Tips y consejos útiles para viajar con perros y gatos
Llevar al perro o al gato de vacaciones suele ser lindo, aunque el destino y extensión del viaje dependerá de la especie, edad y su salud física y conductual. Como primera medida es positivo ubicar la veterinaria cercana, y tener su vacunación y desparasitación al día.
Respecto del perro, si el destino es playa hay que cuidar sus almohadillas del calor del piso o la arena, y no obligarlo a ingresar al agua: las olas del mar le generan miedo y necesita tiempo para superarlo. En zonas montañosas hay que vigilarlo, ya que hay animales ponzoñosos que pueden herirlo mientras los observa por curiosidad; si come plantas desconocidas puede enfermar.
En lo referente al gato, llevar sus elementos y tener espacio suficiente y seguro, con alturas y redes de contención, cuidará su bienestar emocional. Si son pocos días es mejor que permanezca en el hogar, ya que tiene apego al territorio y le demanda tiempo reconocer un nuevo lugar.
Se debe evaluar como viaja en auto, con cinturón de seguridad o en una caja de transporte también sujeta (nunca suelto), El jadeo, babeo, la inquietud o vómitos indican miedos y consultar al veterinario permite tomar recaudos; no automedicarlo ya que las drogas sedantes comúnmente usadas suelen tener efectos negativos. En el trayecto conviene hacer paradas para que se distraiga, camine, elimine y beba. Al bajar el equipaje, el perro debe permanecer sujeto con la correa y el gato en su caja de transporte, ambos con medalla con sus datos; o en lugar seguro para evitar que escape a la calle y se pierda.
Luego debe estar acompañado, en el nuevo ambiente puede sentir temor y necesita tiempo para familiarizarse; dejar al gato que salga de su jaula cuando se sienta seguro. Hay que mantener las rutinas de descanso, juegos y alimentación, ofrecerle resguardo adecuado y vigilar su exposición al sol.
Es útil pasear al perro por los alrededores con pretal y correa. Antes de liberarlo en zonas permitidas se debe saber que acude al llamado y no tiene conductas que molesten o dañen a otros; es mejor no quitarle la correa para poder sujetarlo si fuera necesario; si se aleja es bueno invitarlo a volver en posición de juego evitando el reto. Si no está habituado al contacto con congéneres, a deambular entre la gente, a ver niños, o a ser acariciado por extraños puede asustarse, por lo que hay que tomar precauciones para evitar un mal rato.
Sería positivo que cabañas, hosterías y hoteles que aceptan animales de compañía soliciten certificado de salud, vacunación y desparasitación expedidos por el médico veterinario; así mismo quien consume el servicio debiera pedir el certificado que corrobore la higiene del lugar. Lo expuesto daría seguridad acerca del cuidado de la salud del perro o gato que ingresa y de las personas que se alojan.
Pulgas y garrapatas transmiten enfermedades, y hay parásitos internos que son eliminados en las heces del animal representando un riesgo sanitario para aquellos, personas y animales, que visitan el lugar.
Al regreso hay que evaluar la experiencia. Si la conducta del animal no fue la esperada en el viaje o la estadía consultar al veterinario permitirá corregirla para la próxima vez.
La autora es veterinaria especialista en etología clínica
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