Se tatuó los ojos, quedó ciega por tres semanas y no se arrepiente: “Lloré lágrimas azules”
Una modelo australiana expresó el dolor que sintió al tatuarse sus globos oculares; “Perdí la vista y durante ese tiempo fui incapaz de ser una persona independiente”, admitió
Las redes sociales dan a conocer la vida íntima de cada persona en el mundo. Hay quienes son más herméticos y otros, como el caso de esta modelo en Instagram, que traspasa los límites para quienes son más impresionables. Amber Luke, de 27 años, oriunda de Brisbane, Australia, decidió mostrar en su perfil público una infinita cantidad de tatuajes que recorren su cuerpo, en especial todo el contorno de su cara. Según su cálculo, su cuerpo está compuesto de 98% de estos dibujos que la acompañarán para toda la vida. Hay un tatuaje en especial que le hizo daño y del cual, sin embargo, no se arrepiente.
Dentro del mundo de los tatuajes, Amber intentó ir un poco más allá y arriesgarse a colorear sus globos oculares, en una intervención que la dejó ciega por tres semanas, en una experiencia que aparenta ser más que dolorosa e insalubre: “Han pasado cinco años desde que perdí la vista durante tres semanas y era completamente incapaz de ser una persona independiente. El tortuoso procedimiento me hizo soportar cuatro inyecciones de jeringas en cada uno de mis globos oculares”.
“Ni siquiera puedo empezar a describirte cómo fue la sensación, lo mejor que puedo darte es que una vez que la tinta penetró el globo ocular, sentí que (el tatuador) agarró diez fragmentos de vidrio y me los frotó en el ojo. Eso sucedió cuatro veces por ojo, fue bastante brutal”, agregó para dar más detalles del procedimiento al medio Barcroft TV.
No obstante, lejos de ser un recuerdo olvidable, ella conmemoró este hecho unos meses más tarde al tatuarse una mujer llorando lágrimas de ese color en su pecho y sumó un ejemplar más a su cuerpo repleto de dibujos.
Su historia con los tatuajes comenzó desde muy chica. A sus 16 años, decidió enfrentarse a la aguja para entender de qué se trataba una marca indeleble en su cuerpo. A partir de ese momento, sintió una sensación diferente a las demás y entendió que ese era su camino. Al ser consultada por un medio local de su país, Amber manifestó que ese primer paso fue “una liberación de energía negativa” y añadió: “Sentí como si hubiera pasado por algo tan eufórico y a la vez estaba muy tranquila. Para mí es un orgullo y alegría, es asombroso”.
Por otra parte, la australiana encontró un recoveco en su vida social para convertirse en una figura conocida en las redes sociales. En su cuenta de Instagram, donde tiene 27 mil seguidores, contiene un feed donde se observa, por lo general, su torso desnudo y en su figura, la mayoría de los 600 tatuajes que tiene en su haber.
Además, como parte de una temática lujuriosa, admitió que gastó 70 mil dólares en implantes mamarios, rellenos en sus mejillas y labios, implantes puntiagudos colocados en los oídos y un levantamiento de glúteos con células de origen brasileras. “No me importa lo que tengas que decir sobre mí, de mi imagen y elecciones de vida, porque al final del día, es mi vida”, aseguró en uno de sus posteos.
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