Reseña: La vocación desmesurada, de Mónica Szurmuk
Es figura típica y, a la vez, única. Abrahan Ben Gershon Gerchunoff (Imperio Ruso, 1883-Buenos Aires, 1950), rebautizado Alberto al llegar al país a los siete años, representa la inmigración que encarnó y relató, la argentinidad que abrazó y contribuyó a definir.
En Los gauchos judíos, novela con la que ingresó a la historia de la literatura latinoamericana, confluyen la gratitud del perseguido (su familia huía de los progromos rusos), las ilusiones del Centenario, el amor por la nueva lengua, y una capacidad para observar y narrar inauditas.
Con un minucioso trabajo de archivo y entrevistas, en La vocación desmesurada. Una biografía de Alberto Gerchunoff, la investigadora Mónica Szurmuk moldea un personaje complejo, apasionado. Y una vida inabarcable: la infancia campera en Moisés Ville y Colonia Rajil; las penurias del niño obrero en Buenos Aires; su florecimiento a las letras; su consagración como intelectual de referencia en la nacion; su dramática lucha por hacer visible el genocidio nazi; su participación en la discusión sobre la creación del Estado de Israel tras la masacre. Szurmuk no se olvida tampoco del hijo, el enamorado, el padre, el amigo.
Es difícil exagerar las contribuciones de Gerchunoff a la cultura. Quiroga, Lugones, Alfonsina Storni fueron sus compañeros. Borges admiraba la precisión de sus palabras; Mujica Lainez fue su coequiper periodístico; Halperin Donghi era su sobrino nieto. Una riquísima biografía para repensar una vida ejemplar y reflexionar sobre los claroscuros de nuestra historia.
La vocación desmesurada
Por Mónica Szurmuk
Sudamericana. 431 páginas$ 599