Robots en el lejano oeste
Anthony Hopkins, Ed Harris y Jonathan Nolan hablan con la nacion revista sobre la serie Westworld, una apuesta fuerte de HBO para un futuro sin Game of Thrones
LOS ÁNGELES
Oestelandia fue el gracioso y poco afortunado nombre con el que se estrenó en la Argentina la película originalmente llamada Westworld, escrita y dirigida por el joven médico Michael Crichton, en 1973. Crichton, mientras cursaba sus estudios médicos, publicó varias novelas, algunas con seudónimo, otras en conjunto con su hermano Douglas y unas con su verdadero nombre, mientras perseguía el sueño de ser un novelista de aeropuerto. “Prefiero que la gente lea mi libro en la duración de un vuelo en vez de ver la última película de Doris Day”, se sinceró por aquellos tiempos.
En 1971, se le había cumplido su primer gran sueño cuando su novela La amenaza de Andrómeda fue adaptada a la pantalla grande, dirigida por Robert Wise, un realizador todoterreno de joyas El día que paralizaron la Tierra, hoy clásico de ciencia ficción, y La novicia rebelde. Andrómeda tenía como historia la invasión de unos microorganismos extraterrestres que ocasionaban coágulos de sangre seguidos de muerte. La mezcla de géneros como el suspenso, el drama de personajes y la ciencia ficción dio vida a un nuevo término, el tecno-thriller, el cual Crichton reutilizaría para sus siguientes libros: El hombre terminal, Esfera y, el más conocido, Jurassic Park, adaptado al cine por Steven Spielberg, en 1993.
Pero antes que el parque de diversiones poblado por dinosaurios logrados por manipulación genética se hiciera famoso, existió Westworld, el primer guión original para cine que escribió Crichton y que decidió también dirigir. Al igual que Jurassic Park –en realidad, al revés–, Westworld es un parque de diversiones ambientado como el Lejano Oeste o el Imperio Romano, donde las atracciones son robots iguales a los humanos y el público puede interactuar con ellos. Como en Jurassic Park –en realidad, al revés–, la atracción principal (en este caso, El Pistolero, interpretado por Yul Brynner) se rebela y comienza a matar a visitantes que sólo quieren divertirse.
Crichton falleció en 2008, pero la idea de adaptar Westworld a la pantalla chica ya había sido conversada varias veces con su amigo Steven Spielberg, quien no sólo dirigió las adaptaciones de Jurassic y El mundo perdido, sino que también se transformó en socio en la serie E.R., el drama médico que catapultó a la fama a Julianna Margulies y George Clooney, entre otros. “Vi la película cuando era chico y me aterró. Y a lo largo de los años quedaron imágenes icónicas como la de Yul Brynner, quien creo que usaba el mismo vestuario que su personaje de Los siete magníficos”, recuerda Jonathan Nolan en la presentación de la serie en esta ciudad, de la que participó La Nación revista.
Nolan es el showrunner, escritor y ocasional director de la nueva serie Westworld, que emitirá HBO desde el domingo próximo a las 22. Y si el apellido Nolan suena conocido es porque Jonathan, o Jonah como lo llaman sus amigos, es el hermano menor de Chris, el director de la trilogía de El caballero oscuro, El origen e Interestelar. De hecho, Jonah fue coguionista de la mayoría de los films de Chris y además fue el creador de la serie Person of Interest.
Jonathan continúa: “La película es brillante y se queda corta en todas las ideas que propone y no logra explorar porque dura noventa minutos. Los científicos en la película hablan de un contagio entre robots como si fuera virus. O sea, está hablando de virus de computadora cuando no existía el término. Con J.J. Abrams, el otro productor, decidimos tomar la premisa original y darla vuelta. Ahora estamos viviendo en un mundo donde la realidad virtual dejó de ser un sueño y se transformó en realidad comercial. Y donde la inteligencia artificial ya no es más un cuento de un pasquín de ciencia ficción de los cincuenta, sino algo que existe”.
La serie de diez episodios transcurre en un futuro cercano y toma la idea de inteligencia artificial convirtiéndose en un ente consciente. Explora eso a través de los anfitriones, robots creados para el parque que comienzan a funcionar mal. El pueblo de Sweetwater –cuyo nombre homenajea a la película Érase una vez en el Oeste, de Sergio Leone– es el lugar donde llegan los huéspedes, que son los humanos que se encuentran con un burdel regenteado por una madame (Thandie Newton) y la hija de un ranchero (Evan Rachel Wood), uno de los robots que adquiere temprana conciencia.
“El mundo de Westworld está también influenciado por el concepto de sandbox de los videojuegos. Aquellos donde no tenés una historia lineal, sino que podés explorar el mundo sin las consecuencias de la vida real. Westworld es un sandbox donde gracias a eso los huéspedes pueden cometer todo tipo de bajezas sin ser castigados, porque al otro día los anfitriones se resetean”, agrega Nolan.
Cuando mencionaste la inteligencia artificial, uno piensa automáticamente en las Reglas de Robótica, de Isaac Asimov. ¿Cómo influyen en esta serie?
Una de las películas que nos influyó fue Ella, de Spike Jonze. Pocas veces ves una película donde la inteligencia artificial no es el enemigo. Siempre es el asesino o esclavista. Nuestras criaturas fueron construidas a nuestra imagen y llegará un punto donde se preguntará si quieren ser como nosotros, que no somos perfectos. La pregunta no es si son como nosotros, sino si quieren ser como nosotros.
Siguiendo con la acción de dar vuelta el film original, el villano no es un robot, sino un humano, El hombre de negro, interpretado por Ed Harris.
