No puedo sacarme de la cabeza a mi ex
El enamoramiento es una de las experiencias más maravillosas que puede vivir un ser humano. Cuando uno se enamora, ve al otro como alguien perfecto, extraordinario. Pensamos permanentemente en el otro, lo extrañamos, lo anhelamos. Incluso sus errores se convierten en virtudes.
Entonces, a medida que pasa el tiempo, se va construyendo la intimidad. Nos vamos revelando el uno al otro. Vamos compartiendo nuestra historia personal y dicha intimidad, que avanza con el transcurso del tiempo, va delineando un "nosotros", un "cerebro de pareja". Es así como la pareja construye un ideal, un "proyecto de pareja". Cuando ese proyecto se deshace, se genera tristeza y angustia en sus integrantes que se encuentran ahora frente a un quiebre.
Existe una multiplicidad de motivos por los cuales a uno le cuesta "sacarse a alguien de la cabeza". Observemos distintas posibilidades:
a. Búsqueda de poder sobre el otro
Esta conducta obsesiva de buscar, llamar, visitar, presionar, insistir para que el otro vuelva pretende doblegarlo e imponerle un malestar. La persona no reconoce el "no", no lo puede ver. El enojo que siente por haber sido dejado hace que busque someter al otro. No arma un vínculo de pareja. No reconoce al otro en su voluntad. Entonces, decide ir por la acción positiva: le hace regalos, procura tener acercamientos, etc. Al no aceptar el "no", recurre a la acción negativa: presiona, amenaza, etc.
b. Imposibilidad de ver algo hacia adelante
A muchas personas les cuesta aceptar el rompimiento del vínculo y atraviesan momentos de dolor, tristeza y aun un gran enojo que los lleva a desear recuperar el pasado. No ven nada hacia adelante. Cuando se les pregunta: "¿Amás a la persona o simplemente extrañás ciertas costumbres?", por lo general, se quedan meditando. A veces lo que se extraña son las costumbres, los rituales, los momentos vividos y, al no ver un futuro mejor, la persona se refugia hacia atrás. Construye así un "mito" de su ex. Arma e idealiza los buenos momentos vividos y niega los malos, como si pusiese por delante todas las cosas lindas del pasado compartido, y como fondo difuso los momentos difíciles, las discusiones, las sensaciones de soledad y demás.
Fracasar no es romper una pareja. Fracasar es mantener una pareja que no funciona. La pareja es el tercero que armamos los dos. Cuando uno decide por el otro, no es pareja. Cuando uno le tiene miedo al otro, no es pareja. Pareja somos dos que armamos un equipo donde hay mutuo amor y respeto. Cuando esto no se da, la pareja no existe. En mucha gente esto es una herida a su narcisismo que le resulta insoportable y dolorosa y la hace adoptar conductas obsesivas hacia su ex.
Cuando sobreviene el rompimiento de una pareja, siempre es bueno tomarse un tiempo para elaborar, revisar hacia atrás y procesar lo sucedido permitiéndonos sentir dolor y tristeza. Es falso eso de que "un clavo saca otro clavo". Muchos hombres no toleran la soledad e inmediatamente forman pareja no permitiéndose así transitar el camino del duelo por la pérdida y su elaboración.
c. Tránsito por el "camino del empate"
Hay parejas que rompen, se reencuentran y vuelven a romper. Les cuesta armar un nuevo vínculo. De allí estas idas y venidas. Pero ser capaz de cerrar bien un vínculo que ya no funciona significa guardarme las cosas lindas que el otro me dio y decidir olvidar las cosas tristes, sabiendo que yo también le di cosas lindas y otras no tanto al otro. Es decir, como dice el tango, "mano a mano hemos quedado". Esta sensación de satisfacción y de "saldar" es lo que nos permite construir hacia adelante y seguir creciendo, pues de eso se trata la vida.
Muchas personas que no pueden sacarse a su ex de la cabeza cometen el error de jugar al "coyote y el correcaminos" que implica metafóricamente entrar en un circuito repetitivo donde uno presiona e insiste para que el otro vuelva y solo logra que el otro huya aún más. Poner un alto a este circuito, utilizar el tiempo para crecer, madurar, reflexionar y dejar "respirar" al otro y a uno mismo es un camino saludable.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com