. 2, todos los elementos fueron cuidadosamente estudiados para respetar la tradición y la simbología orientales. Tarantino viajó a Oriente para buscar locaciones y el rodaje se realizó en China, Japón y en estudios de los Estados Unidos.
La película es una arriesgada apuesta que incluye atemporalidad en la narración, complicadas piruetas de cámara y varios minutos de animación al estilo de los dibujos japoneses (animé). Un nuevo homenaje a las artes marciales que, con peleas interminables y escenas sangrientas, revive el mágico entorno de los filmes que Tarantino admiraba en su infancia.
Para saber más
www.imdb.com
www.tarantino.info