Sobre su personaje, Harris contesta: “¿Pura villanía? En los primeros episodios parece un villano, ¿no? Parece violento y molesto por algo.”
En The Truman Show eras el creador del mundo de Truman, acá sos uno de los que habita ese mundo. ..
Sí, es una especie de Anti-Cristof, por mi personaje de entonces. Él era un obsesivo del control, éste es…Me resulta difícil porque hay aspectos de este personaje que no debo comentar. Y además, hay cosas que me enteré sobre él en el episodio, vamos a suponer, siete, y les dije a los productores “gracias por contármelo” porque quizás hubiera cambiado cómo interpretaba al personaje en el episodio anterior. Igual, nunca me sentí traicionado, pero hubo cosas muy reveladoras que no me dijeron. Lo fui descubriendo a través de los meses.
Esta es una serie donde los robots son más humanos que los humanos.
Obviamente, en los primeros episodios, todo tipo de empatía o conexión que tengas va hacia los anfitriones y no los invitados. Cuando hablás con Jonah y Lisa [Joy, su esposa y también productora], te pueden contar sobre el aspecto metafísico y sociológico. Yo sé que soy El hombre de negro y disfruto el vestuario y hago lo que el guión me ordena mientras descubro qué pasa a medida que me llegan los nuevos guiones. No pienso demasiado, por alguna razón.
Al igual que en Jurassic Park –en realidad, al revés–, el parque fue creado por una mente maestra que a priori sólo quiere entretener a sus invitados. Para interpretar al Doctor Robert Ford, los Nolan llamaron a Anthony Hopkins. Y Hopkins, quien nunca tuvo un papel preponderante en la televisión de los últimos treinta años, aceptó. Y de eso habla a continuación.
El concepto de un científico que crea vida es análogo a Frankenstein.
Sí, Mary Shelley apareció en conversaciones con Jonathan Nolan. También hablamos de Lo que vendrá, la película basada en el libro de H.G. Wells que vi cuando era chiquito y me pareció aterradora. También surgió en la conversación Metropolis, de Fritz Lang. Nunca le había prestado atención a las utopías o distopías porque tratan sobre el control. Y no existe, sólo incertidumbre. Queremos certezas, pero no están. Votamos por políticos que nos den control, pero no sirve de nada. Hay mucho dolor asociado con el control. Una nación, un país o una revolución, una sociedad filosófica, generalmente termina en ruinas.
La serie también aborda el tema de la tecnología y cómo puede terminar alienando a la gente.
No sé. No estoy evitando la pregunta, pero no tengo conocimiento suficiente sobre esas teorías Mickey Mouse de que nos alienamos y que la televisión nos controla. Dejá de mirar la TV si te molesta. Yo no la miro. Sé que no tengo control. Eso alimenta el miedo a las masas, y creen en las conspiraciones, pero yo no creo en ellas. Lo que sí creo es que hay mensajes subliminales donde los canales todo el tiempo te intentan vender cosas y de pronto tenés películas que hablan sobre eso. Mirás lo que hablan en noticieros que preguntan: “¿Qué tan preocupados deberíamos estar?”. Y te dicen que “muy preocupados”. Es una basura todo eso.
¿Dejaste de ver TV o sólo las noticias?
No miro televisión.
¿Cómo te informás?
La información viene a mí de todas formas.
¿Cómo?
Llega. Te preguntan si te enteraste de tal cosa. Es como comer comida chatarra: si mirás todo eso, te envenena la cabeza. Te convertís en un cínico y miserable. Y de pronto aparecen estos visionarios que creen que van a cambiar tu vida…
¿Políticos?
Cualquiera puede creer que tiene las respuestas. No hay respuestas.
¿Por qué entonces aceptaste estar una serie de televisión?
Tiene una gran reputación y hace años que no hago una serie. No quiero quedar como un maniático del control y estar en una serie es depender de los productores. La disciplina es una forma de iluminarse bajando las expectativas y removiendo el ego para tener una vida sana. Lo hago porque me pagan, pero también para trabajar y llegar temprano, estar contento y no tomarme en serio. ¿Puedo decir una mala palabra? Me gustaría pensar que la gente se despierta de una puta vez.
Leí que te aburre pensar en interpretar al mismo personaje mucho tiempo. ¿Qué pasará si la serie es renovada?
No sé cuál es el acuerdo, pero espero ver qué sigue. Hay algo muy filosófico que me interesa sobre la mente bicameral y Ford habla sobre Miguel Ángel donde hace unos años un neurólogo miró la Capilla Sixtina y notó que en la capa de Dios estaba el cerebro humano. Porque Miguel Ángel iba al cementerio y disecaba los cuerpos: lo divino ya está en nosotros. Todo lo creativo sale de allí. Es interesante.
De hecho, el anfitrión es creado a partir del Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci.
Sí. Muy interesante. No sé a dónde nos dirigimos.
Westworld es una apuesta fuerte para HBO. De hecho, la serie comenzó a filmarse hace dos años, paró su producción y retomó a principios de éste. Surgieron rumores sobre lo problemas de la filmación, pero Nolan responde con relativa honestidad. “Es más como una película de diez horas que una serie, por lo que escribir y producir simultáneamente, que es la forma convencional de hacer las series, se transformó en algo imposible. El canal nos dio la oportunidad de parar, escribir los episodios restantes y grabarlos todos seguidos.”
Con el fin de Game of Thrones a la vista, HBO busca potenciales reemplazantes. Y Westworld se perfila como uno de ellos. Sobre ello opina Ed Harris.
¿Creés que Westworld va a tomar el lugar de Game of Thrones?
Sé que HBO espera eso. Veremos. Mi única preocupación es ésa y creo que está bien reconocerlo.